Espace Perecito


Damas y caballeros,

Hoy, en este día memorable, voy a dar por inaugurada esta sección del Blog de Taquetepa, que he intitulado: Espace Perecito.
Aquí, en este espacio cibernético que me ofrece la vertiginosa tecnología de la comunicación digital, durante el transcurrir de todo el año 2013, cada semana, rutinariamente y sin excusas que valgan para no cumplir con mi promesa, voy a hacerles entrega de textos en los cuáles encontrarán, cuál esposo que llega a su hogar de su trabajo antes de lo previsto y descubre a su mujer en el lecho conyugal junto a un equipo de rugbymen, las más variadas expresiones artísticas que divagan anárquicamente por mi ser - y me permito gratuitamente utilizar este concepto otorgando quizás, a mis expresiones, un valor del cuál carecen -.
Ustedes se preguntarán: - quizás los más curiosos, quizás aquellos que no tienen ninguna obligación que realizar inmediatamente - qué motivo incita esta extravagante idea de querer poner en palabras algo que resulta completamente insustancial a la totalidad de la población mundial y, por qué quedarnos en chiquitas, también extramundial.
Y, sí. Conozco la enfermedad que sufre la red de redes: plena de blogs que no tienen razón de ser. Y yo, mis queridos internautas, no quiero quedar fuera de semejante empresa.
Sé de la invasión de blogs que hablan de los más variados temas. Desde la física cuántica hasta los chismes más insulsos de la farándula. Pero bien ustedes se percatan de la realidad: ninguno ha dedicado ni una sola línea al servidor que les escribe impetuosamente en este momento. Y esa es una afrenta que no puede dejar pasar una persona de mi exposición social.
No se escapa a mi entendimiento que va a ser un trabajo enorme. Fatigante. Que va a consumir muchas de mis horas que dedico a recorrer la web sin ton ni son. Sin sentido alguno por Leboncoin, por Ebay, por Google Readers.
No me es ajeno que tendré que reducir mis visitas al baño para leer Orsai o Siné mensuel al mínimo.
También estoy al tanto que las posibilidades de éxito que favorecen a este espacio del blog son nulas. Que a nadie le va a interesar en lo más mínimo. Al que nadie va a ingresar.
Puedo asegurar, firmemente y sin miedo de cometer equívocos, que esta faraónica tarea no va a dar absolutamente ningún beneficio y que va a ser completamente en vano.
Pero no nos vamos a dejar excluir de esta fiesta banal, porque sí. No vamos a bajar los brazos. ¡No, señor!
Vamos a sumar anécdotas triviales a este mar infinito de informaciones inútiles.
Vamos a insertar sucesos irrelevantes dentro de esta interconexión de redes informáticas.
Damas y caballeros, es inexorable nuestra participación a agrandar la confusión general.

He aquí las reglas del Espace Perecito:

- Serán 52 presentaciones. Una por semana durante todo el 2013 y empezamos a contar a partir de ahora.
- Serán bilingües: español y francés.
- La temática será variable. Partituras, música, relatos, dibujos, y un larguísimo etcétera.
- Sobre todo lo que afirme acá, estoy y estaré completamente en desacuerdo. Todo será producto de mi irresponsabilidad.
- Prometo al señor Nicolas Duracka, que de lo presentado en este espacio, a fin de año, previa selección democrática entre la señora Marie Crouzeix, el señor Fabrice Gouterot, el señor Nicolas Duracka y yo, haremos una publicación en libro de cartón editada por la editorial Cephisa Cartonera.

Sin nada más que agregar,

mis estimados,

bienvenidos.





Mesdames et messieurs,

Aujourd'hui, en ce jour mémorable, je vais inaugurer cette section du Blog de Taquetepa, que j'ai intitulée : Espace Perecito.
Ici, dans cet espace cybernétique que m'offre la technologie vertigineuse de la communication digitale, tout au long de l'année 2013, chaque semaine, de manière routinière et sans excuse valable pour ne pas tenir ma promesse, je vais vous remettre des textes dans lesquels vous trouverez, tel un mari arrivant chez lui plus tôt que prévu et découvrant sa femme dans le lit matrimonial avec une équipe de rugbymen, les expressions artistiques les plus variées qui errent anarchiquement à travers mon être - et je me permets d'utiliser gratuitement ce concept en attribuant peut-être à mes expressions une valeur dont elles manquent-.
Vous vous demanderez : - peut-être les plus curieux, peut-être ceux qui n'ont aucune obligation à honorer immédiatement - quelle raison incite cette idée extravagante de vouloir mettre en mots quelque chose qui résulte complètement creux pour la totalité de la population mondiale et, pourquoi voir petit, aussi extramondiale.
Eh oui. Je connais la maladie dont souffre le réseau des réseaux : plein de blogs qui n'ont pas de raison d'être. Et moi, chers internautes, je ne veux pas rester en dehors de semblable entreprise.
Je connais l'invasion de blogs qui parlent des sujets les plus variés. Depuis la physique quantique jusqu'aux commérages les plus insipides sur les people. Mais vous vous rendez bien compte de la réalité : aucun d'eux n'a consacré ni même une ligne au serviteur qui vous écrit impétueusement en ce moment. Et ceci est un affront qu'une personne de mon exposition sociale ne peut pas laisser passer.
Il n'échappe pas à mon entendement que cela va être un travail énorme. Fatigant. Qu'il va consommer beaucoup de mes heures que je consacre à parcourir le web sans rime ni raison. Leboncoin, Ebay et Google Readers sans aucun sens.
Il ne m'est pas étranger que je devrai réduire au minimum mes visites aux toilettes pour lire Orsai ou Siné Mensuel.
Je suis aussi au courant que les possibilités de succès favorisant cet espace du blog sont nulles. Que personne ne va être intéressé le moins du monde. Que personne ne va y entrer.
Je peux assurer, fermement et sans peur de commettre des erreurs, que cette tâche pharaonique ne va générer absolument aucun bénéfice et qu'elle va être complètement en vain.
Mais nous n'allons pas nous laisser exclure de cette fête banale, juste parce que. Nous ne baisserons pas les bras. Non, monsieur !
Nous allons ajouter des anecdotes triviales à cette mer infinie d'informations inutiles.
Nous allons insérer des événements insignifiants dans cette interconnexion de réseaux informatiques.
Mesdames et messieurs, notre participation à agrandir la confusion générale est inexorable.

Voici les règles de l'Espace Perecito :

- Ce seront 52 présentations. Une par semaine pendant toute l'année 2013 et nous commençons à compter à partir de maintenant.
- Elles seront bilingues : en espagnol et français.
- La thématique sera variable. Partitions, musique, récits, dessins et j'en passe.
- Sur tout ce que je vais écrire ici, je suis et je serai en complet désaccord. Tout sera produit de mon irresponsabilité.
- Je promets à Monsieur Nicolas Duracka qu'avec ce qui sera présenté dans cet espace, à la fin de l'année et après sélection démocratique préalable entre Madame Marie Crouzeix, Monsieur Fabrice Gouterot, Monsieur Nicolas Duracka et moi, nous ferons une publication en livre de carton édité par la maison d'édition Cephisa Cartonera.

Sans rien de plus à ajouter,

mes très chers,

bienvenue.

Semaine #02 : Tata Mandinga (La partition)


Era invierno u otoño, no me acuerdo bien. Pero sí me acuerdo que aunque hacía frío, esa mañana, paseando por Place de Jaude, el sol pegaba lindo, calentaba los huesos y me ponía de buen humor (Sí, ya sé: algo raro).
Abrazados con Marie, pensando en nada y charlando de incongruencias poco importantes al devenir del universo, fuimos interrumpidos por una señora que le dirigió la palabra sorpresivamente a Marie.
Época en la que entendía mucho menos que ahora el francés, luego de responder a los saludos con una sonrisa, un "ça va" o un "bonjour", cuando la conversación comenzaba a transformarse en chino básico para mí, mi ser entraba en un estado de errar estéreo . Por un lado mi mente partía a recuerdos lejanos o a pensamientos dignos de una borrachera mientras que por el otro mis ojos escudriñaban curiosos la ciudad y su gente. De vez en cuando, al sentir que me dirigían la palabra, asentía con la cabeza sonrientemente sin emitir sonido alguno mientras miraba a Marie de reojo para que me enviara alguna señal indicándome si tenía que continuar afirmando o si debía negar.
Esa vez no fue una excepción. Bonjour y sonrisa de protocolo y empezar el divague con la carita en dirección al sol como para no perder mi "Tostado Buenos Aires".
Hasta que me presentan a un caballero que estaba junto a la señora. Un coterráneo. ¿Otro argentino perdido en Clermont-Ferrand? No. Algo más raro: un guitarrista argentino de gira por la Auvergne.
Preguntas de rigor: ¿por qué estás acá? ¿qué hacés? ¿te pensás quedar? y otras del estilo que nos hicimos uno al otro. En un momento hablamos de Jorge Santos, mi profesor de guitarra, que él también conocía y después, no se cómo, derivó en que yo componía y que él quería que le pase material porque busca cosas nuevas para su repertorio. Obviamente no tenía nada escrito de mis composiciones para guitarra en ese momento, pero que lo iba a hacer y que se lo enviaba por correo electrónico apenas lo terminara. Así que intercambiamos mails, nos deseamos mucha suerte y cada cual siguió su camino.
En otra ocasión, charlando con mi amigo Norberto Pedreira, excelente guitarrista, compositor y docente con gran capacidad de paciencia, él me dijo: "tendríamos que empezar a escribir los temas así los editamos, ¿no?", con ese claro tono de "ponete las pilas, pibe". Frase que repitió en varias oportunidades en nuestras charlas frente a frente, por teléfono y hasta por Skype.
Más de una vez he cruzado a Marie-Thérèse - la señora que otrora nos había interrumpido - por las callecitas de Clermont-Ferrand y en todas amablemente insistió: "Todavía no le mandaste lo que le prometiste".
Es verdad. No he hecho honor a la gente que se interesa por mi trabajo. Justamente yo que me quejo todo el tiempo del mundo y su indiferencia.
Pero hoy voy a saldar esta deuda. Hoy, en el Espace Perecito, comienzo a hacer entrega de las partituras para guitarra de las canciones que forman parte de mi primer disco solista.
Dedicada a Marie-Thérèse, a Norberto Pedreira y especialmente a Alberto Morelli - el guitarrista que encontré aquella mañana bajo el sol acariciador de Clermont-Ferrand, que me lo imagino revisando su correo todos los días, cada cinco minutos, esperando encontrar un mail mío -, la primera de esta serie: Tata Mandinga. Chacarera trunca compuesta en el año 1994 y que el origen de su título develaré la semana próxima.

*Para escuchar el tema, pegarse una vuelta por la sección "Musiques et vidéos".
 
 

 
 

 
 
C'était l'hiver ou l'automne, je ne sais plus bien. Mais je me souviens que bien qu'il faisait froid ce matin-là, alors que nous nous promenions place de Jaude, le soleil était bon, il réchauffait les os et me mettait de bonne humeur (Oui, je sais : chose bizarre).
Avec Marie, bras dessus-dessous, sans penser à rien et parlant de futilités peu importantes pour le devenir de l'univers, nous fûmes interrompus par une dame qui adressa la parole à Marie par surprise.
À cette époque où je comprenais beaucoup moins le français que maintenant, après mes réponses aux salutations par un sourire, un "ça va" ou un "bonjour", lorsque la conversation commençait à devenir pour moi du chinois, mon être entrait dans un état d'errance stéréo. D'un côté, mon esprit partait vers des souvenirs lointains ou des pensées dignes d'une cuite, tandis que de l'autre, mes yeux scrutaient, curieux, la ville et ses gens. De temps en temps, sentant qu'on m'adressait la parole, j'acquiesçais en souriant d'un signe de tête, sans émettre de son, tout en regardant Marie du coin de l'œil pour recevoir un signal m'indiquant si je devais continuer à acquiescer ou au contraire nier.
Cette fois-là, ce ne fut pas une exception. Un bonjour et un sourire protocolaires, puis entreprendre la divagation le visage tourné vers le soleil, pour ne pas perdre mon "Hâle Buenos Aires".
Jusqu'à ce qu'on me présente un monsieur qui accompagnait cette dame. Un compatriote. Un autre argentin perdu à Clermont-Ferrand ? Non. Encore plus bizarre : un guitariste argentin en tournée en Auvergne. Questions de rigueur : Pourquoi es-tu ici ? Que fais-tu ? Tu as l'intention de rester ? Et d'autres dans le même style, que nous nous sommes posées l'un l'autre. À un moment donné, nous en sommes arrivés à parler de Jorge Santos, mon professeur de guitare, qu'il connaissait aussi puis, je ne sais comment, la conversation dériva sur le fait que je composais et que lui voulait que je lui fasse passer du matériel, car il cherchait de nouvelles choses pour son répertoire. Évidemment, je n'avais à ce moment-là écrit aucune de mes compositions pour guitare, mais j'allais le faire et lui envoyer cela par mail dès que je l'aurai fait. Nous avons donc échangé nos adresses mail, nous sommes souhaité bonne chance et chacun a repris son chemin.
Lors d'une autre occasion, discutant avec mon ami Norberto Pedreira, excellent guitariste, compositeur et professeur pourvu d'une grande patience, celui-ci me dit : "on devrait commencer à écrire les morceaux, comme ça on pourrait les éditer, non ?" avec ce ton clair de "bouge-toi les fesses, p'tit gars". Phrase qu'il a répétée maintes fois lors de nos conversations en face à face, par téléphone et même par Skype.
J'ai croisé Marie-Thérèse plus d'une fois - cette dame qui nous avait autrefois interrompus - dans les ruelles de Clermont-Ferrand et chaque fois, elle insista aimablement : "Tu ne lui as toujours pas envoyé ce que tu lui as promis". C'est vrai. Je n'ai pas fait honneur aux personnes qui s'intéressent à mon travail. Justement moi qui me plains tout le temps du monde et de son indifférence. Mais aujourd'hui, je vais solder cette dette. Aujourd'hui, dans l'Espace Perecito, je commence à livrer les partitions pour guitare des morceaux qui font partie de mon premier disque soliste.
Dédiée à Marie-Thérèse, à Norberto Pedreira et tout spécialement à Alberto Morelli - le guitariste rencontré ce matin-là sous le soleil cajoleur de Clermont-Ferrand, que j'imagine consulter sa boîte mail tous les jours, toutes les 5 minutes, espérant trouver un mail de moi - la première de cette série : Tata Mandinga. Chacarera trunca composée en 1994, dont l'origine du titre sera dévoilée la semaine prochaine.

*Pour écouter le morceau, faites un tour dans la rubrique "Musiques et vidéos".

Semaine #03 : Tata Mandinga
(Le pourquoi)


El "Zurdo" Alvarez me había enviado para que lo remplace en un concierto del Coro de las Américas, dirigido por Damian Sanchez, a realizarse en Mendoza. En esa oportunidad conocí, entre otros, a Pancho Díaz, un pibe joven que con el devenir de los ensayos nos fuimos haciendo amigos, que tocaba flauta, sikus y quena.
La quena es un instrumento pre-colombino. Es decir: anterior a la llegada de los españoles a América. La afinación de la quena en sus inicios era muy diferente a la actual afinación temperada. Cuentan aquellos que tienen diploma de saber que, antes de la llegada de Colón y sus muchachos portadores de la palabra de Dios y la civilización salidos de las cárceles de España, se usaba una escala de siete sonidos, sin semitonos. Como la escala actual pero dividida equitativamente en siete partes. Luego, por la influencia occidental y necesidades estéticas, su afinación fue cambiando para amoldarse a los nuevos instrumentos que fueron apareciendo en su mundo. Especialmente la guitarra, un poco menos el piano.
Aquellos que sienten un poco de resquemor hacia el instrumento dicen que nunca llegó a occidentalizarse completamente, aludiendo a una cierta tendencia de los quenistas a no afinar. Otros, contrariamente, dicen que, al día de hoy, mantiene su originalidad y permanece en su estado primitivo intacto al paso del tiempo. No podemos afirmar si esta opinión es un elogio o va en desmedro del instrumento y sus intérpretes. Actualmente hay infinidad de teorías sobre el instrumento, su historia y su técnica interpretativa, que se niegan y se contradicen unas a las otras. Así como también existen diferentes modelos de instrumentos, cada uno con sus respectivos adeptos y detractores.
En cualesquiera de los casos, felizmente, no hay víctimas fatales que padecer.
Quizás el modelo más utilizado por la gente que yo conocí, es aquel realizado con caña de Puno (Perú), con seis agujeros adelante y uno en la parte posterior, diatónica, en Sol mayor, con una extensión de dos octavas y media; y su primo mayor el quenacho que está en Re mayor. Los semitonos faltantes, los cromáticos, se logran cubriendo, o descubriendo - según como se mire-, la mitad de los agujeritos. Actividad realmente difícil a realizar en su medida justa. Mucho más a grandes velocidades. Y muchísimo más en las octavas superiores.
Pancho tenía la capacidad de tocar en la quena cualquier cosa que se le escribiera. Afinado y con un lindo sonido (Aunque, obviamente, existen opiniones contrarias). Yo tenía material armado y muchas ideas rondando en mi cabeza. Así que decidimos juntarnos para armar un repertorio y salir a tocar. Llenas de sostenidos, modulaciones y arreglos endemoniados, mis composiciones y mis versiones de temas tradicionales empezaron a tomar forma.
Durante los ensayos fuimos tirando ideas para ponerle un nombre al dúo. Entre otras, la que obtuvo la aprobación generalizada, fue: Tata Mandinga.
¿Por qué Tata Mandinga?
Paso a explicar:
Tata es una palabra que en quechua significa padre. Y mandinga se utiliza actualmente como sinónimo de "diablo". Es el nombre del pueblo de África del cual son originarios parte de los esclavos traídos a Latinoamérica. Estos esclavos tenían sus reuniones donde cantaban, danzaban y realizaban sus ritos tradicionales. Actividades que los hombres civilizados veían influenciadas por el maligno. Se creía que el negro africano, como así también el originario americano, poseía a Satanás dentro de su cuerpo. Luego se popularizó decir: "Son cosas de mandinga", para hablar de sucesos que no tienen explicación y culpar a Lucifer.
También, cuando acontecen hechos que salen de la normalidad (nace un hijo negro de padre rubio, desaparece misteriosamente dinero, o cosas por el estilo), se dice que "el diablo anduvo metiendo la cola".
Tata Mandinga, un dúo donde el diablo anduvo metiendo su lápiz en las partituras de los músicos, es en honor a los orígenes pre-colombinos y africanos que hay en la música argentina. Pero ustedes dirán: -Bueno, pero también hay una gran influencia española en la música argentina. Si, es cierto. Pero para eso ya estábamos nosotros: Perez y Díaz.
Algunos, al hacer la traducción directa: Tata Mandinga = Padre Diablo, nos acusaron de ser adoradores del diablo, de realizar magia negra, música anti-cristo, a lo cual respondimos firmemente que eran injurias sin fundamentos, que estában equivocados y completamente en pedo o drogados.
Otros dicen que nos quisimos mofar de la iglesia. Nos acusaron de ateos incorregibles, que ni siquiera fuimos bautizados. Herejes sin escrúpulos. Anti-sociales.
Quizás tengan un poco de razón.
Tata Mandinga duró algunos años y unos cuantos buenos conciertos. Luego, por necesidades económicas y personales, cada uno fue detrás de diferentes oportunidades de trabajo, y el proyecto fue quedando a la deriva hasta esfumarse en el olvido.
Lo último que hicimos juntos fue grabar una composición de Pancho dedicada a una mujer. Actualmente Panchito vive en pareja y es padre. Espero sepa comprender que mi participación en el hecho es ocasional y que la realidad es que "el diablo anduvo metiendo la cola".
Esta semana pongo a disposición de sus finos oídos una selección del material en audio de Tata Mandinga.
Hasta la semana que viene.


Le "Zurdo" Álvarez (Alvarez "le gaucher") m'avait envoyé comme remplaçant pour un concert de la chorale Coro de las Américas, dirigée par Damian Sanchez, qui devait avoir lieu à Mendoza. C'est à cette occasion que j'ai connu, entre autres, Pancho Díaz, jeune homme avec qui, au fur et à mesure des répétitions, je suis devenu ami, et qui joue de la flûte, des sikus et de la quena.
La quena est un instrument qui existait avant Christophe Colomb. C'est-à-dire, avant l'arrivée des Espagnols en Amérique. À ses débuts, l'accord de la quena était très différent de l'accord tempéré actuel. Ceux qui possèdent diplôme de savoir racontent que, avant l'arrivée de Colomb et de ses gars porteurs de la parole de Dieu et de la civilisation tout juste sortis des prisons d'Espagne, on utilisait une gamme de sept sons sans demi-tons. Comme la gamme actuelle, mais divisée en sept parties égales. Ensuite, l'influence occidentale et les besoins esthétiques ont transformé son accord pour l'adapter aux nouveaux instruments qui arrivaient dans ce monde. En particulier la guitare, un peu moins le piano.
Ceux qui sentent un peu de ressentiment pour cet instrument disent qu'il n'est jamais vraiment arrivé à s'occidentaliser, faisant allusion à une certaine tendance des quenistes à ne pas jouer juste. D'autres, au contraire, disent qu'à l'heure actuelle, elle maintient son originalité et demeure dans son état primitif, intacte au passage du temps. Nous ne pouvons dire si cet avis est un éloge ou s'il va au désavantage de l'instrument et de ses interprètes.
Il y a actuellement une infinité de théories sur l'instrument, son histoire et sa technique d'interprétation, qui se nient et se contredisent entre elles. Il existe aussi différents modèles d'instrument, chacun avec ses respectifs adeptes et détracteurs.
Dans tous les cas, heureusement, il n'y a pas de victimes fatales à déplorer.
Le modèle le plus utilisé par les personnes que j'ai connues est peut-être celui construit avec du bambou de Puno (Pérou), comportant six trous devant et un trou derrière, diatonique, en sol majeur, avec une tessiture de deux octaves et demie ; et son grand cousin le quenacho accordé en ré majeur. Les demi-tons chromatiques manquants s'obtiennent en couvrant, ou découvrant - selon le point de vue - la moitié des petits trous. Activité réellement difficile à réaliser dans sa juste mesure. Encore plus à grande vitesse. Et encore beaucoup plus dans les octaves supérieures.
Pancho avait la capacité de jouer à la quena tout ce qu'on pouvait lui écrire. Juste et avec un joli son (mais, évidemment, il existe des avis contraires). J'avais du matériel prêt et beaucoup d'idées qui tournaient dans ma tête. Ainsi, nous avons décidé de nous retrouver pour monter un répertoire et jouer. Pleines de dièses, de modulations et d'arrangements possédés, mes compositions et mes versions de morceaux traditionnels commençaient à prendre forme.
Pendant les répétitions, on lançait des idées pour donner un nom au duo. Parmi ceux proposés, celui qui a obtenu l'approbation générale fut : Tata Mandinga.
Pourquoi Tata Mandinga ?
J'explique :
Tata est un mot quechua qui signifie "père". Et Mandinga s'utilise actuellement comme synonyme de "diable". C'est le nom d'un peuple d'Afrique d'où proviennent des esclaves amenés en Amérique latine. Ceux-ci se réunissaient pour chanter, danser et réaliser leurs rites traditionnels. Activités que les hommes civilisés considéraient comme influencées par le démon. Ils croyaient que les Noirs africains, tout comme les natifs d'Amérique latine, étaient possédés par Satan. Ensuite, il est devenu courant de dire : "ce sont des choses de Mandinga", pour parler d'évènements sans explication et accuser Lucifer.
De même, lorsque des faits sortant de la réalité se produisent (naissance d'un enfant noir de père blond, disparition mystérieuse d'argent ou autres choses dans le style), on dit que "le diable y a mis la queue".
Tata Mandinga, duo pour lequel le diable a mis son crayon dans les partitions des musiciens, rend hommage aux origines précolombiennes et africaines présentes dans la musique argentine. Mais vous direz : - D'accord, mais il y a aussi beaucoup d'influence espagnole dans la musique argentine. - Oui, c'est vrai. Mais pour ça, nous sommes là : Perez et Díaz.
Quelques-uns, traduisant directement Tata Mandinga = Père Diable, nous ont accusés d'être adorateurs du diable, de faire de la magie noire, de la musique antiChrist, ce à quoi nous avons répondu fermement que c'était des injures sans fondement, qu'ils se trompaient et étaient complètement bourrés ou drogués.
D'autres ont dit que nous avons voulu nous moquer de l'Église. Ils nous ont accusés d'athées incorrigibles, même pas baptisés. D'hérétiques sans scrupules. D'antisociaux.
Ils ont peut-être un peu raison.
Tata Mandinga a duré quelques années et quelques bons concerts. Puis, pour des raisons économiques et personnelles, chacun a suivi différentes aubaines de travail et le projet est parti à la dérive, jusqu'à s'évanouir dans l'oubli.
La dernière chose que nous avons faite, ce fut d'enregistrer une composition de Pancho dédiée à une femme. Aujourd'hui, Pancho vit en couple et est papa. J'espère qu'il saura comprendre que ma participation au fait fut accidentelle et qu'en réalité, c'est que "le diable y a mis la queue".
Cette semaine, je mets à la disposition de vos fines oreilles une sélection du matériel audio de Tata Mandinga.
À la semaine prochaine.




Existe un solo lugar en el mundo donde el humano se nutre, se reconoce, se experimenta, desarrolla su intelecto, limpia su ser interior y exterior y expresa su sentimiento hacia el mundo dejando una marca, un producto que vaya a saber uno a qué lugares puede arribar. Un lugar de recogimiento. Un santuario.
Ese lugar, damas y caballeros, no es otro que: el BAÑO.
Yo no voy a extenderme sobre el tema ya que existe una cantidad inmensa de material que se explaya desde los diversos ángulos de los cuales se puede echar una mirada sobre éste habitáculo: literatura, cine, teatro, revistas para adornar su casa, catálogos de Easy, etcétera.
En honor a ese lugar sagrado donde leí los tres tomos de El Señor de los Anillos, doy comienzo a mi serie de carteles para toilettes con este ejemplar diseñado para grandes aeropuertos internacionales:
Il existe un seul lieu au monde où l'humain se nourrit, se reconnaît, s'essaye, développe son intellect, nettoie son être intérieur et extérieur et exprime son sentiment sur le monde en laissant une trace, un produit - allez savoir où ce dernier va terminer. Un lieu de recueillement. Un sanctuaire.
Ce lieu, mesdames et messieurs, n'est autre que : les TOILETTES.
Je ne vais pas m'étendre sur le sujet car il existe déjà une immense quantité de matériel qui s'épand depuis les divers points de vue sous lesquels on peut appréhender ce recoin : littérature, cinéma, théâtre, magazines Art & Décoration, catalogues Ikea, etc.
En honneur à ce lieu sacré où j'ai lu les trois tomes du Seigneur des Anneaux, je commence ma série de panneaux pour toilettes avec cet exemplaire conçu pour les grands aéroports internationaux :


De chico, cuando me enfermaba, mi vieja siempre me compraba revistas y libros para que me entretuviera mientras no podía salir de la cama.
Así fue que llegó a mis manos ese libro que se llamaba "La era de la comunicación". Un libro ameno para el niño ávido de información. Dentro de sus tapas duras y con más ilustraciones que textos, el susodicho contaba un poco la historia de los métodos de comunicación y sus funcionamientos. Desde el inicio hasta la época. Y en el último capítulo, lo que más me llamaba la atención, una visión del futuro: un dibujo de una persona sentada en un sillón de diseño, que hablaba con otra persona - que estaría en otra parte del mundo - a través de una pantalla. Como en las películas de ciencia ficción. Y nosotros en casa todavía no teníamos teléfono.
Durante los años 1982 y 1983 las cosas cambiarían radicalmente. Argentina se rendía en una guerra estúpida en la cual habían muerto un montón de pendejos de 18 años, la dictadura militar se veía obligada a ordenar la retirada, la selección nacional quedaba descalificada en el campeonato mundial de España y en casa llegaba el teléfono. Después la democracia, el secundario. Y ahí me veo en la casa del Tanito Bevacqua, frente a una Commodore 128, jugando a los video juegos. Agarrando con la mayor de las delicadezas ese joystick, como si fuera de papel de arroz. cinco minutos duró esa primera experiencia mano a mano con la tecnología. Después que la máquina me dijo Game Over, no quise volver a jugar. Tenía mucho miedo de cagarla. Y esas cosas eran carísimas.
De vuelta en casa, durante una comida, comenté el hecho de que el Tano tenía una Commodore. No obtuve ni la más mínima respuesta al respecto. Como si no hubiera hablado. Era obvio. Hacia muy poco tiempo que habíamos cambiado el televisor blanco y negro por uno de color. Ya no estábamos en situación de más modernización hogareña.
La escuela pública trataba de cubrir este agujero en nuestro saber, de solucionar esta ignorancia tecnológica, impartiendo un curso obligatorio de mecanografía. Durante dos horas a la semana, 35 adolescentes argentinos luchábamos por romper la velocidad de 60 palabras por minuto, contra unas máquinas de escribir Remington, versión beta, que debe haber traído Sarmiento cuando fue presidente de la Argentina por los años 1860.
Todos sabíamos muy bien que del otro lado de la puerta, allá en el mundo real, estaba el presente: las máquinas de escribir eléctricas, las IBM, las Atari.
Fue a principios de la década de los '90 cuando logré hacer contacto más fluido con las computadoras. Estaba en la facultad de Ciencias Económicas estudiando para Contador Público. Una carrera horrible para hacer un trabajo horroroso por el resto de tu vida, con el cual se suponía que podías hacer un buen billete. Miles de estudiantes quemándose las pestañas por un fin tan noble. Todos queriendo ser competitivos para entrar en el mercado laboral regido por las nuevas políticas neoliberales impuestas en el país. Pero para esto había que actualizarse. Y actualizarse era saber manejar una computadora. Con este objetivo, pero más por un alto grado de curiosidad, me inscribí en los cursos que dictaba el Centro de Estudiantes de la facultad.
El primero: DOS. El segundo: Lotus Básico.
Como no tenía PC en casa, detuve de golpe mi alfabetización cibernética porque no tenía manera de practicar este nuevo lenguaje. Tampoco había entendido un pomo de Lotus. Ni de cómo funcionaba, ni de por qué funcionaba. Además, el último año, mientras cursaba materias como Derecho Laboral o Impuestos I, en vez de tomar apuntes de las clases, hacía mis ejercicios de armonía. No tenía caso continuar.
Mudé mis inquietudes estudiantiles hacia la Escuela de Música Popular de Avellaneda. Al principio hubo una pausa. Estaba más preocupado en meter bien los dedos sobre la guitarra que sobre el teclado de una PC. Salvo un acercamiento para chusmear alguna que otra pedalera de efectos, mi vida transcurría entre cuerdas, hojas pentagramadas, lápices, cassettes y fotocopias de libros de música. Lo que se dice: analógico.
Luego, Claudio Ceccoli me pasó una vieja AT con monitor color ámbar, Windows 3.1, disco rígido de 20MB, disquetera floppy de 5,25'' y un primitivo Cakewalk.
Esa vieja máquina fue el debut de mi perdición por todo estos tipos de aparatos. Ahí compuse, escribí y escuché con un sonido horripilante de 8 bits "Irresponsabilidad ilimitada".
Más tarde, pidiendo plata prestada, compré una Pentium II con Windows 95, monitor color, la posibilidad de grabar audio con la tarjeta de sonido Sound Blaster y una grabadora de cd's. Era el más moderno del barrio.
Cakewalk, Soundforge y Cool Edit Pro eran los íconos próceres en el escritorio.
Con Agustín Ronconi editamos el primer disco de Arbolito. Jorge Retamoza cayó en casa con un cassette de viejas grabaciones de Rovira para pasarlas a cd. Mi amigo entrañable Fernando "Perro" Giardini grabó en un MiniDisc su disco solista de guitarra, que luego editamos y replicamos en casa. El Pilu Camacho hacía sus compilaciones de bases de temas en cd para laburar.
Después vino todo el resto: Windows 98, USB, Firewire, Mac, etcétera, etcétera, etcétera.
Pero de esa primera etapa, recuerdo la vez que Hermeto Pascoal visitó la escuela de música. Para todos los que estuvimos presente, esa hora con uno de los músicos más grosos de la historia fue emocionante. Nos mostró material, nos explicó como armonizaba, improvisó solo y acompañado por algunos profesores de la escuela y compuso un tema que dedicó a la escuela. Y todo eso fue grabado por Omar Amendolara que oficiaba de sonidista para la ocasión. Días después me pasó una copia de los cassettes para que los baje a cd.
Yo no sé si hay mucha gente que tenga este material. No tiene muy buena calidad. Pero es Hermeto, fresquito. De entrecasa.
Lo pongo a disposición de todos, para que no se pierda, para que aquellos que estuvieron tengan el souvenir y los que no, lo sumen a su colección, pero, especialmente, para aclarar que la próxima compra de material tecnológico de punta que haga no va a ser plata tirada si no una inversión para el futuro cultural del mundo.
Lorsque j'étais petit et tombais malade, ma mère m'achetait toujours des bandes dessinées et des livres pour me passer le temps quand je ne pouvais pas sortir du lit.
C'est ainsi qu'est arrivé entre mes mains ce livre intitulé "L'Ère de la Communication". Livre facile à lire pour un enfant assoiffé d'information. À l'intérieur de sa couverture rigide, comportant plus d'illustrations que de textes, il racontait un peu l'histoire des modes de communication et leurs fonctionnements. Depuis le début jusqu'à cette époque-là. Et dans le dernier chapitre, ce qui attirait le plus mon attention, une vision du futur : le dessin d'une personne assise sur un fauteuil design parlant avec une autre personne - qui se trouvait dans une autre partie du monde - à travers un écran. Comme dans les films de science-fiction. Et nous, nous n'avions pas encore le téléphone à la maison.
Au cours des années 1982 et 1983, les choses allaient changer radicalement. L'Argentine allait se rendre après une guerre stupide dans laquelle allaient mourir un tas de gamins de 18 ans, la dictature militaire se verrait obligée de donner l'ordre de se retirer, la sélection nationale allait être disqualifiée dans la coupe du monde d'Espagne, et à la maison, le téléphone allait arriver.
Puis la démocratie, le secondaire. Et je me retrouve chez le "Tanito" Bevacqua, face à un Commodore 128, à jouer à des jeux vidéo. Saisissant le joystick avec la plus grande délicatesse, comme si c'était du papier de riz. Cette première expérience en face à face avec la technologie dura cinq minutes. Après que la machine m'eut dit Game Over, je n'ai pas voulu rejouer. J'avais très peur de la péter. Et ces choses-là coûtaient très cher.
De retour à la maison, pendant un repas, j'ai lancé que le "Tano" avait un Commodore. Je n'ai pas reçu le moindre commentaire à ce propos. Comme si je n'avais pas parlé. C'était évident. Nous venions tout juste de changer la télévision noir et blanc pour une en couleurs. Nous n'étions pas en mesure de poursuivre la modernisation du foyer.
L'enseignement public essayait de combler ce trou dans notre savoir, d'apporter une solution à cette ignorance technologique, en nous dispensant un cours obligatoire de mécanographie. Deux heures par semaine, nous étions 35 adolescents argentins à lutter pour atteindre la vitesse de 60 mots à la minute contre des machines à écrire Remington, version bêta, probablement apportées par Sarmiento lorsqu'il fut président de l'Argentine dans les années 1860.
Nous savions tous très bien que de l'autre côté de la porte, là-bas, dans le monde réel, il y avait le présent : les machines à écrire électriques, les IBM, les Atari.
C'est au début des années 90 que j'ai réussi à établir un contact plus fluide avec les ordinateurs. J'étudiais à la faculté de Sciences Économiques pour devenir expert-comptable. Un cursus horrible pour faire un travail horrible pour le restant de sa vie, avec lequel on était supposés bien se remplir les poches. Des milliers d'étudiants qui se crevaient les yeux dans un but si noble. Tous voulant être compétitifs pour entrer sur le marché du travail régi par les nouvelles politiques néolibérales imposées dans le pays. Mais pour cela, il fallait s'actualiser. Et s'actualiser, c'était savoir utiliser un ordinateur. Dans cet objectif, mais plus par grande curiosité, je me suis inscrit aux cours donnés par le Centre des Étudiants de l'université (syndicats d'étudiants aux grands pouvoirs politique et économique).
Le premier : DOS. Le second : bases du Lotus.
Comme je n'avais pas de PC à la maison, j'ai soudain arrêté mon alphabétisation cybernétique, car je n'avais pas de moyen de travailler ce nouveau langage. Et puis, j'avais rien pigé au Lotus. Ni à son fonctionnement, ni au pourquoi de son fonctionnement. De plus, la dernière année, alors que j'étais en cours de Droit du Travail ou d'Impôts I, au lieu de prendre des notes je faisais mes exercices d'harmonie. Ça n'avait aucun sens de continuer.
J'ai déménagé mes inquiétudes étudiantes à la Escuela de Música Popular de Avellaneda. Au début, il y eut une pause. Je me souciais plus de bien mettre mes doigts sur la guitare que sur le clavier d'un PC. À part un rapprochement pour lorgner quelque pédalier d'effets, ma vie se déroulait entre cordes, portées, crayons, cassettes et photocopies de livres de musique. Ce qu'on appelle : analogique.
Plus tard, Claudio Ceccoli m'a passé un AT avec moniteur couleur ambre, Windows 3.1, disque dur de 20 MB, lecteur disquette floppy 5,25" et Cakewalk primitif.
Cette vieille machine fut le début de ma perdition pour tous ces types d'appareils. C'est sur cela que j'ai composé, écrit et écouté, avec un son 8 bits horripilant, "Irresponsabilidad ilimitada".
Puis, en me faisant prêter de l'argent, j'ai acheté un Pentium II avec Windows 95, moniteur couleur, possibilité d'enregistrer de l'audio avec la carte son Sound Blaster et graveur de CD. J'étais le plus moderne du quartier. Cakewalk, Soundforge et Cool Edit Pro étaient les icônes maîtres sur le bureau.
Avec Agustín Ronconi, nous avons édité le premier disque d'Arbolito. Jorge Retamoza a débarqué à la maison avec une cassette de vieux enregistrements de Rovira pour les mettre sur CD. Mon grand ami Fernando "Perro" Giardini enregistra sur un MiniDisc son disque soliste de guitare, que nous avons ensuite édité et dupliqué chez moi. Le "Pilu" Camacho faisait ses compilations de bases de thèmes sur CD pour travailler.
Et puis tout le reste est arrivé : Windows 98, USB, Firewire, Mac, etc., etc., etc.
Mais de cette première étape, j'ai le souvenir de cette fois où Hermeto Pascoal a visité l'école de musique. Pour nous tous qui étions présents, cette heure passée avec un des plus grands musiciens de l'histoire fut émouvante. Il nous a montré du matériel, nous a expliqué comment il harmonisait, a improvisé seul, accompagné par certains professeurs de l'école et a composé un thème dédié à l'école. Tout ceci fut enregistré par Omar Amendolara, qui faisait office de sonorisateur pour l'occasion. Quelques jours plus tard, il m'a donné une copie des cassettes pour que je les mette sur CD.
Je ne sais pas si beaucoup de personnes ont ce matériel. Il n'est pas de très bonne qualité audio. Mais c'est Hermeto, tout frais. Comme à la maison.
Je le mets à disposition de tous, pour qu'il ne se perde pas, pour que ceux qui étaient présents aient un souvenir et que les autres l'ajoutent à leur collection, mais, spécialement, pour clarifier le fait que le prochain achat de matériel technologique de pointe que je ferai ne sera pas de l'argent dilapidé, mais un investissement pour l'avenir culturel du monde.



Durante la última dictadura militar en la Argentina mi vieja vivió cagada en las patas. Había empezado a militar en el peronismo en los años '60 junto a quién sería mi padre y ambos fueron dirigentes importantes en la militancia estudiantil de Bahía Blanca. Como fans adolescentes de un grupo de rock, servicios de inteligencia del ejército y la policía coleccionaban fotos y datos de ellos.
A causa de mi aparición en sus vidas y la de ciertos personajes oscuros en la política, la militancia la fueron dejando de lado. Pero ya tenían un lindo prontuario.

A partir del 24 de marzo de 1976, por miedo, dejamos de ser nosotros. Ella usaba el apellido de su segundo marido, ya que mi padre había muerto en un accidente en el '72, y yo pasé a ser el hijo del doctor.
Era pibe y, a pesar de que sentía que algo no estaba bien, no era consciente de la realidad. Así que ayudé mucho a que mi pobre viejecita sufriera más.
En esa época, yendo por la calle, siempre cruzabas algún camión del ejército lleno de colimbas. Y cuando los veía empezaba a los gritos: - Mirá, mamá: los soldados, mientras miraba maravillado los cascos y las armas. Entiendan, todavía no existían las Playstations y en la tele pasaban Tarzán, Los tres chiflados, Meteoro y Astroboy. Nada de Rambos ni Terminators. Mi vieja, que no quería llamar la atención de ninguna manera y menos frente a los milicos, me pateaba, pellizcaba o tiraba del pelo para que cerrara mi bocaza, lo cual generaba más escándalo de mi parte.
Recuerdo muy bien cuando los muchachos de verde cayeron al barrio a buscar a un vecino. Mi vieja se puso pálida. Bajó las persianas y con las luces apagadas empezó a espiar por un hueco de la ventana de nuestro departamento ubicado en un cuarto piso.
Obviamente yo quise espiar también pero me fletó. Rompí las pelotas hasta que me dejó a condición de mantenerme calladito y quietito.
Desde mi posición de arrodillado en la trinchera hogareña pude ver cómo iluminaban a Domínguez, un vecino del edificio de enfrente que estaba pintando en su departamento subido a una escalera con todas las ventanas abiertas, y escuchar cómo le ordenaban que se metiera adentro. También pude ver cómo entraban a otro departamento, daban unas vueltas y, un rato después, salían sin nadie y se iban. Nunca obtuve respuesta al preguntar qué pasaba. Sólo un simple "nada, nada" no muy convincente.
Años más tarde recordando con mis amigos esa noche, me enteré que se habían equivocado de departamento y que el vecino buscado, el Loco López, se había escabullido milagrosamente. Sólo habían logrado despertar a uno que estaba durmiendo una siesta.
Los domingos de invierno cuando había sol, mi vieja daba una serie de órdenes y salíamos disparando a dar una vuelta en el Falcon modelo '65. No importaba por dónde. Sólo importaba que hubiera sol. Así fue que, paseando en coche por el centro de Buenos Aires, pasamos frente al Congreso, un enorme y bonito edificio como todos los parlamentos del mundo, donde pregunté:
- Ma, ¿qué es este edificio?
- El Congreso.
Y la frase matadora: - ¿Para qué sirve?
Se miraron con mi viejo. Improvisaron alguna explicación sin mucho sentido. Yo dije que no entendía e inmediatamente pegamos media vuelta y volvimos a casa sin decir nada más. Les nublé el domingo de sol.
Pero la más dura fue aquella vez que orgulloso fui a contarle a mi madre la decisión que había tomado para mi futuro. Los chicos de mi edad generalmente decían que querían ser policías, o bomberos, o astronautas, cuando fueran grandes. Yo había hecho un análisis profundo de la historia argentina a partir de lo que me dijeron en la escuela y de lo que había chusmeado en los libros que habían en la biblioteca de casa. Muchos hombres importantes, que dirigieron o hicieron grandes cosas por el país, fueron militares: Avellaneda, Roca, Rivadavia. El más importante: el General San Martín. Había otro que iba a volver en cualquier momento según decían las pintadas en la pared: el General Perón. Y estaba el que era presidente en ese momento: el General Videla (No puedo reprimir la sensación de asco y odio cuando escribo su nombre). Lo tenía decidido y se lo conté:
- Mamá, cuando sea grande quiero ser militar.
Mi vieja me miró asombrada, con la boca abierta después de pronunciar un "¿Por qué?" angustiado.
- Por que quiero ser Presidente de la Argentina.
Después de llorar, tomarse una botella de whisky y bajarse una caja de pastillas de no se qué medicamento, se sentó frente a mí y empezó a explicarme detalladamente todo eso de lo que me habían hablado en la escuela y que nunca había entendido (Claro, ¿cómo iba a entender "votar", "poder legislativo", "diputados", "senadores", si no existían? Es como cuando quisieron explicarme lo de Dios) y a contarme, en versión light, qué sucedía en el país. Algo que tenía que ser un secreto entre nosotros y que no debía contarle a nadie.
Durante mi último año en la primaria empezó la campaña política para la elección de la cuál saldría electo presidente Raúl Alfonsín y que marcaría la vuelta a la democracia. Salía a las 5 de la tarde de la escuela, cruzaba la avenida Mitre y ahí, en la plaza de Avellaneda, estaban las mesas de todos los partidos políticos. La gente se paraba para preguntar, discutir, opinar. Con mis compañeros mangueábamos las calcomanías de los diferentes partidos que después pegábamos en nuestras carpetas. Peleábamos entre nosotros para ver que fuerza política iba a ganar, como si estuviéramos hablando de un partido de fútbol.
Se sentía como si fuera la primavera. Estábamos contentos. Teníamos ilusiones.
Después nos dimos cuenta, aunque queramos engañarnos, que todo es una mentira. Como cuando ves una postal de algún lugar turístico, hermoso, con playas blancas, llenas de sol y de chicas lindas en malla. Y decidís tomar tus próximas vacaciones en ese paraíso. Pero cuando llegás es una ciudad enorme donde es imposible estacionarse, lleno de turistas, las playas abarrotadas de basura, todo es carísimo, el agua del mar es fría, el banderín del guardavidas siempre indica que está prohibido bañarse porque el mar está peligroso y, además, llueve.
Muchos dijeron, y dicen, de volver a la dictadura porque "estábamos mejor", o "acá hace falta mano dura". Otros, especialmente los políticos, empezaron con el discurso de que la democracia quizás no es el mejor sistema, pero es lo menos malo. Y así fue como empezamos a votar, no a lo que nos representa, ya que no existe, si no a lo que aparenta ser lo menos perjudicial.
Al principio pensé que era otro mal que aquejaba a mi país, pero viviendo en Francia me di cuenta que se sufre en otras partes también. En Argentina, aunque el gobierno se jacte de haber sido votado por el 54%, muchos votaron a Cristina para que no gane Duhalde. En Francia se votó a Hollande para que no gane Sarkozy. En EEUU, se prefirió a Obama antes que a Romney. Se podría decir que en Argentina vivimos como en el primer mundo: jodidos.
Hemos llegado a la situación de que en países, como España o Grecia, que están en crisis, se vote a la derecha para que dirijan los destinos del país. Yo me pregunto, y no logro responderme, ¿cómo es posible que, ante el problema de que desaparecen las ovejas, se pueda elegir como remedio poner al lobo para cuidarlas?

Si nos fijamos en la Real Academia Española podemos encontrar que democracia, del griego δημοκρατία, femenino, es una doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno o el predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado. Que surge de la combinación de las palabras griegas - continuando con la calificada definición de la RAE - demo, que significa "pueblo", y kratos que indica "dominio" o "poder".
Todos sabemos que en la Antigua Grecia el concepto de pueblo no era el mismo. Pero que, felizmente, la actual definición de pueblo, que viene del latín popŭlus, es, entre otras, conjunto de personas de un lugar, región o país. O también, gente común y humilde de una población.
Ahora, ¿el concepto de democracia se ha modernizado o sigue la versión 1.0 de la Antigua Grecia?
Todo esto fue una introducción para darle lugar a un dibujo que expresa mi opinión del sistema democrático al cual venden como representativo:
Pendant la dernière dictature militaire en Argentine, ma mère a vécu la trouille au ventre.

Elle avait commencé à militer dans le péronisme dans les années 60 aux côtés de celui qui deviendrait mon père, et tous deux furent des dirigeants importants du militantisme étudiant de Bahía Blanca. Tels des adolescents fans d’un groupe de rock, les services d’intelligence de l’armée et la police collectionnaient des photos et des renseignements sur eux.
À cause de mon apparition dans leurs vies et de celle de certains personnages obscurs dans la politique, ils ont peu à peu laissé le militantisme de côté. Mais ils étaient déjà joliment fichés.

À partir du 24 mars 1976, par peur, nous avons arrêté d’être nous. Elle utilisait le nom de son deuxième mari, car mon père était mort dans un accident en 72, et moi, je suis devenu le fils du docteur.
J’étais gamin et, même si je sentais que quelque chose n’allait pas bien, je n’avais pas conscience de la réalité. Ainsi, j’ai beaucoup aidé à ce que ma pauvre petite mère souffre encore plus.
À cette époque, quand on marchait dans la rue, on croisait toujours quelque camion de l’armée plein de bidasses. Et quand je les voyais, je me mettais à crier : - Regarde maman, les soldats !, tout en regardant émerveillé les casques et les armes. Comprenez, les PlayStations n’existaient pas encore et à la télé, ils passaient Tarzan, Les trois Stooges, Speed Racer et Astro Boy. Pas de Rambos ni de Terminators. Ma mère, qui ne voulait en aucun cas attirer l’attention et encore moins celle des militaires, me donnait des coups de pieds, me pinçait ou me tirait les cheveux pour que je ferme la bouche, ce qui ne faisait qu’amplifier mon scandale.
Je me rappelle très bien le soir où les gars en vert ont débarqué dans le quartier pour chercher un voisin. Ma mère a pâli. Elle a baissé les stores et, lumières éteintes, a commencé à épier par un trou de la fenêtre de notre appartement situé au quatrième étage.
Bien sûr, moi aussi j’ai voulu épier, mais elle m’a viré. Je lui ai cassé les couilles jusqu’à ce qu’elle me laisse, mais à la condition de me taire et de ne pas bouger.
Depuis ma position, agenouillé dans la tranchée du foyer, j’ai pu voir comment ils braquaient les lumières sur Domínguez, un voisin du bâtiment d’en face qui était en train de peindre son appartement en haut d’un escabeau toutes fenêtres ouvertes, et les écouter lui donner l’ordre de se rentrer. J’ai également pu voir comment ils entraient dans un autre appartement, faisaient un tour et, un peu plus tard, en ressortaient sans personne et s’en allaient. Je n’ai jamais reçu de réponse lorsque je demandais ce qui se passait. Juste un simple « Rien, rien » pas très convaincant.
Des années plus tard, remémorant cette soirée avec des amis, j’ai appris qu’ils s’étaient trompés d’appartement et que le voisin recherché, López « le Fou », s’était miraculeusement éclipsé. Ils avaient seulement réussi à réveiller un homme qui faisait la sieste.
Les dimanches d’hiver ensoleillés, ma mère donnait une série d’ordres et nous sortions dare-dare faire un tour dans la Falcon modèle 65. Peu importait où. La seule chose qui importait, c’est qu’il y avait du soleil. C’est ainsi que, nous promenant en voiture dans le centre de Buenos Aires, nous sommes passés en face du Congreso (palais du Congrès), bâtiment énorme et beau comme tous les parlements du monde, où j’ai demandé :
- M’an, c’est quoi ce bâtiment ?
- Le Congreso.
Et la phrase qui tue : - Ça sert à quoi ?
Mes vieux se sont regardés. Ils ont improvisé une explication sans trop de sens. J’ai dit que je ne comprenais pas et nous avons immédiatement fait demi-tour et sommes rentrés à la maison sans rien dire de plus. J’ai assombri leur dimanche ensoleillé.
Mais le coup le plus dur, ce fut cette fois où, tout fier, j’ai annoncé à ma mère la décision que j’avais prise pour mon avenir. Les garçons de mon âge disaient en général qu’ils voulaient devenir policiers, ou pompiers, ou astronautes quand ils seraient grands. Moi, j’avais fait une analyse profonde de l’histoire argentine à partir de ce qu’on m’avait dit à l’école et de ce que j’avais zieuté dans les livres qu’il y avait dans la bibliothèque de la maison. De nombreux hommes importants, qui dirigèrent ou firent de grandes choses pour le pays, furent militaires : Avellaneda, Roca, Rivadavia. Le plus important : le Général San Martín. Il y en avait un autre qui allait revenir à tout moment, selon ce que disaient les graffitis sur les murs : le Général Perón. Il y avait aussi celui qui était président à cette époque-là : le Général Videla (je ne peux retenir cette sensation de dégoût et de haine lorsque j’écris son nom). C’était décidé et je le lui ai dit :
- Maman, quand je serai grand, je veux être militaire.
Ma mère m’a regardé, stupéfaite, restant bouche bée après avoir prononcé un « Pourquoi ? » angoissé.
- Parce que je veux être Président d’Argentine.
Après voir pleuré, descendu une bouteille de whisky et avalé une boîte de je ne sais quels cachets, elle s’est assise face à moi et a commencé à m’expliquer en détail tout ce dont on m’avait parlé à l’école et que je n’avais jamais compris (évidemment, comment allais-je comprendre « voter », « pouvoir législatif », « députés », « sénateurs », puisque ça n’existait pas ? C’est comme quand on a voulu m’expliquer cette histoire de Dieu) et à me raconter, en version light, ce qui était en train d’arriver au pays. Quelque chose qui devait rester secret entre nous et que je ne devais raconter à personne.
Pendant ma dernière année d’école primaire, a commencé la campagne politique pour l’élection de celui qui allait être élu président, Raúl Alfonsín, et qui allait marquer le retour à la démocratie. Je sortais de l’école à 17 h, je traversais l’avenue Mitre et là, sur la place d’Avellaneda, se trouvaient les stands de tous les partis politiques. Les gens s’arrêtaient pour poser des questions, discuter, donner leur avis. Avec mes camarades, on quémandait les autocollants des différents partis qu’on collait ensuite sur nos classeurs. On se chamaillait pour voir quelle force politique allait gagner, comme si on parlait d’un match de foot.
Ça sentait le printemps. Nous étions contents. Nous avions des illusions.
Puis nous nous sommes rendu compte, bien que nous voulions nous cacher la vérité, que tout n’était qu’un mensonge. Comme quand tu vois une carte postale d’un site touristique, beau, avec des plages blanches, pleines de soleil et de jolies filles en maillot de bain. Et que tu décides de prendre tes prochaines vacances dans ce paradis. Mais quand tu arrives, c’est une ville énorme où il est impossible de se garer, pleine de touristes, les plages sont bondées d’ordures, tout est très cher, la mer est froide, le pavillon des surveillants de plage indique toujours que la baignade est interdite parce que la mer est dangereuse et, en plus, il pleut.
Beaucoup ont dit, et disent toujours, qu’il faut revenir à la dictature car « on était mieux », ou « ici, il faut une main dure ». D’autres, particulièrement les hommes politiques, ont commencé le discours selon lequel la démocratie n’est peut-être pas le meilleur système, mais c’est le moins mauvais. Et c’est ainsi que nous avons commencé à voter, pas pour ce qui nous représente, puisque ça n’existe pas, mais pour ce qui nous semble le moins nuisible.
Au début, j’ai pensé que c’était un autre mal qui atteignait mon pays, mais de vivre en France, je me suis rendu compte que d’autres endroits en souffrent également. En Argentine, bien que le gouvernement se vante d’avoir obtenu 54 % des voix, beaucoup ont voté Cristina pour que ce ne soit pas Duhalde qui gagne. En France, on a voté Hollande pour que Sarkozy ne passe pas. Aux États-Unis, on a préféré Obama à Romney. On pourrait dire qu’en Argentine, nous vivons comme dans le premier monde : on est foutus.
Nous sommes arrivés à la situation où dans des pays, comme l’Espagne ou la Grèce, qui sont en crise, on vote à droite pour qu’elle dirige le destin du pays. Je me demande, et je n’arrive pas à me répondre : comment est-il possible que, face au problème de la disparition des brebis, l’on puisse choisir comme antidote de les faire surveiller par le loup ?

Si l’on consulte la Real Academia Española, on trouve que démocratie, du grec δημοκρατία, féminin, est une doctrine politique favorable à l’intervention du peuple dans le gouvernement ou la prédominance du peuple dans le gouvernement politique d’un État. Qui provient de la combinaison des mots grecs – pour continuer avec la définition qualifiée de la RAE - dêmos, qui signifie « peuple », et kratos, « domination » ou « pouvoir ».
Nous savons tous que dans la Grèce antique, le concept de peuple n’était pas le même. Mais que, heureusement, la définition actuelle de peuple, qui vient du latin popŭlus, est, entre autres, l’ensemble des personnes d’un lieu, région ou pays. Ou bien, les personnes ordinaires et humbles d’une population.
Alors, le concept de démocratie s’est-il modernisé ou bien la version 1.0 de la Grèce antique est-elle toujours en vigueur ?
Tout ceci fut une introduction pour faire place à un dessin qui exprime mon opinion sur le système démocratique qu’on nous vend comme représentatif :



Una de las cosas que intenté comprender cuando llegué a Francia, aparte del idioma, fue su política. El armar un croquis de la vida política francesa no me fue fácil. Mis conocimientos de la división de fuerzas políticas proveniente de mi experiencia Argentina y mi opinión, no muy favorable, sobre los políticos, no ayudaron en nada.
A continuación paso a dar mi visión sobre el tema. Tengan en cuenta que desde chico sufro miopía.

Al estar como presidente y poder ver sus políticas de gobierno, Sarkozy y sus secuaces eran muy fáciles de ubicar. Tipos de derecha que aman el dinero y el poder.
Más a la derecha el Frente Nacional con Le Pen. Xenófobos que le echan la culpa de todos los males franceses a la Unión Europea y a los extranjeros, defensores de la tradición de la baguette y el queso, la familia normal con mamá y papá - nada de cosas raras - y la patria, ese objeto que cada cual lo define como se les canta las pelotas y que sirve para hacer las estupideces más grandes posibles por un humano.
Hasta acá venía simple.
Pero cuando comencé a mirar hacia la izquierda francesa se me empezó a complicar.
Están los verdes o ecologistas que, por un lado, podemos encontrar a viejos militantes luchadores con una clara tendencia a la izquierda y hasta un poco anarquistas, pero también, al mismo tiempo, hay tipos como Nicolas Hulot que tiene una fundación bancada, entre otros, por L'oreal (La empresa de la señora Bettencourt, que se olvidó en su declaración de impuestos agregar una isla de su propiedad: ¡Uy, puta, me olvidé que la tenía!), TF1 (Un canal de televisión que podríamos definir : "no muy cultural"), EDF (Una empresa de electricidad), y Vinci (Una empresa constructora a gran escala que entre otras cosas construye autopistas, a las cuales después gerencia, y aeropuertos). ¿Podríamos decir que estos son capitalistas de izquierda? ¿O ecologistas de derecha? ¿O capitalistas con un alto grado de culpabilidad? ¿O simplemente una manga de hijos de putas sin vergüenza?
Después están los claros grupos de izquierda o extrema izquierda. Veteranos militantes, restos de alguna buena época, que no pierden el sueño de lograr la utopía de la revolución del pueblo para el pueblo o nuevas olas de lectores del Manifiesto del Partido Comunista aggiornados al siglo XXI. Así tenemos al clásico Partido Comunista, al Nuevo Partido Anticapitalista, al Partido de Izquierda y una larga lista de pequeños partidos del estilo.
Pero el más difícil de entender es el Partido Socialista. Dicen que son de izquierda. Una izquierda moderada, no extrema, pero de izquierda. Pero cuando empecé mi investigación sobre el tema, el candidato presidencial era Strauss-Kahn. Conocido actualmente por su pequeño vicio de querer empernar a todas las mujeres que se le cruzan, logrando su objetivo a través de la seducción, del dinero o de la fuerza.
Golpeó duramente a la sociedad francesa el tomar conocimiento público de esta debilidad. No podían comprenderlo, ni digerirlo. Pero a mí no me llamó la atención, ya que el señor tenía la costumbre de empernar países enteros a través de las recetas neoliberales impuestas por el Fondo Monetario Internacional del cuál él era el presidente en ese momento. Lo que sí me llamaba muchísimo la atención es que el capo del FMI se presentara como candidato a presidente del partido político de izquierda más grande de Francia.
Hasta ahora nadie pudo darme una respuesta que me satisfaga.
Después de la ruidosa caída de Strauss-Kahn, la posta la tomó Hollande, presentándose como un presidente normal. Cosa que muchos quisieron entender como que el tipo iba a ser uno de los nuestros. Que Francia iba a volver a ser ese país de las mejoras sociales, del estado de bienestar. Pero a partir de que asumió como presidente, sus políticas gubernamentales desmintieron esta teoría, generando, en general, un gran desconsuelo. Pero el tipo nunca mintió. Dijo que iba a ser un presidente normal. Es decir, que nos iba a cagar, que iba a beneficiar a los grandes propietarios, a las financieras, iba a reducir los presupuestos de cultura, educación y salud, que iba a continuar haciendo guerras, etc.
Durante la campaña presidencial del 2012 en Francia me surgió en un sueño este dibujo:

Une des choses que j’ai essayé de comprendre lorsque je suis arrivé en France, à part la langue, fut la politique de ce pays. Il ne me fut pas facile de dresser un croquis de la vie politique française. Mes connaissances sur la division des forces politiques provenant de mon expérience argentine et mon appréciation, pas très favorable, des hommes politiques, n’ont pas du tout aidé.
Je vais ci-dessous donner mon point de vue sur le sujet. Tenez compte du fait que depuis que je suis petit, je souffre de myopie.

Comme il était président et comme on pouvait voir ses politiques gouvernementales, Sarkozy et ses complices étaient très faciles à cerner. Des types de droite qui aiment l’argent et le pouvoir.
Encore plus à droite, le Front National avec Le Pen. Des xénophobes qui rejettent la faute de tous les maux français sur l’Union européenne et sur les étrangers, défenseurs de la tradition de la baguette et du fromage, de la famille normale avec une maman et un papa – pas de choses bizarres – et de la patrie, cet objet que chacun définit comme ça le chante et qui sert à faire commettre les stupidités les plus grandes aux humains.
Jusque-là, c’était simple.
Mais quand j’ai commencé à regarder du côté de la gauche française, les choses se sont mises à se compliquer. Il y a les Verts ou Ecolos où, d’un côté, l’on peut trouver de vieux militants qui luttent avec une nette tendance à gauche, et même un peu anarchiste, mais aussi, en même temps, des types comme Nicolas Hulot qui ont une fondation soutenue entre autres par L’Oréal (l’entreprise de Madame Bettencourt, qui a oublié dans sa déclaration d’impôt d’ajouter une île qui lui appartient : Oh, putain, j’ai oublié que je l’avais !), TF1, EDF, et VINC. Pourrions-nous dire que ce sont des capitalistes de gauche ? Ou des écologistes de droite ? Ou des capitalistes avec un haut degré de culpabilité ? Ou simplement une bande de fils de pute sans vergogne ?
Ensuite, il y a les groupes clairement de gauche ou d’extrême gauche. Des vétérans militants, restes d’une bonne époque, qui ne perdent pas leur rêve d’atteindre l’utopie de la révolution du peuple pour le peuple, ou de nouvelles vagues de lecteurs du Manifeste du Parti Communiste, au goût du jour du XXIe siècle. Nous avons ainsi le Parti Communiste, le Nouveau Parti Anticapitaliste, le Parti de Gauche et une longue liste de petits partis dans le style.
Mais le plus difficile à comprendre, c’est le Parti Socialiste. Ils se disent de gauche. Une gauche modérée, pas extrême, mais de gauche. Mais quand j’ai commencé mon enquête sur ce sujet, le candidat à la présidence était Strauss-Kahn. Actuellement connu pour son petit vice de vouloir baiser toutes les femmes qu’il croise, atteignant son objectif par la séduction, l’argent ou la force.
La société française a reçu un sacré coup en apprenant cette faiblesse. Elle n’arrivait pas à comprendre cela, ni à le digérer. Mais moi, ça ne m’a pas étonné puisque ce monsieur avait l’habitude de baiser des pays entiers au moyen des recettes néolibérales imposées par le Fonds Monétaire International qu’il présidait à ce moment-là. En revanche, ce qui attirait mon attention était que le numéro un du FMI se présente comme candidat à la présidence du plus grand parti politique de gauche de France.
Jusqu’à présent, personne n’a pu me donner une réponse qui me satisfasse.
Après la chute bruyante de Strauss-Kahn, Hollande a pris le relais, se présentant comme un président normal. Beaucoup ont voulu comprendre par là que le type allait être un des nôtres. Que la France allait redevenir ce pays des avancées sociales, de l’État-providence. Mais à partir du moment où il a pris ses fonctions de président, ses politiques gouvernementales ont démenti cette théorie, provoquant, en général, une grande déception. Mais ce type n’a jamais menti. Il a dit qu’il allait être un président normal. C’est-à-dire, qu’il allait nous baiser, qu’il allait favoriser les grands propriétaires, les sociétés financières, qu’il allait réduire les budgets de la culture, de l’éducation et de la santé, qu’il allait continuer à faire des guerres, etc.
Pendant la campagne présidentielle de 2012 en France, ce dessin m’est apparu en rêve :


Ahora, en el 2013, después de una pesadilla, la actualización:


Maintenant en 2013, après un cauchemar, la mise à jour :




Si una persona cualquiera decide, o debe imperiosamente, irse a vivir a un país de habla diferente, lo primero que debe hacer es adquirir un amplio glosario de malas palabras y conocer su utilización. Luego, hay que esmerarse en pronunciar correctamente en la lengua que corresponda palabras como "comida", "vino", "cerveza", "no entiendo" y alguna que otra más. El resto, con una sonrisa y un montón de señas se soluciona. Si tiene la suerte de ser originario de algún país angloparlante, hispanoparlante o francoparlante, tiene el camino allanado hacia la felicidad: siempre, hasta en los lugares más remotos, va a encontrar a alguien que estudió su lengua o que tiene familiares del mismo origen o, por lo menos, parecido. Ahora, si maneja la lengua alemana o coreana, ya empieza a complicarse. Chino, sólo para hacer las compras en los supermercaditos de Argentina. Serbio o checoslovaco, mejor quédese en casa o tome algún curso de idiomas por correspondencia.
La etapa siguiente es aprender las costumbres del lugar. Por ejemplo, si usted está manejando un automóvil por alguna callecita monona de Francia y se topa con un semáforo en luz roja: deténgase inmediatamente, no lo dude un microsegundo. Si ocurre lo mismo en Pergamino, mire hacia todos los lados y si no intuye la posibilidad de existencia de algún agente del orden, continúe, previamente habiéndose asegurado de no colisionar con otro vehículo. En Italia, asegúrese usted de no ser colisionado por otro. En Avellaneda, acelere a fondo y no se detenga ante nada.
Situaciones cotidianas a tener en cuenta, como ésta que acabo de ejemplificar, hay miles. Conocer o reconocer las sutiles diferencias de costumbres es importante. Recuerde que existe un mundo a descubrir después de los límites de Puente Crucecita o de Enval.
En una ocasión, estando en Francia - mire que estupidez voy a contarle, pero lo importante que es estar alerta - fui invitado a cenar a una casa de familia. No seriamos más de siete.
En un momento de la cena sirvieron ensalada. Hojas de lechuga sin ningún condimento. Previsor, relojeé (se escribe así según la RAE) que hacían los otros comensales. Cuando llegó la ensaladera a mis manos hice igual que los demás, como si lo mío, desde mi más tierna infancia, fuera comer pasto cual conejo que, rostro al viento, retoza libre por los verdes prados.
Puse cuatro hojas en el plato y corté meticulosamente en forma perpendicular. Sin poder ni siquiera pestañear, el dueño de casa me tomo por sorpresa ofreciéndome un pocillo de cafe lleno de vinagreta, un aderezo compuesto de aceite, vinagre y mostaza que alguna vez había cruzado formando parte de la cena en un viaje en avión y al cuál utilicé para untarlo en el pan. No sabía muy bien su uso, pero el potecito no era muy grande y no me pareció que sirviera para otra cosa. Además, en la soledad de mi asiento de un Airbus A330 a 33.000 pies de altitud, la combinación me pareció genial.
Estaba yo con el pocillo de cafe en mi mano izquierda y la diestra a punto de partir en dirección a la panera, cuando repentinamente mi sentido de supervivencia se puso en alerta: ¡Para Perez! Mis ojos reclamaron inocentemente a los presentes para qué era ese mejunje. Gentilmente y sonriendo me hicieron señas explicándome que era para poner sobre la ensalada. Mientras devolvía la sonrisa agradeciéndoles y haciéndoles cómplices de mi ignorancia y sintiendo dentro mío que el ego se ensanchaba - Bien, Perez, cómo la dibujaste. Casi te mandas una cagada, pero zafaste - vertí todo el brebaje del pocillo de cafe sobre mi plato, apoyándo luego el objeto vacío sobre la mesa. Concentrado en no derramar una gota sobre el mantel al realizar la operación de humedecer toda la ensalada con el susodicho líquido, no me di cuenta del real efecto que había causado mi acción. Al momento de percibir el silencio abrumador que se había instalado en la mesa, ya el anfitrión había tomado el pocillo y se retiraba en dirección a la cocina. Al principio entendí que algo había sucedido, ¿pero qué? Oh, sorpresa, cuando lo veo volviendo con el pocillo nuevamente lleno.
La sustancia giraba en torno a la mesa de mano en mano luego de que mis compañeros de velada ponían 2 o 3 cucharaditas máximo sobre sus verdes ensaladas. Mi ego se desplomó, había bajado la guardia por vanidad y la realidad de mi ignorancia en el arte de la mesa me dio un cross a la mandíbula. Regodeándome en el triunfo de una batalla, perdí la guerra.
Se deben haber preguntado de dónde salió éste salvaje. Deben haber sentido esa mezcla de lástima, temor y odio, como aquella vez que en los jardines de la casa de Saint-Exupéry, para un evento donde proponían un encuentro con la Argentina, vi como un galo originario hacía un asado con llamas de dos metros de alto.
Los choques de civilizaciones son duros. Para evitarlos hay que estar vigilantes. Aunque estar muy atentos, siempre es poco.
Pero, ¿qué hacen los estados para solucionar esta problemática social? En Francia obligan a los extranjeros a tomar cursos de instrucción cívica para enseñarles unos valores republicanos que nadie respeta.
Así fue cómo me informé de por qué los colores de la bandera francesa (el blanco curiosamente representa la monarquía, ¿alguien me lo puede aclarar?), de la existencia de los derechos humanos (aunque existen diferencias en el concepto de humano. P.E.: los roms o gitanos, ¿son humanos?), de la división política de la Auvergne y, entre otras cosas que obviamente ya olvidé, me presentaron a la Marianne, esa señora que representa la libertad, la del gorro frigio y la bandera en alto en su mano derecha que dirige al pueblo hacia la liberación con las tetas al aire. Respecto a éste punto debo confesar el alto grado de envidia que les tengo a los franceses. Tenemos a Maradona, a Perón, a Evita, la mejor carne del mundo, el mate, el dulce de leche, podemos creernos ser los mejores en cualquier cosa, pero una mina "poniéndole el pecho" para lograr la libertad del país : eso no tenemos.
Al mismo tiempo en que el Estado francés me desasnaba e intentaba hacer de mí un hombre útil para la sociedad, los diarios mostraban cómo un montón de payasos denigraban, insultaban y sodomizaban a una sociedad desmayada y otros seres mutilados de cerebro y corazón aplaudían con fervor al rey clown.
Mi pobre cabecita de adolescente eterno no lograba comprender y se imaginaba a la Marianne perdida por las calles de la ciudad, sola, desahuciada, con sus gomas ofrendadas al mundo sin que nadie se las mire, ni concupiscente ni por curiosidad, porque sólo tienen ojos para sus pantallas hipnotizadoras.

Si une quelconque personne décide, ou doit impérieusement, aller vivre dans un pays de langue différente, la première chose qu'elle doit faire, c'est acquérir un vaste glossaire de gros mots et connaître leur usage. Ensuite, elle doit s'appliquer à prononcer correctement dans la langue correspondante des mots tels que "nourriture", "vin", "bière", "je ne comprends pas" et quelques autres. Le reste se résout avec un sourire et un tas de signes. Si cette personne a la chance d'être originaire d'un pays anglophone, hispanophone ou francophone, son chemin vers le bonheur est sans encombre : elle rencontrera toujours, jusque dans les endroits les plus reculés, quelqu'un qui a appris sa langue ou qui a de la famille de la même origine ou, au moins, semblable. Mais, si elle manie la langue allemande ou coréenne, ça commence à se compliquer. Chinois, seulement pour faire les courses dans les petits supermarchés d'Argentine. Serbe ou tchécoslovaque, mieux vaut rester à la maison ou prendre un cours de langue par correspondance.
L'étape suivante consiste à apprendre les mœurs du coin. Par exemple, si vous êtes en train de conduire une automobile dans une mignonne petite rue de France et tombez sur un feu rouge : arrêtez-vous immédiatement, n'hésitez pas une microseconde. Dans la même situation à Pergamino, regardez de tous côtés et si vous ne pressentez aucune possibilité d'existence d'un agent de l'ordre, continuez, après vous être préalablement assuré de ne pas percuter un autre véhicule. En Italie, assurez-vous de ne pas être percuté. À Avellaneda, accélérez à fond et ne vous arrêtez surtout pas.
Des situations quotidiennes à prendre en compte, comme celle que je viens d'exemplifier, il y en a des milliers. Il est important de connaître ou reconnaître les différences subtiles entre les mœurs. N'oubliez pas qu'il y a tout un monde à découvrir au-delà des limites de Puente Crucecita ou d'Enval.
Une fois, en France - voyez comme c'est bête ce que je vais vous raconter, mais comme c'est important d'être sur ses gardes - j'ai été invité à dîner chez une famille. Nous ne devions pas être plus de sept.
À un certain moment du repas, on a servi de la salade. Des feuilles de laitue sans aucun condiment. Prévoyant, j'ai regardé du coin de l'œil ce que faisaient les autres convives. Lorsque le saladier est arrivé entre mes mains, j'ai fait comme tous les autres, comme si c'était mon truc, depuis ma plus tendre enfance, de manger de l'herbe tel un lapin, museau au vent, batifolant librement à travers les vertes prairies.
J'ai mis quatre feuilles dans mon assiette et les ai méticuleusement coupées perpendiculairement. Sans même avoir eu le temps de sourciller, le maître de maison m'a pris par surprise en m'offrant une tasse à café pleine de vinaigrette, assaisonnement composé d'huile, de vinaigre et de moutarde que j'avais rencontré une fois, faisant partie du dîner d'un voyage en avion, et dont je m'étais servi pour tartiner le pain. Je ne connaissais pas très bien son utilisation, mais le petit pot n'était pas très grand et ça ne m'avait pas l'air de servir à autre chose. De plus, dans la solitude de mon fauteuil d'Airbus A330 à 33000 pieds d'altitude, cette combinaison m'avait paru géniale.
J'avais donc la tasse de café dans la main gauche, et la droite sur le point de partir en direction de la corbeille à pain, lorsque mon sens de survie s'est subitement mis sur le qui-vive : Attends Perez ! Mes yeux réclamèrent innocemment aux personnes présentes à quoi servait cette mixture. Gentiment et avec le sourire, ils me firent des signes m'expliquant que c'était pour mettre sur la salade. Tout en leur rendant le sourire, les remerciant et les rendant complices de mon ignorance, et sentant mon ego grandir en moi - Bien, Perez, comme t'as assuré. T'as failli faire une connerie, mais tu t'en es sorti - j'ai versé tout le breuvage de la tasse à café dans mon assiette, reposant ensuite l'objet vide sur la table. Concentré pour ne pas verser une goutte sur la nappe en réalisant l'opération de mouiller toute la salade avec le susdit liquide, je ne me suis pas rendu compte de l'effet réel qu'avait provoqué mon acte. Au moment où j'ai perçu le silence accablant qui s'était installé à table, l'amphitryon avait déjà pris la tasse et se retirait en direction de la cuisine. Au début, j'ai compris qu'il s'était passé quelque chose, mais quoi ? Oh, surprise, lorsque je le vois revenir avec la tasse à nouveau pleine.
La substance faisait le tour de la table, passant de mains en mains après que mes compagnons de soirée mettaient au maximum 2 ou 3 cuillerées à café sur leurs salades vertes. Mon ego s'est effondré, j'avais relâché mon attention par vanité et la réalité de mon ignorance dans l'art de la table m'avait décroché un direct dans la mâchoire. Me délectant du triomphe d'une bataille, j'ai perdu la guerre.
Ils ont dû se demander d'où sortait ce sauvage. Ils ont dû sentir ce mélange de pitié, de peur et de haine, comme cette fois où, dans les jardins de la maison de Saint-Exupéry, lors d'un évènement proposant une rencontre avec l'Argentine, j'ai vu comment un Gaulois originaire faisait un barbecue avec des flammes de deux mètres de haut.
Les chocs de civilisations sont durs. Pour les éviter, il faut être vigilant. Bien qu'être très attentif, c'est toujours trop peu.
Mais que font les États pour apporter une solution à cette problématique sociale ? En France, ils obligent les étrangers à prendre des cours d'instruction civique pour leur apprendre des valeurs républicaines que personne ne respecte. C'est ainsi que j'ai appris le pourquoi des couleurs du drapeau français (curieusement, le blanc représente la monarchie, est-ce que quelqu'un peut m'éclaircir cela ?), l'existence des droits de l'homme (bien qu'il existe des différences dans le concept d'homme. Ex. : les Rom ou gitans, ce sont des hommes ?), la division politique de l'Auvergne et, entre autres choses que j'ai évidemment déjà oubliées, on m'a présenté la Marianne, cette femme qui représente la liberté, celle qui porte le bonnet phrygien, lève le drapeau dans sa main droite et dirige le peuple vers la libération, les seins à l'air. Sur ce point, je dois avouer le haut degré d'envie que j'ai envers les Français. Nous avons Maradona, Perón, Evita, la meilleure viande du monde, le mate, le dulce de leche, nous pouvons croire être les meilleurs en n'importe quoi, mais une nana qui "avance le torse" pour obtenir la liberté du pays : ça, nous n'avons pas.
Alors que l'État français me désabêtissait et essayait de faire de moi un homme utile pour la société, les journaux montraient comment un tas de clowns humiliaient, insultaient et sodomisaient une société endormie, et d'autres êtres mutilés du cerveau et du coeur applaudissaient avec ferveur le roi clown.
Ma pauvre petite tête d'adolescent éternel n'arrivait pas à comprendre et imaginait la Marianne perdue dans les rues de la ville, seule, dépitée, ses nichons en offrande au monde sans que personne ne les regarde, ni concupiscent ni curieux, car ils n'ont d'yeux que pour leurs écrans hypnotiseurs.



Quizás hoy, que ya terminé mi instrucción cívica, alguien se pregunta si no hubiera sido mejor enseñarme a preparar la vinagreta.


Peut-être qu'aujourd'hui, maintenant que j'ai terminé mon instruction civique, quelqu'un se demande s'il n'aurait pas mieux valu m'apprendre à préparer la vinaigrette.


A partir del Río Colorado comienza la Patagonia argentina, lo que llamamos "el Sur", y se estira unos 2500 km hasta Ushuaia en Tierra del Fuego. Mi ciudad natal, si se puede llamar así a un pueblo de un km de ancho por dos de largo, se ubica a unos 100 km al sur del Río Colorado, es decir, en la Patagonia, el Sur, pero al Norte.
Ya de purrete me mudé a Avellaneda, municipio que, separado por el afamado Riachuelo, se encuentra al sur de Capital Federal, el Centro, ese único lugar dónde Dios, que es argentino, atiende.

Avellaneda es un municipio que otrora fue industrial. Gris y maltratado como el resto de los municipios del conurbano bonaerense (Salvo la zona Norte, que es más una extensión de Capital Federal que parte de la Provincia de Buenos Aires).
En sus orígenes se la llamó Barracas al Sur, para diferenciarla de Barracas que está del lado de Capital. Ambas se denominaban así porque en esta zona se encontraban todas las barracas (o depósitos) dónde se acumulaba la lana, los cueros y otros productos que luego serían embarcados para vender al exterior.
Tanto de un lado como del otro del Riachuelo, se fueron estableciendo los inmigrantes y los emigrantes que llegaban en búsqueda de trabajo, que fueron el alimento de tantas historias, letras y fábulas sobre el tango y sus personajes.
Una ciudad de la cual, de sus barrios humildes, de sus pequeños talleres familiares y sus grandes fábricas (hoy ámbitos prácticamente desaparecidos), partió el "aluvión zoológico" para recuperar a Perón el 17 de octubre de 1946.

Avellaneda es un conjunto de barrios. Cada uno con su nombre y sus características particulares.
Yo soy de Barrio Güemes, un complejo de 23 edificios de 10 pisos correspondientes al llamado plan VEA (Vivienda económica argentina) del Banco Hipotecario Nacional, realizado donde se encontraba la Laguna del Cabezón. Barrio que, rodeado por las vías del tren que va a La Plata, la Avenida Güemes, el nuevo edificio de la Municipalidad y antiguamente por el Mercado de Hacienda, hoy Shopping, estúpidamente llamado, Alto Avellaneda, queda como una isla urbana.
Dicen que el prototipo utilizado para la construcción de los monobloks responde a las postulaciones de Le Corbusier sobre la solución a la vivienda popular. Que me perdonen, pero, ¡qué mal gusto!
Ahora se considera que el Barrio Güemes forma parte del centro activo de Avellaneda. Status que logró a partir de la llegada de sus nuevos vecinos más coloridos e importantes.
Pero antes, en la época en que caían cuatro gotas y la Avenida Güemes se inundaba de cabo a rabo y no se podía salir del barrio salvo que sea en bote o a nado, su ubicación geopolítica era más discutida.
Por cuestiones de negocios inmobiliarios o caprichos de pertenecer a otra clase social, se decía que era del centro de Avellaneda o de Quinta Galli, aunque la distancia con el centro neurálgico de la ciudad o con el barrio paquete, no ayudaba a sostener ésta infamia. Otros decían, y los documentos municipales lo confirman, que pertenecía al barrio de Crucecita, pero no era top y además, en la práctica, no eran barrios unibles. Gerli o Piñeiro quedaban muy lejos, aunque siempre aparecía un descolgado con teorías metafísicas intentando convencernos. Pero la gran duda, la discusión que siempre surgía entre los vecinos era si formaba parte de Sarandí o no. Ya que, la conexión con los otros barrios no era ágil, y, solamente cruzando la Avenida Güemes se entraba en territorio perteneciente al honorable barrio.
Sarandí, barrio poseedor de un club de fútbol campeón de primera A, Arsenal, - que, como dice mi amigo Fontana, no tiene estadio sino cancha y sus hinchas son vecinos del barrio - y, en su zona más cercana al Río de La Plata, de las quintas dónde se cosecha la vid con la cual se produce el archiconocido "vino de la costa" - un brebaje de color entre tinto y rosado, sabor dulzón y aroma indefinible, pero que para acompañar asados hechos al borde del cordón y con bastante hielo, es la mejor bebida.
De éste barrio es el Zorrito, jóven argentino, baterista, devenido percusionista de folklore, que conocí cuando ingresé al grupo de la Negra Chagra.
Inmediatamente, al entrar en contacto, nos reconocimos conciudadanos. La forma de hablar, de gesticular, la mirada profunda y el aroma a alcohol que emanaba de nuestras bocas, nos hacían hermanos de esquina. No es fácil de explicar. Años, siglos de una cultura, una forma de vivir, de respirar, de caminar, de decir: -Señora, me da dos kilos de miñoncitos, inigualable, subyacente en las profundidades del cemento avellanedesco que va mucho más lejos de cualquier comprensión racional.
No necesitábamos hablar, ni mirarnos. Percibíamos, mismo estando a grandes distancias, esa hormona que segregaba nuestro compañero y, sin palabra ni mensaje de texto que mediara, nos dirigíamos directamente al almacén o kiosquito más cercano a adquirir una botella de cerveza para saciar la sed de nuestro hermano y la nuestra.
Ésta fuerte relación de confraternidad barrial que nos hermanaba, me llevó a hacerlo partícipe de mis otras aventuras musicales.
Para la misma época en que lo conocí, estaba intentando grabar, por décima novena vez, el primer disco solista, o quizás, aunque más no sea, un demo respetable, de Laurita Peralta. Había hablado con Laura, y a pesar del resquemor a tener problemas con nuestras amigas por ser el Zorrito percusionista de la Negra y también de Sara Mamaní, estábamos de acuerdo que sería una buena idea incluirlo en la grabación.
Fui el encargado de llamarlo para invitarlo a participar y explicarle que no había presupuesto para pagarle honorarios. No interpuso ningún problema y hasta se alegró por la invitación. Así que arreglamos un horario para encontrarnos y comenzar la primer sesión de grabación.

Después del mediodía cargué la guitarra en el baúl del Gol rojo, que lamentablemente un tiempo después me chorearon, y me fui en búsqueda del muchacho. Llegué a la puerta de su casa. Una pared de unos 2,30 metros de alto, una puerta y el número, escondían una típica casa del estilo preponderante en la cuadra. Toqué el timbre y al rato escucho que alguien atraviesa chancleteando el clásico jardíncito que separa la casa de la puerta de acceso al grito de:
-¿Quién es?
- Hola, señora. Soy Daniel, vengo a buscar a… (¿digo Zorrito o digo Hernán?) Hernán (Sí, no hay nada peor que cambiarle el nombre al hijo de una madre).
- Ay, para que te lo llamo, me dice mientras abre la puerta y en dirección al interior de su hogar grita: ¡¡¡¡Hernancitoooooooooo!!!! (¿Por qué siempre el diminutivo en boca de las madres, tías y abuelas? ¡Queda tan feo cuando después ves a Hernancito aparecer: un boludón de más de 30 años! ¡Hasta pesadillas produce!).
Desde el fondo se escucha:
-Ya voy, vieja.
La madre del Zorrito me invita a pasar.
- Le agradezco, señora, pero ya nos vamos.
El Zorrito aparece en escena. Me saluda y a los gritos me dice:
-Disculpá, Perez. Estaba terminando de palanganearme las bolas. Me pongo una remerita limpia y vamos.
-Dale, te espero en el auto, contesto y giro en dirección al bólido rojo.
Transcurren unos minutos. El Zorrito entra al auto mientras yo estaba leyendo o escribiendo un mensaje en el celular.
- Bueno, Perez, ya estoy "lista", ¿vamos?, acota alegremente.
Lo miro. Me mira sonriente.
Lo miro interrogativamente. Me mira sorpresivamente sin entender que carajo le reclamo.
Lo miro inquisidoramente y le pregunto:
-Zorrito, ¿y el bombo?
-¿Qué bombo?
-El bombo, pelotudo. Para grabar. ¿O solamente vas a hacer palmas?
-Ah, no tengo bombo.
- ¿Cómo que no tenés bombo? ¿Y el que usas cuando tocamos con la Negra?
- Ese me lo presta la Sara. Pero queda en lo de la Negra.
- ¡No me podés decir que no tenés bombo! ¡Sos un percusionista!
- Tenía un bombo, Perez.
-¿Y qué hiciste?
- Lo vendí.

A continuación la partitura de "La Sarandileña", chacarera simple compuesta en el siglo XXI, dedicada a la República de Sarandí y al Zorrito.

*Para escuchar el tema, pegarse una vuelta por la sección "Musiques et vidéos".
 
 

 
 

 
 


Au fleuve Río Colorado, commence la Patagonie argentine, que nous appelons "le Sud", qui s'étend sur quelque 2500 km jusqu'à Ushuaia, en Terre de Feu. Ma ville natale, si l'on peut nommer ainsi un village d'un kilomètre de large sur deux de long, se trouve à environ 100 km au sud du Río Colorado, c'est-à-dire, en Patagonie, le Sud, mais au nord.

Gamin, j'ai déménagé à Avellaneda, commune qui, séparée par le célèbre Riachuelo, est située au sud de la capitale fédérale, le Centre, ce lieu unique où Dieu, qui est argentin, reçoit.



Avellaneda est une commune qui fut jadis industrielle. Grise et mal entretenue comme les autres communes de la banlieue de Buenos Aires (sauf la zone nord, qui est plus une extension de la capitale fédérale qu'une partie de la province de Buenos Aires).

À l'origine, elle était appelée Barracas al Sur, pour la différencier de Barracas qui est du côté de la capitale. Toutes deux étaient dénommées ainsi car c'est dans cette zone que se trouvaient tous les entrepôts (ou dépôts) où s'accumulaient la laine, les cuirs et autres produits qui étaient ensuite embarqués pour être vendus à l'étranger.

Aussi bien d'un côté que de l'autre du Riachuelo, se sont établis les immigrants et migrants qui arrivaient à la recherche de travail, et qui alimentèrent tant d'histoires, de paroles et de fables sur le tango et ses personnages.

Une ville d’où est partie, depuis ses humbles quartiers, ses petits ateliers familiaux et ses grandes usines (milieux ayant pratiquement disparu aujourd'hui), l' "alluvion zoologique" pour récupérer Perón le 17 octobre 1946.



Avellaneda est un ensemble de quartiers. Chacun avec son nom et ses caractéristiques particulières.

Je suis du quartier Güemes, complexe de 23 édifices de 10 étages correspondants à ce qui fut appelé le plan VEA (Vivienda Económica Argentina : Logement économique argentin) de la banque Banco Hipotecario Nacional, réalisé là où se trouvait la Laguna del Cabezón. Quartier qui, entouré par les voies du train pour La Plata, l'avenue Güemes, le nouveau bâtiment de la Municipalité et anciennement par le Mercado de Hacienda (foire agricole), aujourd'hui centre commercial stupidement appelé Alto Avellaneda, ressemble à une île urbaine.

On dit que le prototype utilisé pour la construction des monoblocs répond aux hypothèses de Le Corbusier concernant la solution au logement populaire. Qu'on me pardonne, mais quel mauvais goût !

Le quartier Güemes est aujourd'hui considéré comme faisant partie du centre actif d'Avellaneda. Statut qu'il a obtenu à partir de l'arrivée de ses voisins plus colorés et importants.

Mais avant, à l'époque où lorsqu'il tombait trois gouttes, l'avenue Güemes s'inondait d'un bout à l'autre et on ne pouvait sortir du quartier autrement qu'en canot ou à la nage, sa situation géopolitique était plus discutée.

Pour des raisons d'affaires immobilières ou par caprice d'appartenir à une autre classe sociale, on disait que c'était le centre d'Avellaneda ou de Quinta Galli, bien que la distance qui le séparait du centre névralgique de la ville ou du quartier chic n'aidait pas à soutenir cette infamie. D'autres disaient, et les documents municipaux le confirment, qu'il appartenait au quartier de Crucecita, mais ce n'était pas top et de plus, dans la pratique, ce n'était pas des quartiers pouvant être unis. Gerli ou Piñeiro étaient très loin, même s'il apparaissait toujours quelque farfelu avec des théories métaphysiques qui essayait de nous convaincre. Mais le grand doute, la discussion qui surgissait toujours entre voisins, était de savoir s'il faisait partie de Sarandí ou non. Puisque la connexion avec les autres quartiers n'était pas aisée, et que c'était seulement en traversant l'avenue Güemes qu'on entrait sur le territoire appartenant à cet honorable quartier.

Sarandí, quartier détenteur d'un club de foot champion de première division, Arsenal, - qui, comme le dit mon ami Fontana, n'a pas de stade mais un terrain et ses supporters sont les voisins du quartier - et, dans sa zone la plus proche du fleuve Río de la Plata, de terrains où l'on cultive la vigne à partir de laquelle est produit le célébrissime "vin de la côte" - breuvage de couleur entre rouge et rosée, sucré et à l'arôme indéfinissable, mais qui, pour accompagner des barbecues faits sur le bord du trottoir et avec beaucoup de glaçons, est la meilleure des boissons.

C'est de ce quartier qu'est "Zorrito" (petit renard), jeune argentin, batteur, devenu percussionniste de folklore, que j'ai connu lorsque j'ai intégré le groupe de la Negra Chagra.

Immédiatement, au premier contact, nous nous sommes reconnus comme concitoyens. La manière de parler, de gesticuler, ce regard profond et cette odeur d'alcool émanant de nos bouches nous faisaient frères de rue. Ce n'est pas facile à expliquer. Des années, des siècles d'une culture, d'un mode de vie, d'une manière de respirer, de marcher, de dire : - Madame, donnez-moi deux kilos de petits pains, inégalable, sous-jacente aux profondeurs du ciment avellanedesque qui va bien au-delà de toute compréhension rationnelle.

Nous n'avions pas besoin de parler, ni de nous regarder. Nous percevions, même si une grande distance nous séparait, cette hormone sécrétée par le camarade et, sans mot ni sms médiateurs, nous nous dirigions directement vers le magasin ou petit kiosque le plus proche pour acquérir une bouteille de bière afin d'étancher la soif de notre frère et la nôtre.

Cette forte relation de fraternité de quartier qui nous rapprochait m'a conduit à le faire participer à mes autres aventures musicales.

À l'époque où je l'ai connu, j'essayais d'enregistrer, pour la dix-neuvième fois, le premier disque soliste, ou peut-être, au moins, une démo respectable, de Laurita Peralta. J'avais parlé avec Laura, et malgré la crainte d'avoir des problèmes avec nos amies puisque Zorrito était le percussionniste de la Negra et aussi de Sara Mamaní, nous étions d'accord sur le fait que ce serait une bonne idée de l'intégrer à l'enregistrement.

C'est moi qui fus chargé de l'appeler pour l'inviter à participer et de lui expliquer qu'il n'y avait pas de budget pour lui payer des honoraires. Il n'a fait aucun problème et s'est même réjoui de l'invitation.
Nous avons donc convenu d'un horaire pour nous retrouver et commencer la première séance d'enregistrement.



Après midi, j'ai mis la guitare dans le coffre de la Gol rouge, qu'on m'a malheureusement fauchée quelque temps après, et je suis parti chercher le garçon. Je suis arrivé à sa porte. Un mur d'environ 2,30 mètres de hauteur, une porte et le numéro cachaient une maison typique du style prépondérant dans le pâté de maisons. J'ai sonné et entendu immédiatement que quelqu'un traversait en sandales le classique petit jardin séparant la maison de la porte d'accès, au cri de :

- Qui c'est ?

- Bonjour, madame. Je suis Daniel, je viens chercher… ( Je dis Zorrito ou Hernán ?) Hernán (Oui, il n'y a rien de pire que de changer le nom du fils d'une mère).

- Ah, attends, je l'appelle, me dit-elle tout en ouvrant la porte, et la voilà qui crie en direction de l'intérieur de son foyer : Mon petit Hernááááááááááááán !!!! ( Pourquoi toujours ce diminutif dans les bouches des mères, tantes et grand-mères ? C'est tellement moche quand ensuite on voit le petit Hernán apparaître : un gaillard de plus de 30 ans ! Qui provoque même des cauchemars !)

Du fond, on entend :

- J'arrive, m’man.

La mère de Zorrito m'invite à entrer.

- Je vous remercie, madame, mais on part tout de suite.

Zorrito entre en scène. Il me salue et me dit en criant :

- Excuse-moi, Perez. Je terminais de me rincer les valseuses. Je mets un T-shirt propre et on y va.

- D'accord, je t'attends dans la voiture, répondis-je, me tournant en direction du bolide rouge.

Quelques minutes passent. Zorrito monte en voiture alors que je lisais ou écrivais un message sur le téléphone portable.

- Ça y est, Perez, je suis "prête", on y va ?, ajoute-t-il gaiement.

Je le regarde. Il me regarde, souriant.

Je le regarde interrogativement. Il me regarde surpris, sans comprendre ce que je peux bien lui vouloir.

Je le regarde de manière inquisitrice et lui demande :

- Zorrito, le bombo ?

- Quel bombo ?

- Le bombo, couillon. Pour enregistrer. Ou tu vas juste faire des palmas ?

- Ah, j'ai pas de bombo.

- Comment ça, t'as pas de bombo ? Et t’utilises quoi quand on joue avec la Negra ?

- Celui-là, c'est Sara qui me le prête. Mais il reste chez la Negra.

- Ne me dis pas que t'as pas de bombo ! T'es percussionniste !

- J'avais un bombo, Perez.

- Et qu’est-ce que t'en as fait ?

- Je l'ai vendu.



Voici ci-dessous la partition de "La Sarandileña", chacarera simple composée au XXIe siècle, dédiée à la République de Sarandí et à Zorrito.

*Pour écouter le morceau, faites un tour dans la rubrique "Musiques et vidéos".

En una ocasión, estando la Negra Chagra en casa, preparé para almorzar un plato que inventé a base de quinoa (o quinua o kinwa). A la Negra le encantó. Me contó que se sintió sorprendida de que fuera rico, ya que una vez había intentado hacerle una comida con quinoa a Gustavo, su peor es nada, porque debía ampliar su dieta basada en asados los fines de semana y pizza el resto, y le había salido como el orto.
Insistió mil veces para que le pase la receta. Cada vez que me escribe un mail o hablamos por teléfono me reclama el secreto de mi arte culinario. Quiere convencer, a toda costa, a Gustavo, que ese pseudocereal que alguna vez intentó hacerle comer no es tan horrible como el jura y recontrajura a todos sus amigos y allegados, que lo miran con un dejo de lástima al consolarlo.

Por eso, acá, en el Espace Perecito, para la Negra, uno de mis platos exclusivos:

Quinoa con mugre.

No se asuste señora, no va a tener que andar recolectando nada roñoso por la calle, ni en la casa.
Voy a contarle un poco la historia de éste plato.
La cuestión es así.
Muchos amigos - amantes de lo natural, unos, ya viejos decrépitos que deben cuidarse del colesterol, otros - me habían hablado de la quinoa y sus cualidades. Así como la soja y otros productos de la familia vegetal, para mí, son comida para conejos y pajaritos. Pero hete aquí que una vez, en Perú, llegué a probar este alimento de origen incaico y, siendo sincero, para acompañar otras comidas de verdad, no me había parecido nada mal.
Charlando sobre colesterol y triglicéridos, de todas las comidas ricas que no debía comer para cuidar mi salud, de que todo lo que es rico es malo para la salud, de que no aguanto comer verduritas y otras yerbas, llegué a enterarme de que existía la posibilidad de comprar, en el supermercado de Clermont-Ferrand, grano de oro de los Andes.
Ahí está mi salvación, dije para mis adentros y me adentré al súper, carrito en mano, en búsqueda del alimento de los dioses. Ya con mi paquetito de quinoa bio origen Perú, victorioso, volví a casa y preparé mi primer plato. Mi idea era que acompañara un pedazo de chancho al horno remojado en su propio aceite. Pero me recordaron que estaba comiendo quinoa, justamente para cuidar mi salud y que el chanchito no entraba en la dieta natural que había decidido comenzar.
Una tristeza.
Un plato de quinoa, sólo, con un vaso de agua. Una rodaja de pan negro que ni siquiera servía para limpiar el plato. Estaba derrotado. Y lo peor es que sabía que debía terminar el paquete. Daba, por lo menos, para tres sesiones más de tortura incaica.
Guardé el cereal en un frasco de vidrio con la ilusión de que se pusiera verde y hubiera que tirarlo, pero no hubo caso. Permaneció impoluto esperando que lo cocinara y me lo engullera.
Hasta que un día me dije:
-Perez, ponele un poco de mugre para que quede más rico, utilizando el vocablo mugre en un clásico estilo argento que significa ponele onda, algo, cualquier cosa, no importa qué.
Así fue que le quedó el nombre "Quinoa con mugre" a éste plato que es más rico que la mismísima quinoa.

Ingredientes.

Vino tinto, una botella.
Quinoa, una taza.
Laurel de la casa de Tina, dos hojas (Si usted no conoce a Tina, puede poner laurel del comprado, pero en ese caso debería contar con tres hojas como mínimo).
Aceite de oliva.
Cebollas, tres o cuatro, según el tamaño de las cebollas y de los comensales.
Morrón, uno o medio.
Ajo, a gusto.
Vino blanco, un vaso.
Sal y pimienta.
Acá pongo las opciones, es decir la mugre, que yo utilizo para hacer el plato. Ustedes deberán elegir según la coyuntura económica de vuestros bolsillos.
a) Frutos de mar (En el supermercado encuentro unas bolsitas por dos mangos con una mezcla de pulpos, mejillones, camaroncitos, calamares, etcétera).
b) Panceta, chorizo y champignones (Ésta es la más rica).
c) Carne vacuna, porcino o pollo (Esta opción funciona para liquidar restos de una comida anterior).
d) Cualquier otra opción que se le ocurra (No, el abuelo no, señora).

Preparación.

Previamente, entre unos 20 o 30 minutos antes, abrimos la botella de tinto y dejamos airear el vino. Una vez transcurrido este tiempo nos servimos una copa, degustamos el vino y luego comenzamos la preparación.
Cortamos la cebolla, el morrón y picamos el ajo, que luego pondremos a cocinar en el mismo orden en una sartén con aceite de oliva (Puede ser del otro, pero entonces ya no es cocina internacional).
A esto le vamos a ir agregando otras cosas, así que ojo, no cocinar mucho la cebolla porque nos arriesgamos que al final se nos queme.
Por eso es bueno tener preparados todos los ingredientes antes de comenzar a cocinar.
Cuando la cebolla empieza a ponerse transparente, agregamos nuestra opción (Frutos de mar, carne, etc.), salpimentamos y dejamos que se cocine a fuego lento con la sartén tapada.
Nos servimos otra copita de vino y pasamos a la otra parte.
En una olla ponemos a hervir agua con sal y las hojas de laurel. Una vez que está hirviendo ponemos la quinoa. Y el secreto es que la quinoa se cocina en 17 minutos. Si la sacamos antes, está crocante. Y si nos pasamos mucho, se convierte en una masa asquerosa. Pueden ser 18, 19, quizás 20 minutos, pero no más.
Ahora tenemos unos siete u ochos minutos para picar alguna cosita - un cacho de pan con salamín, un quesito - como para no ponernos en pedo y nos servimos otra copita de vino. Todo esto revolviendo y vigilando que lo que estamos cocinando en la sartén no se nos queme.
Acto seguido le agregamos el vaso de vino blanco a la sartén y ya nos queda solamente esperar a que termine de cocinarse la quinoa y se termine la primer botella de vino.
Una vez la quinoa preparada, la escurrimos. Atención que hay que usar un colador de esos que son con agujeros chiquitos, porque si no la quinoa se va al carajo. En caso de no tener uno de esos utensilios de cocina, podemos usar el tradicional de fideos, pero hay que volcar lenta y prudentemente la quinoa, de manera que se forme una pequeña montañita que haga de tope para que no se escurra toda dentro de la pileta.
Ya tenemos la quinoa escurrida, la segunda botella de vino abierta, así que solo nos queda agregar la quinoa dentro de la sartén, revolver todo para que los sabores se amalgamen, que no nos falte pan y listo.
A comer, que se enfría la comida.

Ante cualquier duda en la preparación, contáctenos y escurriremos sus inquietudes.

Éste es otro aporte de Taquetepa para la felicidad del mundo entero en éste 2013, declarado año Internacional de la quinoa por la ONU.
 
 

 
 

 
 


 Une fois, alors que la Negra Chagra était chez moi, j'ai préparé pour déjeuner un plat que j'ai inventé à base de quinoa (ou quinua ou kinwa). La Negra a bien aimé. Elle m'a dit qu'elle était étonnée que ce soit bon, car un jour elle avait essayé de faire un repas avec du quinoa à Gustavo, son « mieux que rien », car il devait diversifier son régime à base de barbecues les week-ends et de pizzas en semaine, et elle l’avait complètement foiré.
Elle a insisté mille fois pour que je lui passe la recette. Chaque fois qu’elle m’écrit un mail ou que nous nous téléphonons, elle me réclame le secret de mon art culinaire. Elle veut à tout prix convaincre Gustavo que cette pseudocéréale qu’elle a une fois essayé de lui faire manger n’est pas aussi horrible que lui le jure et contrejure à tous ses amis et proches, qui le regardent avec un air de pitié en le consolant.

C’est pourquoi voici ici, dans l’Espace Perecito, pour la Negra, un de mes plats exclusifs :

Quinoa « à la crasse ».

N’ayez crainte, madame, vous n’aurez pas à recueillir de choses cradingues dans la rue ni chez vous.
Je vais vous raconter un peu l’histoire de ce plat.
Il en est ainsi.
Beaucoup de copains – amateurs de choses naturelles pour certains, vieux décrépits devant surveiller leur cholestérol pour les autres – m’avaient parlé du quinoa et de ses bienfaits. Tout comme le soja et autres produits de la famille végétale, pour moi, il s’agit de nourriture pour lapins et petits oiseaux. Mais il se trouve qu’une fois, au Pérou, il m’est arrivé de goûter cet aliment d’origine incasique et, pour être sincère, pour accompagner de la vraie nourriture, j’avais trouvé ça pas mal du tout.
Bavardant du cholestérol et des triglycérides, de tous les bons plats que je ne devais pas manger pour préserver ma santé, du fait que tout ce qui est bon est mauvais pour la santé, que je ne supporte pas de manger des petits légumes, etc., j’ai appris qu’il existait la possibilité d’acheter, au supermarché de Clermont-Ferrand, la graine d’or des Andes.
Voilà mon salut, me suis-je dit en mon for intérieur, et j’entrai à l’intérieur du supermarché, chariot en main, à la recherche de l’aliment des dieux. Avec mon petit paquet de quinoa bio origine Pérou, victorieux, je suis rentré chez moi et ai préparé mon premier plat. Mon idée était qu’il accompagne un morceau de cochon au four arrosé de sa propre graisse. Mais on m’a rappelé que je mangeais du quinoa justement pour préserver ma santé et que le petit cochon ne faisait pas partie du régime naturel que j’avais décidé de commencer à suivre.
Une tristesse.
Une assiette de quinoa, seule, avec un verre d’eau. Une tranche de pain complet qui ne servait même pas à nettoyer l’assiette.
J’étais vaincu. Et le pire, c’est que je savais que je devais terminer le paquet. Il en restait, au moins, pour encore trois séances de torture incasique.
J’ai rangé la céréale dans un pot en verre avec l’illusion qu’elle verdisse et qu’il faille la jeter, mais pas moyen. Elle resta immaculée, attendant que je la cuisine et l’engloutisse.
Jusqu’au jour où je me suis dit :
- Perez, ajoute-lui un peu de crasse pour que ce soit meilleur, utilisant le vocable crasse dans le style classique argentin qui signifie ajoute-lui un petit truc, quelque chose, n’importe quoi.
C’est ainsi que ce plat a conservé le nom de « Quinoa à la crasse », meilleur que le quinoa lui-même.

Ingrédients

Vin rouge : une bouteille
Quinoa : une tasse
Laurier de chez Tina : deux feuilles (si vous ne connaissez pas Tina, vous pouvez mettre du laurier acheté, mais dans ce cas vous devrez prévoir au moins trois feuilles)
Huile d’olive
Oignons : trois ou quatre, selon leur taille et celle des convives
Poivron rouge : un ou la moitié d’un
Ail : à volonté
Vin blanc : un verre
Sel et poivre
Voici les différentes options, c’est-à-dire la crasse, que j’utilise pour préparer le plat. Vous devrez choisir en fonction de la conjoncture économique de vos poches.
a) Fruits de mer (au supermarché, je trouve des petits paquets pour deux sous avec un mélange de poulpes, moules, crevettes, calamars, etc.)
b) Lardons, chorizo et champignons (ça c’est la meilleure)
c) Boeuf, porc ou poulet – pas de cheval (cette option sert à liquider les restes d’un précédent repas)
d) Toute autre option qui vous viendrait à l’esprit (non voyons, pas pépé, madame !)

Préparation

Préalablement, entre 20 et 30 minutes avant, nous ouvrons la bouteille de rouge et laissons le vin s’oxygéner. Une fois ce temps écoulé, nous nous servons un verre, savourons le vin et commençons ensuite la préparation.
Nous éminçons les oignons, le poivron et l’ail, que nous mettrons ensuite à cuire dans ce même ordre dans une poêle avec de l’huile d’olive (ce peut-être de l’huile de tournesol, mais alors ce n’est plus de la cuisine internationale).
Nous ajouterons ensuite à cela d’autres choses, donc attention, il ne faut pas trop cuire l’oignon sinon nous prenons le risque qu’à la fin, il crame.
C’est pour cela qu’il est bon d’avoir préparé tous les ingrédients avant de commencer à cuisiner.
Lorsque l’oignon commence à devenir transparent, nous ajoutons notre option (fruits de mer, viande, etc.), salons et poivrons et laissons cuire à feu doux en couvrant la poêle.
Nous nous servons alors un autre petit verre de vin et passons à l’autre partie.
Dans une casserole, nous mettons de l’eau à bouillir avec du sel et les feuilles de laurier. Une fois qu’elle bout, nous ajoutons le quinoa. Et le secret est que le quinoa cuit en 17 minutes. Si on le sort avant, il est croquant. Et si on dépasse de trop, ça devient une bouillie dégueulasse. Ce peut être 18, 19, peut-être 20 minutes, mais pas plus.
Nous avons alors devant nous sept ou huit minutes pour nous couper un petit quelque chose - un bout de pain avec du saucisson, un petit fromage – histoire de ne pas terminer bourré, et nous nous servons un autre petit verre de vin. Tout cela en remuant et surveillant que ce que nous sommes en train de cuisiner dans la poêle ne crame pas.
Scène suivante, nous ajoutons dans la poêle le verre de vin blanc, et il ne nous reste plus qu’à attendre que le quinoa finisse de cuire et que la première bouteille de vin se termine.
Une fois le quinoa prêt, nous l’égouttons. Attention, il faut utiliser une passoire à petits trous, sinon le quinoa fout le camp. Si nous n’avons pas cet ustensile de cuisine, nous pouvons utiliser la passoire à pâtes, mais il faut alors verser lentement et prudemment le quinoa, de manière à former une petite montagne pour qu’il ne parte pas dans l’évier.
Nous voici avec le quinoa égoutté, la seconde bouteille de vin ouverte, il ne nous reste donc plus qu’à ajouter le quinoa dans la poêle, remuer le tout pour que les saveurs s’amalgament, ne pas manquer de pain, et voilà. Venez manger, ça va refroidir.

Si vous avez quelque doute que ce soit concernant la préparation, contactez-nous et nous égoutterons vos incertitudes.

Ceci est encore un apport de Taquetepa pour le bonheur du monde entier en cette année 2013, déclarée année internationale du quinoa par l’ONU.


Hoy es 14 de marzo de 2013. Habemus Papa y es argentino: Francisco I.
La verdad que me importa un carajo y no tengo absolutamente nada que ver con este señor, director de una multinacional vendedora de ilusiones, traficante de mentiras. Pero, comprensiblemente, siendo un argentino perdido en la Hivergna, ya me veo venir los comentarios, las preguntas, las burlas y todo eso. Así que voy a escribir mi punto de vista respecto a éste asunto, de manera que cuando alguien mencione el tema, en vez de mandarlo a la mierda, lo mando a leer el blog.

Haciendo un poco de lógica sin ninguna base teórica:


Marx, entre otros, dijo que "la religión es el opio de los pueblos". El opio es una droga que está actualmente prohibida. Es ilegal su comercialización y su consumo. Por lo tanto, estos sujetos que dirigen iglesias de un tipo o de otro, son narcotraficantes. Como el Cartel de Medellín o la Cosa Nostra.
Además quieren monopolizar la comunicación con el Paraíso. Sólo ellos pueden hablar con el Supremo. Una especie de Telecom celestial. Y el monopolio está catalogado como delito.
Por lo tanto, lógica pura, son delincuentes.

Haciendo un poco de historia sin fundamentos:


Dios llamó a su hijo y le dijo, con una mirada de espanto y angustia en su rostro:
- Necesito de tu ayuda.
- Ah, no. No me hinchés las pelotas, contestó Jesús extendiendo sus brazos y poniendo sus manos como si fuera a detener un tren al viejo estilo Superman. Ya sé lo que me vas a pedir. Y desde ya te digo que no.
Primero me crucificaron. La segunda vez caí en la época de la Inquisición y al decir que era el hijo de Dios, me quemaron en la hoguera por hereje. La última vez, en el siglo XX, me tomaron por loco, me encerraron en un psiquiátrico, me encajaron pastillas de todos los colores y me cagaron a electroshocks.
Disculpame, pero yo no vuelvo a ir.
-Ya sé, ya sé, dijo condescendientemente Dios, pero escuchá lo que tengo que contarte.
Me llama Benedicto XVI, el Papa alemán y me dice:
- Dios todopoderoso y omnipresente, tengo un amigo eclesiástico que ha caído en las garras de Lucifer y sufre de un amor desenfrenado por los niños.
- Un pedófilo, le dije.
- Bueno, bueno, no seamos tan duros, me contestó. Y empezó de nuevo: - Pero, oh Dios todopode…
- Bueno, hacela corta, lo interrumpí, ¿qué querés?
- ¿Qué podemos hacer para salvarlo de su desgracia?
- Unos cuantos azotes y se le van a acabar las ganas de andar comiéndose pendejos.
- No, me refería a la desgracia de que le van a hacer denuncias judiciales. Puede terminar en cana.
- Ah, en ese caso se tiene que ir antes de que manche la respetabilidad y la honorabilidad de nuestra Iglesia.
Y al día siguiente en todos los diarios del mundo decía que el nazi éste había renunciado porque yo se lo pedí. Jesus, ¿vos podés explicarme qué es lo que pasó?¿Acaso mi acento alemán no es bueno?
Ahora estoy sin Papa. Hollande sigue sin entender cuál es su derecha y cuál es su izquierda. Dios quiera, es decir yo, que no lo dejen conducir, puede haber un accidente.
- El accidente es que está conduciendo un país, Papá, dijo aburrido Jesús.
- Ves, es un desastre, afirmó Dios dándole efusivamente la razón a su primogénito. Encima, está Sarkozy, que escucha voces y dice que Francia le reclama que vuelva a la política, dijo entre gritos y llantos.
En ese momento Jesús sintió un frío recorrer toda su columna vertebral en sentido sur-norte. La posibilidad de quemar a Sarkozy en la hoguera como a Juana de Arco ya no existía. Había sido él, que al regresar de su segundo viaje a la Tierra, le había exigido a su padre que eliminara a la Inquisición amenazándolo con no volver a servir de heraldo. Hasta se sintió avergonzado al recordar cuando, como un niño caprichoso, le dijo: -La próxima, mandá un email, sabiendo que su padre, por su avanzada edad, no se llevaba bien con la tecnología. También sintió culpa al acordarse de que lo conminó a crear a Paulo Coelho para banalizar el trabajo de psiquiatras y psicólogos. Sintiéndose un poco responsable de la situación acuciante, comprendió, que a pesar de su aprensión hacia los humanos, debería realizar el sacrificio de ir a la Tierra a llevar la doctrina de paz y amor de su padre una vez más.
- Está bien, no te pongas así. Voy a bajar y tratar de arreglar las cosas. La verdad que no sabía que estaba tan jodido. Pero no te prometo nada. Estos bichos que vos creaste son realmente muy boludos y unos flor de hijos de puta.
Dios rápidamente, antes de que su hijo se arrepintiera, llamó al Espíritu Santo y le encargó que se ocupe del viaje.
En un principio el Espíritu Santo le ofreció poner a Jesús en una familia de homosexuales con el pretexto de que estaba a la moda y quizás podría ayudar a diseminar mucho mejor el credo. Pero ante la cara de culo que Dios le puso, no insistió. Más tarde reflexionó que a lo mejor, para una iglesia tan retrógrada como la católica, no era una buena idea.
Así fue que fatigosamente, el Espíritu Santo, luego de buscar y buscar, encontró una mujer virgen. La llamó y, con esa voz de locutor de programa radial, le dijo que iba a dar a luz al hijo de Dios que venía al mundo terrenal trayendo su palabra y la esperanza de mejor vida. La chica, aterrorizada, entre lágrimas, se lo explicó a su novio. Su novio la tranquilizó diciéndole que le creía, que entendía lo del mensaje y la esperanza, pero, que bueno, que mejor habría que dejarlo para otro momento, que los pañales estaban caros, que todavía estaban pagando el crédito por la casa y el auto, que la crisis financiera, etc, etc.
Y así fue que otra oportunidad de salvación del mundo fue abortada.

Haciendo un alegato sin cimiento sustentable:


El hecho de que el nuevo Papa sea argentino suscitó diferentes teorías sobre el futuro de la relación entre la Iglesia Católica y el cielo.
Algunos opinan que habrá una mejora, basándose en la frase popular que afirma "Dios es argentino". Así que, parafraseando a Perón, agregan "para un argentino, no hay nada mejor que otro argentino".
Actualmente, después de los goles realizados por Maradona a Inglaterra en el campeonato de México 86, éste dicho a tomado significaciones muy diversas, así como sus refutaciones.
Pero en realidad, su origen está en querer darle connotaciones metafísicas, ya sea, a resultados deportivos favorables a equipos nacionales, al hecho de que maravillas de la naturaleza, como las cataratas de Iguazú o el glaciar Perito Moreno, estén dentro de los límites políticos de Argentina, o al arribo de la primavera, los primeros calores y, consecuentemente, las minifaldas.
Muchos, contrariamente, opinan que esto es una boludéz más de los pesados y egocéntricos argentinos.
Yo creo que no están tan errados, ni los unos, ni los otros. Pero hay un atisbo de hipótesis que podría confirmar la nacionalidad argentina del Creador. Y consiste en lo siguiente.
Hay una frase popular muy conocida que dice "al que madruga, Dios lo ayuda". Muchos creen que esto significa que si vos te levantás temprano para ir a trabajar y comportarte como un ciudadano ejemplar, el Hacedor va a beneficiarte de su gracia. Es decir, que si vos vivís la noche, con todos sus incitaciones al pecado y al vicio, no te va a dar ni pelota.
Pero si partimos del ideario de que Dios es argentino, debemos comprender que, en ese caso, hablaría lunfa y "madrugar" en lunfardo se utiliza cuando alguien roba o caga, ya sea a través de engaños o físicamente, sin que su víctima se avive, o, para cuando se avivó, ya sea demasiado tarde. Por lo tanto, cuando decimos "al que madruga, Dios lo ayuda" estamos diciendo "al que roba, al que caga, al que jode al resto del mundo, Dios le da una mano". Ustedes se preguntarán qué carajo estuvo fumando este pibe, pero con solo hojear las páginas de un diario, ustedes podrán encontrar miles de hechos empíricos que podrían confirmar esta conjetura.
Finalmente, encontramos a los escépticos. Los que siempre ven el vaso medio vacío. Aquellos que temen que, ya que el nuevo Dealer General de la Iglesia Católica Apostólica Romana es un opositor al gobierno "popular y nacional" de Cristina Fernández de Kirchner, la relación con el Edén se deteriore al grito de: ¿Y si Dios es Kichnerista?
 
 
Aujourd’hui, nous sommes le 14 mars 2013. Habemus Papa et il est argentin : Francisco I.
À vrai dire, je m’en fous totalement et je n’ai absolument rien à voir avec ce monsieur, directeur d’une multinationale vendeuse d’illusions, trafiquante de mensonges. Mais, et c’est compréhensible, comme je suis un Argentin perdu en Hivergne, je vois déjà venir les commentaires, questions, moqueries et tout ce qui s’ensuit. C’est pourquoi je vais écrire mon point de vue sur ce sujet, de sorte que lorsque quelqu’un parlera de ça, au lieu de l’envoyer chier, je l’enverrai lire le blog.

Un peu de logique sans aucune base théorique :


Marx, entre autres, a dit que « la religion est l’opium du peuple ». L’opium est une drogue qui est actuellement interdite. Sa commercialisation et sa consommation sont illégales. Donc, ces sujets qui dirigent des églises d’un type ou d’un autre sont des narcotrafiquants. Comme le cartel de Medellín ou la Cosa Nostra.
De plus, ils veulent monopoliser la communication avec le paradis. Eux seuls peuvent parler avec l’Être suprême. Une espèce de Télécom céleste. Et le monopole est catalogué comme un délit.
Par conséquent, logique pure, ce sont des délinquants.

Un peu d’histoire sans fondements :


Dieu appela son fils et lui dit, avec un regard horrifié et de l’angoisse sur son visage :
- J’ai besoin de ton aide.
- Ah, non. Me casse pas les couilles, répondit Jésus tendant ses bras et positionnant ses mains comme s’il allait arrêter un train dans l’ancien style Superman. Je sais ce que tu vas me demander. Et je te dis que non tout de suite.
D’abord, on m’a crucifié. La deuxième fois, je suis tombé à l’époque de l’Inquisition et quand j’ai dit que j’étais le fils de Dieu, on m’a brûlé sur le bûcher pour hérésie. La dernière fois, au XXe siècle, on m’a pris pour un fou, on m’a enfermé dans un hôpital psychiatrique, on m’a filé des cachetons de toutes les couleurs et on m’a massacré d’électrochocs.
Excuse-moi, mais je n’y retourne pas.
- Je sais, je sais, dit Dieu avec condescendance, mais écoute ce que j’ai à te raconter.
Benedicto XVI, le Pape allemand, m’appelle et me dit :
- Dieu tout-puissant et omniprésent, j’ai un ami ecclésiastique qui est tombé entre les griffes de Lucifer et qui souffre d’un amour effréné pour les enfants.
- Un pédophile, lui dis-je.
- Bon, bon, ne soyons pas si durs, me répondit-il. Et il recommença : - Mais, Ô Dieu Tout-puiss...
- Bon, abrège, l’interrompis-je, qu’est-ce que tu veux ?
- Que peut-on faire pour le sauver de sa disgrâce ?
- Quelques coups de fouet, ça lui fera passer l’envie de se taper des gamins.
- Non, je parlais de la disgrâce des plaintes judiciaires qui vont être déposées contre lui. Il peut finir en taule.
- Ah, dans ce cas, il doit partir avant de salir la respectabilité et l’honorabilité de notre Église.
Le lendemain, il était dit dans tous les journaux du monde que ce nazi avait démissionné parce que je le lui avais demandé. Jésus, tu peux m’expliquer ce qui s’est passé ? Mon accent allemand n’est pas bon, peut-être ?
Maintenant je n’ai plus de Pape. Hollande ne comprend toujours pas où est sa droite et où est sa gauche. Que Dieu fasse, c’est-à-dire moi, qu’on ne le laisse pas conduire, il pourrait y avoir un accident.
- L’accident, c’est qu’il conduit un pays, papa, dit Jésus, las.
- Tu vois, c’est un désastre, affirma Dieu, donnant vivement raison à sa progéniture. En plus, il y a Sarkozy qui entend des voix et dit que la France réclame son retour en politique, dit-il entre cris et pleurs.
À ce moment-là, Jésus sentit un frisson parcourir toute sa colonne vertébrale dans le sens sud-nord. La possibilité de brûler Sarkozy sur le bûcher comme Jeanne d’Arc n’existait plus. Ce fut lui, au retour de son deuxième voyage sur Terre, qui avait exigé à son père d’éliminer l’Inquisition en le menaçant de ne plus servir de héraut. Il s’est même senti honteux en se rappelant la fois où, tel un enfant capricieux, il lui dit : - La prochaine fois, envoie un email, sachant que son père, en raison de son âge avancé, ne s’entendait pas bien avec la technologie. Il se sentit également coupable en se souvenant qu’il l’avait obligé, menaçant, de créer Paulo Coelho pour banaliser le travail des psychiatres et des psychologues. Se sentant un peu responsable de la situation pressante, il comprit que malgré son dégoût pour les humains, il allait devoir réaliser le sacrifice de se rendre sur Terre pour apporter une fois de plus la doctrine de paix et d’amour de son père.
- C’est bon, ne te mets pas dans cet état. Je vais descendre et essayer d’arranger les choses. Vraiment, je ne savais pas que c’était si craignos. Mais je ne te promets rien. Ces bestioles que tu as créées sont vraiment des cons et de vrais fils de pute.
Rapidement, avant que son fils ne se repentît, Dieu appela le Saint-Esprit et le chargea d’organiser le voyage.
Au début, le Saint-Esprit lui proposa de mettre Jésus dans une famille d’homosexuels sous le prétexte que c’était à la mode et que ça pourrait peut-être aider à bien mieux disséminer le credo. Mais face à la sale tête que fit Dieu, il n’insista pas. Plus tard, il pensa que peut-être, pour une Église aussi rétrograde que l’Église catholique, ce n’était pas une bonne idée.
C’est ainsi qu’avec épuisement, le Saint-Esprit, après avoir cherché encore et encore, trouva une femme vierge. Il l’appela et, avec cette voix de locuteur d’émission de radio, lui dit qu’elle allait donner naissance au fils de Dieu qui venait au monde terrestre apportant sa parole et l’espoir d’une vie meilleure. La fille, terrorisée, en larmes, expliqua cela à son fiancé. Celui-ci la tranquillisa en lui disant qu’il la croyait, qu’il comprenait cette histoire de message et d’espoir, mais bon, qu’il faudrait peut-être laisser cela pour un autre moment, que les couches étaient chères, qu’ils payaient encore le crédit pour la maison et la voiture, que la crise financière, etc., etc.
Et c’est ainsi qu’une autre occasion de sauver le monde avorta.

Un plaidoyer sans assise soutenable :


Le fait que le nouveau Pape soit argentin a suscité diverses théories sur l’avenir de la relation entre l’Église Catholique et le ciel.
Certains pensent qu’il y aura une amélioration, se basant sur la phrase populaire qui affirme « Dieu est argentin ». Ainsi, paraphrasant Perón, ils ajoutent « pour un Argentin, il n’y a rien de mieux qu’un autre Argentin ».
Actuellement, après les buts marqués par Maradona contre l’Angleterre au championnat du Mexique 86, cet adage a pris des significations très variées, de même que ses réfutations.
Mais en réalité, son origine réside dans le fait de vouloir lui donner des connotations métaphysiques, que ce soit à des résultats sportifs favorables aux équipes nationales, au fait que des merveilles de la nature comme les chutes d’Iguazú ou le glacier Perito Moreno se trouvent sur le territoire argentin, ou à l’arrivée du printemps, des premières chaleurs et, par conséquent, des minijupes.
Beaucoup, au contraire, pensent que c’est une connerie de plus des Argentins, lourdauds et égocentriques.
Moi, je crois que ni les uns ni les autres ne sont très loin de la vérité. Mais il existe une lueur d’hypothèse qui pourrait confirmer la nationalité argentine du Créateur. Et elle consiste en ce qui suit.
Un dicton populaire très connu dit "al que madruga, Dios lo ayuda" (Dieu aide ceux qui se lèvent tôt). Beaucoup croient que cela signifie que si on se lève tôt pour aller travailler et si on se comporte en citoyen exemplaire, on sera touché par la grâce de l’Éternel. C’est-à-dire que si une personne vit la nuit, avec toutes ses incitations au péché et au vice, il n’aura rien à foutre d’elle.
Mais si nous partons de l’idée selon laquelle Dieu est argentin, nous devons comprendre que, dans ce cas, il parlerait lunfa (argot argentin) et « madrugar » en lunfardo s’utilise lorsque quelqu’un vole ou entube, que ce soit par des tromperies ou physiquement, sans que sa victime ne capte rien, ou, lorsqu’elle le fait, c’est déjà trop tard. Donc, quand nous disons "al que madruga, Dios lo ayuda", nous disons « Dieu donne un coup de main à ceux qui volent, entubent, emmerdent le reste du monde ». Vous vous demanderez ce qu’a bien pu fumer ce garçon, mais, tourner quelques pages d’un journal suffit à trouver des milliers de faits empiriques qui pourraient confirmer cette conjecture.
Pour terminer, on trouve les sceptiques. Ceux qui voient toujours le verre à moitié vide. Ceux qui craignent que, puisque le nouveau Dealer Général de l’Église Catholique Apostolique et Romaine est un opposant au gouvernement « populaire et national » de Cristina Fernández de Kirchner, la relation avec l’Éden se détériore au cri de : Et si Dieu est Kichneriste ?



Hay algunos que dicen: "yo no creo en las brujas, pero que las hay, las hay". Otros prefieren decir: "creer o reventar". Aunque es verdad que para aquellos humanos que dudan hasta de su propia existencia, que necesitan pruebas irrebatibles, una lógica que haga creíble las cosas, las brujas no existen, muchas veces, no encuentran justificación a hechos que suceden en la vida normal de las personas y son vencidos por el misticismo.
Así es que, pensar que la gastritis que sufro desde hace una semana es una represalia de Dios por lo que escribí en la última edición de Espace Perecito (Leer aquí) , para algunos no parece ser una teoría muy descabellada.
Si tomara como seria, circunstancialmente, la hipótesis de un castigo divino, ¿es que cometí un pecado muy grave al expresarme libremente? ¿Acaso mi escritura me hace merecedor de tal punición?
Condenarme a tener que tomar agua y comer verduras y pollo hervidos hasta el fin de mis días. El alcohol, los asados, los embutidos, los quesos y el chocolate, prohibidos para siempre. ¿Así pretenden silenciar mi pluma? ¿Creen que por un vaso de Salers o de Malbec de Mendoza, una feta de salame o un pedazo de queso Cantal o un asado con guitarreada con los amigos un día cualquiera, van a comprarme? ¿Que así van a lograr unirme al coro de esperanzados por el arribo de un nuevo Papa? ¿De ésta manera pretenden enmudecer mi voz?
Desde mi lecho de sufrimiento, con estos dolores que me ponen al límite de la lágrima, que no me dejan conciliar el sueño, ni disfrutar de mi familia y amigos, me niego a creer en semejante cosa.
Para mí las únicas brujas son las suegras y antes que creer, prefiero reventar. Pero, en el caso hipotético de la existencia de un Dios supremo, ésta sería mi respuesta:
Il y en a qui disent : « je ne crois pas aux sorcières, mais qu’il en existe, oui il en existe ». D’autres préfèrent dire : « croire ou crever ». Bien qu’il soit vrai que pour les humains qui doutent même de leur propre existence, qui ont besoin de preuves irréfutables, d’une logique qui rende les choses crédibles, les sorcières n’existent pas, ceux-ci ne trouvent souvent aucune justification à des faits qui se produisent dans la vie ordinaire des gens, et terminent vaincus par le mysticisme.
Ainsi, penser que la gastrite dont je souffre depuis une semaine est un châtiment de Dieu pour ce que j’ai écrit dans la dernière édition de l’Espace Perecito (Lire ici) ne semble pas être une théorie très insensée pour certains.
Si je prenais au sérieux, momentanément, l’hypothèse d’une damnation divine, ai-je commis un péché très grave à m’exprimer librement ? Mon écriture me fait-elle mériter telle punition ?
Me condamner à devoir boire de l’eau et à manger des légumes et du poulet bouillis jusqu’à la fin de mes jours. L’alcool, les barbecues, la charcuterie, les fromages et le chocolat, interdits pour toujours. C’est ainsi qu’ils prétendent taire ma plume ? Ils croient que pour un verre de Salers ou de Malbec de Mendoza, une tranche de saucisson ou un bout de Cantal, un barbecue accompagné de guitares avec les amis à n’importe quelle occasion, ils vont m’acheter ? Que comme ça, ils vont réussir à m’unir au choeur de ceux qui sont pleins d’espoir à l’arrivée d’un nouveau pape ? C’est ainsi qu’ils veulent étouffer ma voix ?
Depuis mon lit de souffrance, avec ces douleurs qui me conduisent au bord des larmes, qui ne me laissent ni trouver le sommeil, ni profiter de ma famille et de mes copains, je refuse de croire en pareille chose.
Pour moi, les seules sorcières qui existent sont les belles-mères, et plutôt que de croire, je préfère crever. Mais, au cas hypothétique où il existerait un Dieu suprême, ma réponse serait celle-ci :

Nuestros queridos educadores, los maestros, tienen la ardua tarea de instruir a aquellas personitas, que en un futuro devendrán ciudadanos del mundo, profesionales de los más diversos oficios y/o dirigentes corruptos.
Apostolado que no conoce de descansos ni premios, educar es, muchas veces, decepcionante por sus resultados. Pero los pedagogos, inmunes, impertérritos, invulnerables, continúan, a pesar de todo, en su labor educadora con la mirada fija en un objetivo preciso, un sólo propósito, una única meta: la jubilación.
Espace Perecito no es ciego ante la cruel realidad que aqueja a los artesanos del futuro, por eso en esta oportunidad, para no dejarlos solos en semejante empresa, para que se sientan comprendidos, apoyados y estimulados, traemos una actividad para realizar con los alumnos, con la cual podrán desarrollar diferentes campos de la educación.
El proyecto está compuesto por dos gráficos que funcionan como carteles indicadores de toilettes.
Antes que nada, debemos imprimir la cantidad necesaria de ejemplares para darle uno de cada uno a cada uno de los alumnos.
Una vez repartidas las láminas, dejamos que los niños expresen libremente su arte pintando la ilustración, a ellos mismos, a sus compañeros y al aula.
Gracias a la concepción en la realización del material didáctico, al mismo tiempo que pintamos, trabajamos idiomas y anatomía.
Una vez finalizada la tarea artística podemos, entre todos los integrantes de la clase, elegir el trabajo más bonito, de esta manera los educandos se inician en el arte de la democracia y conocen lo que es la competencia, el afán de vencer y la frustración de sentirse un artista incomprendido.
Para concluir, instalaremos los carteles seleccionados en las puertas de los baños de la escuela, implantando en los niños bases de civismo, de cooperación y de simbología.
En casa también podemos realizar ésta entretenida actividad. Si no tenemos dos baños, podemos poner ambos gráficos en la misma puerta. ¡Qué regocijo para los abuelos cuando vayan al sanitario a mear!
Aquellos niños, o grandes, que lo deseen, pueden enviarnos sus diseños por mail y nosotros los publicaremos en éste espacio.
Aquí los dos modelitos:

Nos chers éducateurs, les instituteurs, ont la tâche ardue d’instruire ces petites personnes qui dans le futur deviendront des citoyens du monde, des professionnels de métiers les plus divers et/ou des dirigeants corrompus.
Apostolat ne connaissant ni repos ni récompenses, éduquer est, souvent, décevant de par ses résultats. Mais les pédagogues, immunisés, imperturbables, invulnérables, continuent malgré tout leur labeur éducateur, le regard fixé sur un objectif précis, une intention unique, un seul but : la retraite.
Espace Perecito n’est pas aveugle face à la cruelle réalité qui touche les artisans du futur, ainsi aujourd’hui, pour ne pas les laisser seuls dans pareille entreprise, pour qu’ils se sentent compris, soutenus et stimulés, nous apportons une activité à réaliser avec les enfants, grâce à laquelle ils pourront développer différents domaines de compétence.
Le projet est composé de deux dessins qui fonctionnent comme panneaux indicateurs de toilettes.
Avant tout, il faut imprimer le nombre d’exemplaires nécessaire pour en donner un de chaque à chaque élève.
Une fois les planches distribuées, laissons les enfants exprimer librement leur art en peignant l’illustration, en se peignant eux-mêmes, leurs camarades et la classe.
Grâce à la conception du matériel didactique, tout en peignant, on travaille les langues et l’anatomie.
Une fois la tâche artistique terminée, on peut, avec tous les membres de la classe, choisir le travail le plus joli, ainsi les apprenants s’initient à l’art de la démocratie et découvrent ce que sont la compétition, la soif de vaincre et la frustration de se sentir un artiste incompris.
Pour conclure, on installera les panneaux sélectionnés sur les portes des toilettes de l’école, inculquant chez les enfants des bases de civisme, de coopération et de symbolique.
On peut également réaliser cette activité amusante à la maison. Si l’on n’a pas deux toilettes, on peut mettre les deux visuels sur la même porte. Quelle joie pour les grands-parents quand ils iront aux sanitaires pour pisser !
Les enfants, ou les plus grands, qui le désirent peuvent nous envoyer leurs dessins par mail et nous les publierons dans cet espace.
Voici les deux modèles



Espace Perecito, en otro esfuerzo denodado, trabajando por la cultura y la educación.


Espace Perecito, en un autre effort valeureux, travaillant pour la culture et l’éducation.


Es lunes 8 de abril de 2013, hace 24 días que tengo un dolor insoportable a la altura del esternón. El médico dice que debe ser una gastritis. Por las noches me desmayo del cansancio que tengo. Y a eso de las cinco de la mañana, el dolor me despierta y me jode todo el día hasta que vuelvo a desmayarme a la noche.
Pero hoy es distinto. Siento un dedo huesudo que golpea sobre mi hombro. Alguien que intenta despertarme. Apenas puedo abrir los ojos. Por la luz que entra por la ventana, creo que deben ser entre las cinco y las seis de la mañana. Trato de despertarme, de entender qué ocurre. Parece ser que hay alguien al costado de mi cama. Alguien que con una voz muy afectada, como voz de actor malo de película hollywoodense, me dice:
- Tu tiempo se terminó.
No entiendo un carajo. Estoy completamente dormido y mientras intento sentarme en la cama, con mucho mal humor, le pregunto:
- ¿Qué hora es?
- La hora del final, me responde.
- ¿Qué? Estaba durmiendo, la puta madre que te parió. ¿Para qué venís a joderme?¿Quién carajo sos?, digo mientras me refriego los ojos.
Un poco enojada me responde:
- Algunos me dicen la huesuda, otros la parca. Científicamente soy un evento obtenido como resultado de la incapacidad orgánica de sostener la homeostasis. Si querés podés llamarme "la muerte".
No podía creer lo que escuchaba y mucho menos lo que veía. Huesuda, vestida con una sotana deshilachada y apoyada sobre su guadaña estaba frente a mí, con un aire de cansancio de siglos, la Dama Fría.
- ¿Y en qué puedo ayudarte?
- Vengo a buscarte.
- ¿Para?
- Eh, si querés podemos decir que es para hacer un viaje al otro mundo. Unas vacaciones eternas, dijo irónicamente.
- Perdoname. Creo no entender muy bien lo que me querés decir.
- ¡Que estás muerto, pelotudo!, me gritó mientras se sentaba al borde de la cama, metía su rostro entre las manos y bufaba.
- Bueno, no te pongas así, traté de calmarla. Es que me parece que hay un error.
- ¿Error?, dijo mirándome fijo. Hace 24 días que estoy intentando boletearte de un infarto y vos no das pelota.
- Pero el médico dijo…
- Ese médico es un boludo, me interrumpió.
Estaba sorprendido. Era fuerte lo que me decía.
- Pero,… no puedo morirme, traté de explicarle.
Me miró sonriendo sarcásticamente.
- No, de en serio te digo, quise convencerla. Escuchame, estamos grabando el segundo disco de Taquetepa. Hasta que no termine, no puedo morirme.
Parecía ni escucharme.
- Está también la Orquesta, insistí. Tengo que terminar de armar el repertorio. De en serio, che. No me jodas. Una vez que logro organizar tres ensayos en un mes con todos los músicos, me quejé.
- Mañana tengo un concierto, agregué sabiendo que no lograba ningún efecto positivo.
Respiró hondo y tratando de estar calmada me dijo:
- Mirá, estoy agotada. Este laburo no es fácil. Por favor te pido que no me la compliques.
Y empezó una larga perorata explicándome al detalle su trabajo.
- Por cuestiones protocolares, yo tengo que trabajar de manera artesanal. Es una tradición que estoy obligada a mantener. Tengo que presentarme frente al candidato y hacer toda la actuación de decir quién soy y a qué vengo. Escuchar, ver y sufrir siempre las mismas reacciones y después llevarlo hasta el famoso túnel con la lucecita en el fondo.
Continuó quejándose:
- Toma mucho tiempo. Por eso hay superpoblación en el mundo. Ustedes, los humanos, cogen más rápido de lo que yo logro matarlos. Son una plaga.
De arriba me presionan para lograr objetivos concretos y siempre me andan comparando con la naturaleza. Pero ella manda un tsunami, un virus y limpia con miles, ¿me entendés? Yo tengo que hacer uno por uno. Y encima, sufro la competencia desleal de la OTAN. Los hijos de puta mandan un par de avioncitos, tiran unas cuántas bombas y a la mierda: miles de muertos. Y además están todos los papeles que hay que completar. No sabés lo que es la parte burocrática de todo esto. Me exigen cubrir un cupo de 50 prestaciones diarias.
- Pero, una cosa que nunca entendí, pregunté interesado, habiendo tanto hijo de puta y tanto boludo en el mundo que podrían cubrirte el cupo diario, ¿por qué se llevan a tipos que valen la pena?
- Mirá, te explico, dijo. Tenemos lo que llamamos "Muertos por pedido", que es cuando del otro lado necesitan a alguien especial: un cocinero, un músico, etcétera. Después están los "Muertos voluntarios"…
- Los que se suicidan, dije empezando a entender cómo funcionaba la cosa.
- Claro, dijo alargando la a. Después tenemos los "Muertos por vencimiento", que son los que vos mencionás, los hijos de puta.
- Y los boludos, agrego.
Afirma con la cabeza mostrando un cierto enfado por no dejarla terminar de hablar.
- ¿Por vencimiento? insistí curioso.
- Sí, son los que nadie quiere del otro lado y esperan hasta último momento para reclamarlos. Así pasó con Pinochet, Galtieri y otros, y ahora pasa con Bettancourt, la reina de Inglaterra y Johnny Hallyday, por ejemplo.
- Claro, es comprensible, acoté.
- Y para terminar, están esos que mueren sorpresivamente. Que nadie lo esperaba, ¿viste? Un tipo súper sano al que se le cae un piano sobre la cabeza. Los llamamos "Muertos perejiles". Son los que me llevo a último momento para completar el cupo.
- Ajá, ¿y yo vendría a ser un muerto qué?
- Bueno, ¿cómo explicarte?, dudó. En realidad, la cuestión es que hoy … sólo logré llegar a 49…
- Ah, entendí, dije ofendido. Mirá, yo te entiendo y me encantaría ayudarte, pero lo que realmente me complica es que le prometí a Nicolás Duracka escribir en el blog hasta fin de año y además, con la jodita esta que me decís del infarto, estoy atrasado como dos semanas.
- Sí, ya sé, dijo un poco avergonzada.
- Lo siento mucho, pero no puedo, dije dándole un cierre definitivo a la discusión.
Hubo unos segundos de silencio y luego sincerándose conmigo, lentamente dijo:
- Es que además tengo un pedido muy especial, ¿sabés?
- No entiendo. ¿Soy un "Muerto por pedido"?
- No completamente. Es un pedido por afuera del sistema.
-¿Por izquierda?¿Un pedido trucho?
- Es que te quieren sacar del medio, dijo finalmente. Rompiste mucho las pelotas, completó sentenciándome.
De pronto me sentí contra la pared. No tenía salida. El terror comenzó a invadirme y no me dejaba pensar claramente. Mi cuerpo, mi mente y mi corazón, al no encontrar escapatoria, empezaron a ceder. Miles de imágenes de mi vida empezaron a pasar como un film por mi cabeza. Entristecí al pensar que iba a morir sin conocer Porto. Me odié al recordar lo que escribí en la Semaine #11 del Espace Perecito. Tendría que haber sido más duro. Estaba en mis últimas cavilaciones, cuando escuché "Livin' la vida loca" por Ricky Martin.
Abrí los ojos y le pregunté a la muerte:
- ¿Qué es eso?
- Nada, nada, dijo.
- ¿Escuchás Ricky Martin?, le pregunté burlándome.
- Bancame un minuto, me dijo sacando el celular de un bolsillo.
- Podés tomarte toda la eternidad que quieras, cedí.
Hizo una mueca de fastidio y respondió al llamado.
- Hola. Estoy ocupada ahora, ¿qué pasa?, escuché que decía ofuscada. Ajá. Bueno, bueno. Sí, claro, ya voy. Ok, hasta luego.
Cortó y se dirigió a mí:
- Bueno, disculpame, pero te tengo que dejar, dijo un poco contrariada.
- No hay problema, dije intentando parecer lo más normal posible.
- Tengo que estar en Inglaterra al mediodía para buscar a Margaret Thatcher y llevarla de urgencia al otro mundo.
- ¿Se le venció la fecha a la Dama de hierro?
- Parece ser. Nos vemos en otro momento, me dijo intentando ser amable.
- Y, no sé. Yo ando bastante ocupado últimamente. Si podés venir dentro de 50 o 60 años, mejor. Claro que si me desocupo antes, te llamo, aclaré.
- No te preocupes. Pero si no querés que nos veamos antes, hacé un poquito de régimen, aconsejó.
- Sí, aprovecho que hoy es lunes y empiezo.
- Ah, y lo del corazón ahora no puedo arreglártelo, tengo que salir rajando, pero pasate por un hospital cualquiera y te lo solucionan, ¿dale?
- Sí, no te preocupes, yo me encargo.
- Bueno, chau, entonces.
- Chau, un gusto haberte conocido, dije más automáticamente que de verdad.
Y así es cómo la muerte se fue de mi vida.
Me preparé un desayuno y esperé. Cuando Marie se despertó le dije:
- ¿Podés llamar a las urgencias?
 
 
Lundi 8 avril 2013, cela fait 24 jours que j’ai une douleur insupportable au niveau du sternum. Le médecin dit que ce doit être une gastrite. Le soir, je tombe de fatigue. Et vers cinq heures du matin, la douleur me réveille et m’emmerde toute la journée jusqu’à ce que je m’écroule à nouveau le soir.
Mais aujourd’hui c’est différent. Je sens un doigt osseux tapoter mon épaule. Quelqu’un qui essaie de me réveiller. Je peux à peine ouvrir les yeux. D’après la lumière qui entre par la fenêtre, je suppose qu’il est entre cinq heures et six heures du matin. J’essaie de me réveiller, de comprendre ce qu’il se passe. On dirait qu’il y a quelqu’un à côté de mon lit. Quelqu’un qui, d’une voix très artificielle, comme la voix d’un mauvais acteur de film hollywoodien, me dit :
- Ton temps est terminé.
J’y comprends que dalle. Je suis tout endormi, et en essayant de m’asseoir sur le lit, de très mauvaise humeur, je lui demande :
- Il est quelle heure ?
- L’heure de la fin, me répond la voix.
- Quoi ? J’étais en train de dormir, bordel de merde. Pourquoi tu viens me faire chier ? T’es qui d'abord ?, dis-je en me frottant les yeux.
Elle me répond, un peu fâchée :
- Certains m’appellent la Faucheuse, d’autres la Parque. Scientifiquement, je suis un évènement résultant de l’incapacité organique de maintenir l’homéostasie. Si tu veux, tu peux m’appeler « la mort ».
Je n’arrivais pas à croire ce que j’entendais et encore moins ce que je voyais. Décharnée, vêtue d’une soutane effilochée et appuyée sur sa faux, se trouvait face à moi, avec un air de fatigue séculaire, la Camarde.
- Que puis-je faire pour toi ?
- Je suis venue te chercher.
- Pour quoi faire ?
- Ben, si tu veux, on peut dire que c’est pour faire un voyage vers l’autre monde. Des vacances éternelles, dit-elle ironiquement.
- Excuse-moi. Je crois que je ne comprends pas très bien ce que tu veux me dire.
- Que t’es mort, couillon !, cria-t-elle en s’asseyant au bord du lit, prenant son visage entre ses mains et soufflant.
- C’est bon, ne te mets pas dans cet état, lui dis-je pour essayer de la calmer. C’est qu’il me semble qu’il y a erreur.
- Erreur ?, dit-elle en me regardant fixement. Ça fait 24 jours que j’essaye de t’expédier avec un infarctus et tu t’en fous.
- Mais le médecin a dit…
- Ce médecin est un con, interrompit-elle.
J’étais surpris. Ce qu’elle était en train de me dire était fort.
- Mais… je ne peux pas mourir, essayai-je de lui expliquer.
Elle me regarda avec un sourire sarcastique.
- Non, je dis ça sérieusement, dis-je pour la convaincre. Écoute, on est en train d’enregistrer le second disque de Taquetepa. Je ne peux pas mourir avant de le terminer.
Elle n’avait pas l’air de m’écouter.
- Et puis, il y a aussi l’Orchestre, insistai-je. Je dois finir de monter le répertoire. C’est vrai, quoi. Déconne pas. Pour une fois que j’arrive à organiser trois répétitions en un mois avec tous les musiciens !, me plaignis-je.
- Demain, j’ai un concert, ajoutai-je, sachant que je n’obtenais aucun effet positif.
Elle respira profondément et, essayant de rester calme, elle me dit :
- Écoute, je suis épuisée. Ce n’est pas un boulot facile. Je te demande de ne pas compliquer les choses, s’il te plaît.
Et elle commença un long laïus m’expliquant en détail son travail.
- Pour des raisons protocolaires, je dois travailler de manière artisanale. C’est une tradition que je suis obligée de conserver. Je dois me présenter face au candidat et effectuer toute la procédure de dire qui je suis et pourquoi je viens. Écouter, voir et subir chaque fois les mêmes réactions puis le conduire jusqu’au fameux tunnel avec la lumière au bout.
Elle poursuivit en se plaignant :
- Ça prend beaucoup de temps. C’est pour ça que le monde est surpeuplé. Vous, les humains, vous baisez plus rapidement que moi j’arrive à vous tuer. Vous êtes un fléau.
Là-haut, ils me mettent la pression pour atteindre des objectifs concrets et me comparent toujours avec la nature. Elle, elle envoie un tsunami, un virus et nettoie par milliers, tu comprends ? Moi, je dois faire ça un par un. Et en plus, je subis la concurrence déloyale de l’OTAN. Ces enfoirés envoient deux ou trois petits avions, lancent quelques bombes et voilà : des milliers de morts. Et puis il y a tous ces papiers à remplir. Tu n’imagines pas le côté bureaucratique de tout ça. Ils exigent de moi un quota de 50 prestations par jour.
- Mais, une chose que je n’ai jamais comprise, demandai-je intéressé, il y a tellement de fils de pute et de cons dans le monde qu’avec eux tu pourrais couvrir ton quota quotidien. Pourquoi n’emportent-ils pas des types qui en valent la peine ?
- Écoute, je t’explique. On a ce qu’on appelle les « Morts sur commande », lorsque de l’autre côté ils ont besoin de quelqu’un en particulier : un cuisinier, un musicien, etc. Ensuite, il y a les « Morts volontaires »…
- Ceux qui se suicident, dis-je, commençant à comprendre comment ça fonctionnait.
- Bien sûr, dit-elle en allongeant le « u ». Puis il y a les « Morts par expiration », ce sont ceux que tu mentionnes, les fils de pute.
- Et les cons, ajoutai-je.
Elle acquiesça d’un signe de tête, laissant voir un certain agacement parce qu’elle n’avait pas pu terminer sa phrase.
- Par expiration ?, insistai-je, curieux.
- Oui, ce sont ceux que personne ne veut de l’autre côté, et ils attendent le dernier moment pour les réclamer. C’est ce qui s’est passé avec Pinochet, Galtieri et d’autres, et c’est ce qui arrive en ce moment avec Bettencourt, la reine d’Angleterre et Johnny Hallyday, par exemple.
- Bien sûr, c’est compréhensible, commentai-je.
- Et pour finir, il y a ceux qui meurent par surprise. Ceux pour qui personne ne s’y attendait, tu vois ? Un type super sain qui reçoit un piano sur la tête. On les appelle les « Morts andouilles ». C’est ceux que j’emporte au dernier moment pour compléter le quota.
- Hum hum, et moi, je suis un mort quoi ?
- Eh bien, comment t’expliquer ?, hésita-t-elle. En fait, c’est qu’aujourd’hui… je suis seulement arrivée à 49…
- Ah, j’ai compris, dis-je offensé. Vois-tu, je te comprends et j’aimerais beaucoup t’aider, mais ce qui me pose vraiment problème, c’est que j’ai promis à Nicolas Duracka d’écrire sur le blog jusqu’à la fin de l’année et en plus, avec cette petite connerie d’infarctus dont tu me parles, je suis en retard d’environ deux semaines.
- Oui, je sais, dit-elle un peu honteuse.
- Je suis vraiment désolé, mais je ne peux pas, dis-je pour clore définitivement la discussion.
Il y eut quelques secondes de silence puis, se confiant à moi, elle dit lentement :
- C’est qu’en plus, j’ai une commande très spéciale, tu sais.
- Je ne comprends pas. Je suis un « Mort sur commande » ?
- Pas totalement. C’est une commande en dehors du système.
- Par derrière ? Une commande magouille ?
- C’est qu’ils veulent te dégager, dit-elle finalement. T’as bien cassé les couilles, me condamna-t-elle.
Je me suis tout à coup senti au pied du mur. Aucune issue. Un sentiment de terreur commençait à m’envahir et m’empêchait de penser avec clarté. Mon corps, mon esprit et mon coeur, ne trouvant pas d’échappatoire, se mirent à céder. Des milliers d’images de ma vie commencèrent à défiler dans ma tête, comme un film. Penser que j’allais mourir sans connaître Porto m’attrista. Je me haïs en me rappelant ce que j’avais écrit dans la Semaine #11 de l’Espace Perecito. J’aurais dû être plus dur. J’étais dans mes dernières réflexions lorsque j’entendis "Livin' la vida loca", de Ricky Martin.
J’ouvris les yeux et demandai à la mort :
- Qu’est-ce que c’est que ça ?
- Rien, rien, dit-elle.
- Tu écoutes Ricky Martin ?, lui demandai-je, moqueur.
- Attends une minute, me dit-elle en sortant le portable d’une poche.
- Tu peux prendre toute l’éternité que tu veux, cédai-je.
Elle fit une grimace agacée et répondit à l’appel.
- Salut. Je suis occupée là, qu’est-ce qu’il y a ?, l’écoutais-je dire, offusquée. Ah, bon, bon. Oui, bien sûr, j’y vais. OK, à plus tard.
Elle coupa et s’adressa à moi :
- Bon, excuse-moi, mais je dois te laisser, dit-elle un peu contrariée.
- Pas de problème, dis-je en essayant de paraître le plus normal possible.
- Je dois être en Angleterre à midi pour aller chercher Margaret Thatcher et l’emporter en urgence dans l’autre monde.
- La date de la Dame de fer a expiré ?
- Il semblerait. On se voit à un autre moment, me dit-elle en essayant d’être aimable.
- Je ne sais pas. Je suis pas mal occupé ces derniers temps. Si tu peux venir dans 50 ou 60 ans, c’est mieux. Évidemment, si je me libère avant, je t’appelle, clarifiai-je.
- Ne t’en fais pas. Mais si tu ne veux pas qu’on se voie avant, fais un peu de régime, me conseilla-t-elle.
- Oui, je profite qu’aujourd’hui c’est lundi pour commencer.
- Ah, et pour le coeur, je ne peux pas t’arranger ça maintenant, je dois filer en quatrième vitesse, mais va dans n’importe quel hôpital et ils feront ça, d’accord ?
- Oui, ne t’inquiète pas, je m’en occupe.
- Bon, alors ciao.
- Ciao, un plaisir de t’avoir connue, dis-je plus par automatisme que par vérité.
Et c’est ainsi que la mort s’en est allée de ma vie.
Je me suis préparé un petit-déjeuner et j’ai attendu. Quand Marie s’est réveillée, je lui ai dit :
- Tu peux appeler les urgences ?



- ¡Tengo un atraso de cinco semanas y no me viene!
- ¿Qué? El médico te dijo una copita de vino por comida y no incluía el desayuno, ¡borracho!
- Epa, qué violencia.
- Es que no podés venir a decirme que estás embarazado. Eso es una locura.
- No, enfermo, qué embarazado ni ocho cuartos. Digo que estoy atrasado cinco semanas con el blog y no me viene la inspiración.
- ¡Ah! Perdón me asusté. Bueno, pero vos sabías que iba a pasar. No podés ir contra tu naturaleza.
- No te entiendo.
- Que el arte es 10% de inspiración y 90% de transpiración.
- ¿Y?
- Que todos sabemos que no te gusta transpirar.
- Insinuás que soy un vago.
- Jamás.
- ¡Ah!
- Lo afirmo.
- ¡Ah, bueno! Muchas gracias, yo estoy bloqueado y el señor me bardea.
- La verdad nunca ofende.
- Andate a la puta madre que te parió. Finalmente, a uno no le sirve de nada hablar con su propia conciencia.
- Juajajajajaja.
- ¿Qué es lo que te causa tanta gracia?
- Que vos no tenés conciencia, ¡inconsciente!
- Pero que divertido que sos, che. ¿Y, a ver, cómo tengo que llamarte?
- No sé, si querés podés decirme "amigo invisible". Juajajajaja.
- Disculpame, pero yo, a mis amigos, los elijo.
- Oups, touché. Bueno, si no soy tu amigo, no sé para qué carajo siempre venís a pedirme consejo de qué hacer.
- No te ofendás. Disculpame. Estoy un poco alterado. Tengo que resolver esto y no sé cómo.
- Vos te ahogás en una cucharita con agua. Es fácil, pibe. Escribís dos artículos por semana hasta que te ponés al día, y listo. Total no debe haber mucha gente que lea ese bodrio, no te preocupes.
- Sinceramente, es un placer tener a alguien como vos que te apoya, que te da valor para seguir trabajando en esto. Muchas gracias.
- Y te olvidaste de decir: gratis. Porque además, no cobro nada por mi asesoramiento.
- Bueno, me voy a boludear en internet.
- Ah, claro. Vos no querés que te aconseje. Lo que vos querés es alguien que te diga que sos maravilloso y que todo lo que pensás es genial. Lo que pasa es que vos no querés escuchar nunca la verdad. Y cuando yo te canto las cuarenta salís corriendo a desconectarte la cabeza con internet. Andá, andá. Pero antes de lobotomizarte con tu aparatito, escuchame bien una cosita: ¿cómo harías para vivir con la culpa si no fuera gracias a mí, eh? Ingrato. Siempre pasa lo mismo. Pero acá se acabó. Se terminó. Esta es la última vez. Yo me voy a la mierda y no me imaginás nunca más. Vas a tener que ir a pedirle consejos a un psicólogo. ¡Y esos si que no son para nada gratuitos, ja!
¿Qué? ¿Qué decís? ¿Un pedal para la guitarra? ¿En Leboncoin? ¿Barato? ¿De en serio? ¿Qué necesitas de mi ayuda para decidirte?
Bueno, ya voy, esperá.
¡Ay, los esfuerzos que hay que hacer por el desarrollo de la cultura!
 
 
- J’ai cinq semaines de retard et ça ne vient pas !
- Quoi ? Le médecin t’a dit un petit verre de vin par repas, mais le petit-déjeuner ne compte pas, ivrogne !
- Ou là là, quelle violence.
- C’est que tu ne peux pas venir me dire que tu es en cloque. C’est de la folie.
- Non, dingo, pas en cloque ni rien à voir avec ça. Je dis que j’ai cinq semaines de retard sur le blog, et l’inspiration ne vient pas.
- Ah ! Pardon, j’ai eu peur. Bon, mais tu savais bien que ça allait arriver. Tu ne peux pas lutter contre ta nature.
- Je ne comprends pas.
- L’art, c’est 10 % d’inspiration et 90 % de transpiration.
- Et alors ?
- Nous savons tous que tu n’aimes pas transpirer.
- Tu insinues que je suis fainéant.
- Jamais !
- Ah !
- Je l’affirme.
- Ah, bien ! Merci beaucoup, moi je suis bloqué et monsieur me nargue.
- La vérité n’offense jamais.
- Va te faire foutre. Finalement, ça ne sert à rien de parler avec sa propre conscience.
- Hahahahaha.
- Qu’est-ce qui t’amuse tant ?
- C’est que toi, tu n’as pas de conscience, inconscient !
- Tu es vraiment très drôle, hein. Et, dis-moi, comment dois-je t’appeler ?
- Je ne sais pas, si tu veux, tu peux m’appeler « l’ami invisible ». Hahahaha.
- Excuse-moi, mais moi, je les choisis mes amis.
- Oups, touché. Mais bon, si je ne suis pas ton ami, je ne sais pas fichtre pourquoi tu viens toujours me demander conseil sur ce que tu dois faire.
- Ne sois pas vexé. Excuse-moi. Je suis un peu sur les nerfs. Je dois résoudre ça et je ne sais pas comment.
- Toi, tu te noies dans une petite cuillère d’eau. C’est facile, mon garçon. Écris deux articles par semaine jusqu’à que tu sois à jour, et voilà. De toute façon, il ne doit pas y avoir grand monde qui lit ce truc barbant, ne t’en fais pas.
- Sincèrement, c’est un plaisir d’avoir quelqu’un comme toi qui me soutienne, qui m’encourage à continuer à travailler là-dessus. Merci beaucoup.
- Et tu as oublié d’ajouter : gratuitement. Parce qu’en plus, je ne gagne rien pour mes conseils.
- Bon, je vais glandouiller sur Internet.
- Ah, bien sûr. Tu ne veux pas que je te donne des conseils. Ce que tu veux, c’est quelqu’un qui te dise que tu es merveilleux et que tout ce que tu penses est génial. Tu sais quoi, tu ne veux jamais entendre la vérité. Et quand je te dis tes quatre vérités, tu files te déconnecter la tête sur Internet. Vas-y, vas-y. Mais avant de te lobotomiser avec ta petite machine, écoute-moi bien : comment ferais-tu pour vivre avec le sentiment de culpabilité si je n’étais pas là, hein ? Ingrat.
C’est toujours pareil. Mais cette fois, c’est fini. C’est terminé. C’est la dernière fois. Je fous le camp et tu ne m’imagineras plus jamais. Tu vas devoir aller demander conseil à un psychologue. Et eux, ils sont loin d’être gratuits, ah !
Quoi ? Qu’est-ce que tu dis ? Une pédale pour la guitare ? Sur Leboncoin ? Pas cher ? Vraiment ? Tu as besoin de mon aide pour te décider ?
OK, j’arrive, attends.
Ah, les efforts qu’il ne faut pas faire pour le développement de la culture !



Viví unos 20 años con el Doctor. Tengo amigos médicos. Quizás ese sea el origen del problema.
Antes cuando me preguntaban si sufría de alguna alergia, siempre contestaba: al trabajo. Ahora digo: al trabajo y a los médicos.
Para saber cuál es la enfermedad que padecés empiezan cobrándote una fortuna la consulta y te medican con una aspirina. Si te curan, esperan un regalo para fin de año. Si no, continúan probando hasta encontrar algo.
Alguna vez alguien me los definió como "brujos, pero con diploma". En Argentina se los conoce como "Los Matasanos".
En Francia me llamó muchísimo la atención la técnica que tienen.
Nunca sacan la vista de la computadora. No te miran. No te tocan. Sólo te piden la Carte Vitale, te preguntan por qué los visitas, te dicen el medicamento que tenés que comprar y cómo usarlo, te dicen cuánto es por la consulta y al final, sonrientes y muy gentiles te dicen: ¡Au revoir, Madame Perez!

J’ai vécu une vingtaine d’années avec le Docteur. J’ai des amis médecins. Là est peut-être l’origine du problème.
Avant, quand on me demandait si j’étais allergique à quelque chose, je répondais toujours : au travail. Maintenant, je dis : au travail et aux médecins.
Pour savoir de quelle maladie on souffre, ils commencent par nous faire payer une fortune pour la consultation et nous donnent une aspirine. S’ils nous guérissent, ils attendent un cadeau en fin d’année. Sinon, ils continuent à faire des essais jusqu’à trouver quelque chose.
Un jour, quelqu’un me les a définis comme des « sorciers, mais en possession d’un diplôme ». En Argentine, on les appelle « Los Matasanos » (ceux qui tuent les gens en bonne santé).
En France, leur technique a beaucoup attiré mon attention.
Ils ne lèvent jamais les yeux de l’ordinateur. Ils ne te regardent pas. Ils ne te touchent pas. Ils te demandent seulement la Carte Vitale, te demandent pourquoi tu viens les voir, te disent quel médicament acheter et comment le prendre, combien tu dois pour la consultation et à la fin, souriants et très gentils, ils te disent : « Au revoir, Madame Perez ! »


La última noticia que acabo de leer dice que el tipo se murió cagando.

¿Será "cagándose" en los demás?

¿Será "cagando" a los demás?

¿O será cagado en las patas?

Poco importa.

Lo cierto es que es una imagen maravillosa para guardar de un dictador, un hijo de puta que, cobardemente y creyéndose destinado a cumplir una misión, mató, robó, secuestró, torturó y fundió a un país. En una prisión, dentro de una celda, solo como un perro, los pantalones a rayas a la altura de los tobillos, muerto sobre el inodoro.

¿Tengo que alegrarme? ¿Es para tanto mi odio? ¿Debo festejar la muerte de alguien?

No sé.

Pero sí levanto mi copa y brindo por mi amiga la Parca que, aunque más no sea al momento de su vencimiento, uno a uno, sigue llevándose a los indeseables. (Para saber más leer Espace Perecito Semaine #14)

Lo que me entristece es que este monstruo existió gracias a la codicia: de dinero y poder. Y esa codicia, este sujeto no se la lleva. Queda. Otros monstruos y sus Doctores Frankenstein siguen de este lado rompiendo los huevos. ¡Por dinero! ¿Usted se da cuenta? ¿Pueden ser tan pelotudos?

Fuentes fidedignas nos han deslizado información secreta respecto al deceso del reo. Y Espace Perecito no puede privar a nuestros lectores del placer de conocer la verdad, por eso aquí les dejamos la imagen auténtica de lo sucedido al susodicho fiambre:

La dernière information que je viens de lire dit que le type est mort en chiant.

Serait-ce en chiant sur les autres ?

Serait-ce en faisant chier les autres ?

Ou serait-ce en chiant dans son froc ?

Peu importe.

Ce qui est sûr, c’est que c’est une image merveilleuse à garder d’un dictateur, un fils de pute qui, lâchement et se croyant destiné à accomplir une mission, tua, vola, séquestra, tortura et détruisit un pays. En prison, dans une cellule, seul comme un chien, le pantalon à rayures aux chevilles, mort sur les chiottes.

Dois-je me réjouir ? Ma haine va-t-elle jusque-là ? Dois-je célébrer la mort de quelqu’un ?

Je ne sais pas.

En revanche oui, je lève mon verre et trinque à ma copine la Parque qui, même si ce n’est qu’au moment de leur expiration, un par un, continue à emporter les indésirables. (Pour en savoir plus, lire Espace Perecito Semaine #14)

Ce qui m’attriste, c’est que ce monstre a existé grâce à la cupidité : la soif d’argent et de pouvoir. Et cette cupidité, ce sujet ne l’emporte pas avec lui. Elle reste. D’autres monstres et leurs Docteurs Frankenstein sont toujours là, à nous casser les couilles. Pour de l’argent ! Vous vous rendez compte ? Est-il possible d’être aussi con ?

Des sources sûres nous ont glissé une information secrète quant au décès de l’inculpé. Et l‘Espace Perecito ne peut priver ses lecteurs du plaisir de connaître la vérité, c’est pour cela que nous mettons ici à votre disposition l’image authentique de ce qui est arrivé au susdit macchabée :


Taquetepa tocó por primera vez el 7 de abril de 2008 en Clermont-Ferrand dentro del marco de la "Semaine du Cinéma Hispanique".
Nunca podré olvidar esa noche. Lo recuerdo como si fuera hoy. Salimos del cine luego de haber realizado el concierto y haber visto la película que proyectaban en esa ocasión. Caminamos unos 200 metros y de pronto en una esquina aparece un auto cubierto de nieve.Ya me había asombrado el frío que hacía esa noche, pero un auto cubierto de nieve fue demasiado.
Y ustedes se preguntarán: ¿qué tiene de raro? Esto ocurrió en Francia, no en Brasil. Sí, es verdad, pero estábamos en primavera y, en lo que incumbe a mi ignorancia, lo normal es que nieve en invierno, no en primavera.
Ahora después de unos años de habitar en la Hivergne (mezcla de hiver, que significa invierno, con Auvergne, región ubicada al centro de Francia), como dice mi amigo Ernesto, que nieve en verano no me llamaría para nada la atención.
Y aunque no nevó, fue en el verano del 2008 que grabamos por primera vez lo que sería un demo para salir a buscar fechas de, en esa época todavía un dúo, Taquetepa.
Hoy les traigo una selección de cuatro temas de ese demo.
En primera parte, una versión de un clásico de la música francesa: "Les amants de Saint-Jean", donde prácticamente utilicé todos mis conocimientos musicales para la realización de éste arreglo con el fin de impresionar al público francés. Y no me dieron ni pelota.
De segundo, un takirari, ritmo boliviano, muy bonito, intitulado "No volveré a querer", para ponerlo en loop y bailar toda la noche.
Tercero, "Les tourbillons de la vie", canción que aparece en una película. Una dama, al finalizar una intervención del dúo Taquetepa, se me acercó y me pidió la partitura del arreglo porque le había gustado mucho. Primera vez en mi vida que me sucede algo parecido. Mucha gente, luego de un concierto, se me había acercado para pedirme cigarrillos o preguntarme dónde quedaban los baños, pero nunca una partitura.
Cuarto y último tema, "La carbonera", chacarera. Este es un arreglo especial para el dúo, pero basado en el arreglo que hacíamos con El Tierral.
Con ustedes: los artistas.


Taquetepa a joué pour la première fois le 7 avril 2008 à Clermont-Ferrand dans le cadre de la « Semaine du Cinéma Hispanique ».
Je ne pourrai jamais oublier cette soirée. Je m’en souviens comme si c’était hier. Nous sommes sortis du ciné après avoir donné le concert et vu le film projeté à cette occasion. Nous avons fait environ 200 mètres à pied et tout à coup, une voiture est apparue à un coin de rue, couverte de neige. J’étais déjà stupéfait du froid qu’il faisait ce soir-là, mais une voiture couverte de neige, c’était trop.
Vous vous demanderez : qu’est-ce que ça a de bizarre ? Ceci est arrivé en France, pas au Brésil. Oui, c’est vrai, mais nous étions au printemps et, d’après mon ignorance, il est normal qu’il neige en hiver, pas au printemps.
Maintenant, après avoir habité quelques années en Hivergne (combinaison d’hiver et Auvergne), comme dit mon ami Ernesto, ça ne m’étonnerait plus du tout qu’il neige en été.
Et bien qu’il ne neigea pas, c’est pendant l’été 2008 que nous avons enregistré pour la première fois ce qui serait une démo pour chercher des dates de concert pour, à cette époque encore en formation duo, Taquetepa.
Aujourd’hui, je vous apporte une sélection de quatre morceaux de cette démo.
Tout d’abord, une version d’un classique de la musique française : « Les amants de Saint-Jean », arrangement pour lequel j’ai utilisé pratiquement toutes mes connaissances musicales dans le but d’impressionner le public français. Et tout le monde s’en fout.
Le deuxième est un takirari, rythme bolivien, très joli, intitulé « No volveré a querer », pour mettre en boucle et danser toute la nuit.
Troisièmement, « Le tourbillon de la vie », chanson qui apparaît dans un film. Une dame, à la fin d’une intervention du duo Taquetepa, s’est approchée de moi et m’a demandé la partition de l’arrangement parce qu’il lui avait beaucoup plu. Ce fut la première fois de ma vie que telle chose m’arrivait. Beaucoup de personnes, après un concert, s’étaient approchées de moi pour me demander des cigarettes ou me demander où étaient les toilettes, mais jamais une partition.
Quatrième et dernier morceau, « La carbonera », chacarera. Il s’agit d’un arrangement spécial pour le duo, mais basé sur l’arrangement que nous jouions avec El Tierral.
Avec vous : les artistes.


Una vez escuché en algún programa de televisión, estilo Discovery Channel pero de los años 80's, que los primeros habitantes europeos provenían de África y que por diversos motivos con el transcurrir del tiempo las generaciones posteriores fueron perdiendo la pigmentación.
En su momento me causó gracia y no imaginé cómo podría suceder una cosa así. ¿A causa de bañarse mucho? ¿O desayunaban una copita de lavandina todas las mañanas?
La cuestión es que finalmente la duda sobre el tema quedó instalada en mí, inclusive generándome pesadillas durante años.
En un asado, junto a mi círculo de amistades exclusivamente seleccionadas, expresé mis inquietudes sin tapujos y, luego de unas cuantas botellas de tinto, llegamos a la conclusión que la gente rubia, en realidad, había nacido fallada, sin color.
Cuando quisimos dar a conocer esta teoría al mundo, obviamente, no prosperó. Imagínense que esto quería decir que toda esa gente rubia y linda que aparecía en los comerciales de cigarrillos o de autos era gente imperfecta. Por lo cual esas publicidades generarían el efecto contrario al deseado.
Así fue que la General Motors, Philip Morris, y otras grandes empresas del estilo, impidieron que se realizara una investigación profunda y seria como requería una hipótesis de este tipo.
Hasta incluso, cuando intentamos hacer frente a estos monstruos capitalistas para lograr iniciar estudios científicos que nos acercaran a una respuesta profesional que ayudara a la prosperidad de la raza humana, fuimos denunciados públicamente como fabuladores, propietarios de empresas productoras de tintura para pelo, casas de bronceado artificial o de peluquerías, que nuestro objetivo era exclusivamente obtener beneficios financieros, y que, además, como buenos morochos, éramos envidiosos.
En aquella ocasión decidimos unánimemente dejar de lado estas controversias menores. Estaba clarísimo que estábamos ocupados en menesteres mucho más importantes y no podíamos perder nuestro tiempo en nimiedades. Así es que yo volví a mi trabajo en la biblioteca, cada una de mis amistades regresó a sus labores cotidianos y este tema, como muchas otras preguntas vitales que nos aquejan, quedó en la nada.
Pero ahora que habito en el corazón mismo de la antigua Europa, sé cuál es el origen de semejante fenómeno: la falta de sol. Sí señor. La falta de sol. ¿De qué otra manera vas a perder la pigmentación si no es por que te falta luz solar?
La más férrea prueba de que estoy en lo cierto, es que desde noviembre hasta hoy he visto, como máximo y exagerando - cosa que no es normal en mí -, cinco, sí, cinco días de sol.
Hasta yo me estoy decolorando. Cada mañana cuando me encuentro frente al espejo noto que mis cabellos se están poniendo cada día más rubios, mi tez más clara y mis ojos azules.
La gente no se da cuenta de lo que sucede. Están acostumbrados. Hasta hay personas que se volvieron transparentes. Los habitantes de París, por ejemplo, no creen estar perdiendo color. Y eso es a causa de la capa de moho que los cubre que no les deja percibir el cambio de pigmentación.
Para colmo el servicio meteorológico, que sólo se equivoca cuando da buenos pronósticos, dice que el clima a la inglesa va a durar hasta fin de año.
Por eso en Espace Perecito les damos algunos consejos para pasar esta temporada "Primavera - Verano 2013" de la mejor manera y al último grito de la moda. Este modelito ha hecho furor en la Costa Azul.

Un jour, j’ai entendu dans une émission de télévision, du type Discovery Channel mais des années 80, que les premiers habitants européens provenaient d’Afrique et que pour diverses raisons, les générations ultérieures ont perdu la pigmentation au cours du temps.
À cette époque, cela m’a amusé et je n’imaginais pas comment une telle chose pouvait se produire. Se baignaient-ils trop ? Ou prenaient-ils un petit verre de javel chaque matin au petit-déjeuner ?
Le fait est que finalement, le doute sur cette question est resté installé en moi, il m’a même fait faire des cauchemars des années durant.
Lors d’un barbecue, aux côtés de mon cercle d’amis exclusivement sélectionnés, j’ai exprimé sans détour mes préoccupations et, après un certain nombre de bouteilles de rouge, nous sommes arrivés à la conclusion que les blonds, en réalité, étaient nés avec un défaut, sans couleur.
Lorsque nous avons voulu faire connaître cette théorie au monde, évidemment, elle n’a pas eu de succès. Imaginez que cela voulait dire que tous ces gens blonds et beaux qui apparaissent dans les publicités de cigarettes ou de voitures étaient des personnes imparfaites. Par conséquent, ces publicités produiraient l’effet contraire à celui escompté.
C’est ainsi que la General Motors, Philip Morris et d’autres grandes entreprises du même genre ont empêché qu’une recherche profonde et sérieuse telle que l’exigeait une hypothèse de ce type soit menée.
Et même, quand nous avons essayé de tenir tête à ces monstres capitalistes pour arriver à entamer des études scientifiques qui nous feraient approcher une réponse professionnelle qui aiderait la prospérité de la race humaine, nous avons été publiquement accusés de fabulateurs, propriétaires d’entreprises productrices de teinture pour les cheveux, de salons de bronzage artificiel ou de coiffure, que notre objectif était exclusivement celui d’obtenir des bénéfices financiers et que, en plus, en bons bruns que nous sommes, nous étions jaloux.
C’est à cette occasion que nous avons décidé unanimement de laisser de côté ces controverses de moindre importance. Il était plus que clair que nous étions occupés à des tâches beaucoup plus importantes et que nous ne pouvions perdre notre temps avec des badineries. C’est ainsi que j’ai repris mon travail à la bibliothèque, que chacun de mes amis s’en est retourné à ses tâches quotidiennes et ce sujet, comme de nombreuses autres questions vitales qui nous tourmentaient, est resté dans le néant.
Mais maintenant que j’habite au coeur même de l’ancienne Europe, je connais l’origine de pareil phénomène : le manque de soleil.
Oui monsieur. Le manque de soleil. De quelle autre manière peut-on perdre la pigmentation si ce n’est parce que la lumière solaire nous fait défaut ?
La preuve la plus écrasante que je suis dans le vrai est qu’entre le mois de novembre et aujourd’hui j’ai vu, au maximum et en exagérant – chose anormale chez moi -, cinq, oui, cinq jours de soleil.
Même moi je suis en train de me décolorer. Chaque matin, lorsque je me trouve face au miroir, je note que mes cheveux blondissent de jour en jour, mon teint s’éclaircit et mes yeux deviennent bleus.
Les gens ne se rendent pas compte de ce qui arrive. Ils sont habitués. Il y en a même qui sont devenus transparents. Les habitants de Paris, par exemple, ne croient pas qu’ils sont en train de perdre des couleurs. Ça, c’est à cause de la couche de moisissure qui les recouvre qui ne leur permet pas de percevoir le changement de pigmentation.
Le comble, c’est que le service météorologique, qui ne se trompe que lorsqu’il donne des prévisions favorables, dit que le climat à l’anglaise va durer jusqu’à la fin de l’année.
C’est pour cela que dans l’Espace Perecito nous vous donnons quelques conseils pour passer cette saison « Printemps - Été 2013 » du mieux possible et au dernier cri de la mode. Ce petit modèle a fait fureur sur la Côte d’Azur.


1- Paraguas permanente para que no nos agarre desprevenido una lluvia.
2- Anteojos con limpiaparabrisas y sistema de visión nocturna para días muy nublados.
3- Bufanda tejida por la abuela.
4- Impermeable. Incluye sistema eléctrico de calefacción. Atención no olvidar pilas de recambio.
5- Paraguas a utilizar en caso de tormentas de nieve o con granizo.
( Puntos 4 y 5 son una vestimenta vintage en honor a Tati y "Las vacaciones del Sr. Hulot".)
6- Medias tejidas también por la abuela.
7- Patas de rana para prevenir en caso de inundaciones.
8- Bermudas de colores llamativos.
9- Musculosa de color llamativo.
(Puntos 8 y 9 son para no perder la sensación de estar en primavera - verano).
10- Cigarrillo eléctrico, no se apaga ni por el viento ni por la lluvia.


1- Parapluie permanent pour ne pas être pris au dépourvu par la pluie.
2- Lunettes avec essuie-glace et système de vision nocturne pour les jours très nuageux.
3- Écharpe tricotée par mémé.
4- Imperméable. Comprend un système de chauffage électrique. Veillez à ne pas oublier les piles de rechange.
5- Parapluie à utiliser en cas de tempête de neige ou de grêle.
(Les points 4 et 5 sont une tenue vintage en honneur à Tati et « Les vacances de Monsieur Hulot »)
6- Chaussettes également tricotées par mémé.
7- Palmes préventives en cas d’inondation.
8- Bermuda aux couleurs vives.
9- Débardeur aux couleurs vives.
(Les points 8 et 9 ont pour fonction de ne pas perdre la sensation d’être au printemps - été).
10- Cigarette électronique, elle ne s’éteint ni à cause du vent, ni de la pluie.


Espace Perecito



Hasta el día de hoy, han pasado unos 20 años desde que empecé por primera vez a tocar música de manera profesional. Durante todos estos años he formado parte de varios grupos musicales, he acompañado diversos artistas, he estado de gira por diferentes países y he tocado en todo tipo de lugares : grandes salas de conciertos, pequeñas, teatros, bares, festivales, tablones, centros culturales, la calle, y en las más diversas condiciones. De las mejores, aquellas que son como un sueño, a las otras, más parecidas a una pesadilla.
Es en el momento en que estás arriba del escenario cuando mejor te sentís. Ahí te das cuenta que ese es tu lugar en el mundo. Los problemas desaparecen. Estás vos, tu instrumento, tus compañeros músicos y la música. La música que es capaz de hermanar a los bichos más raros y difíciles del mundo y lograr emocionar a otro grupo, aun mucho más heterogéneo, que oficia de público.
Pero claro, como en Cenicienta, las campanas siempre tocan a medianoche y la magia se va a la mierda. El espectáculo termina y hay que volver al mundo real. Y el mundo real que nos toca a los músicos no es muy atractivo.
Cuando decidí dedicarme de lleno a la música, hacer de esto mi profesión, mi manera de conseguir el pan de cada día, sabía muy bien que, económicamente hablando, viviría siempre al límite. Limitado para comprar, limitado para tomar vacaciones, limitado para pedir créditos, etcétera.
También podría decir que como músico, uno vive al límite de la sociedad. El músico es una especie de ser viviente entre el hombre y la bestia. Un ser apenas superior a un insecto. Pero éste tema tan interesante lo retomaré en un futuro y me explayaré más detalladamente.
Releyendo lo que escribí, me imagino que usted se preguntará: ¿por qué carajo te dedicaste a esto y no a otra cosa? Y no lo dude, mi apreciado lector, que yo me hago la misma pregunta todos los días.
Pero como usted sabrá, no es fácil tomar una decisión de tal envergadura. Decidir ser músico no es algo que se decide así como así en algunos minutos. Pasaron años y un montón de cosas antes de dar el paso hacia el abismo.
Obviamente no voy a aburrirlo detallando todos los sucesos acontecidos. Sólo voy a contar el punto de inflexión, la gota que derramó el vaso, el empujoncito final.
Transcurría el año 1993. Había ingresado en la Escuela de música popular de Avellaneda porque un amigo me había pedido acompañarlo. Ese establecimiento parecía un gigante devora ignotos de la música para aquellos que nos considerábamos amateurs en el tema y nos daba miedo. Así que aprovechando la excusa de hacerle pata para que no estuviera solo en tan dura tarea me inscribí con él, dí mis exámenes de ingreso y empecé a cursar materias. Mi intención era solamente ampliar mis conocimientos musicales, pero desde el principio me encontré tocando con otra gente y empezando a hacer mis primeros trabajos pagados, mal, pero pagados.
Dentro del ambiente músico escolar me sentía como pez en el agua, cosa que no me ocurría en la Facultad de Ciencias Económicas, donde hacia la carrera de Contador Público. Con mis compañeros de la escuela tocábamos, íbamos a conciertos, hacíamos fiestas, filosofábamos y discutíamos sobre música, aprendíamos, conocíamos y nos reconocíamos en la música popular y nos emborrachábamos de sonidos y alcohol.
Fue una época difícil para mi súper yo. Si alguien me preguntaba que era, no sabía a ciencia cierta qué contestar. ¿Estudiante de Economía, músico, nada? Lo peor era que no podía ni siquiera autocontestarme.
Un viernes a la noche estábamos en el Bar El Chino, en el barrio de Pompeya, disfrutando de la Peña.
El Bar El Chino era un lugar dónde durante la semana morfaban los trabajadores de la zona. Obreros de los talleres vecinos y camioneros que procedentes de todas partes del país llegaban a la fábrica de Coca Cola, que estaba a unos 300 metros, a traer o llevar mercaderías. El espacio no era muy grande. Había algunas mesas y sillas que, para la peña, se le sumaban unos tablones y unos bancos largos. Había un mostrador, sobre el cuál alguna vez vi bailar tango, y después en el fondo, la parrilla y la pieza donde vivía el Chino. Las paredes estaban llenas de afiches de diferentes épocas que promocionaban la peña y otros eventos, fotos, dibujos, cartas y todo tipo de recuerdos.
Los viernes por la noche funcionaba la peña. Ahí se reunían cantoras y cantores viejos junto a nuevos intérpretes. Los jóvenes alegres de poder compartir el rito con los veteranos y los viejos alegres al ver que continuaba viva la llama. Todos acompañados por el guitarrista oficial de la casa. Y a su vez, todos estos gozosamente escuchados por un público variopinto compuesto por vecinos, habitués de la peña, famosos del espectáculo, turistas y diversos curiosos, en un ambiente amigable y distendido.
Nosotros ya conocíamos el funcionamiento del lugar. Al Chino sabíamos que teníamos que pedirle del vino que tomaba él, porque si te daba del otro, el sábado siguiente podía ser fatal para tu cabeza y tu hígado. Y había que ir pagando a medida que ibas consumiendo, si no el que podía tener problemas digestivos era tu bolsillo frente a la cuenta japonesa que podía hacerte el Chino al final de la noche.
Una de las cuestiones por la que íbamos era para robarle yeites tangueros al guitarrista. Él nos pasaba cosas y cada vez que las hacía durante la tocada nos miraba de reojo. A veces hacía firuletes nuevos que no conocíamos y nos relojeaba riéndose de nuestras caras de asombro. También íbamos a escuchar a los viejos cantores los fraseos que hacían al cantar, las intenciones, las pausas, los silencios. Para nosotros ellos cantaban el tango auténticamente.
La noche fatal, cuando ocurrió la génesis de mi carrera de músico, estaba junto a Fernando "El Perro" Giardini. Ambos estábamos en la misma situación de no saber que hacer de nuestras vidas. Ambos habíamos chupado como degenerados. En un momento el guitarrista pide la palabra e invita a cantar a su hija, una morocha grandota que tenía 16 años, y juntos hacen, si mal no recuerdo, Chiquilín de Bachín con el estribillo a dos voces. Al terminar, el guitarrista, prácticamente en lágrimas, agradece al público la oportunidad otorgada de concretar el deseo de cantar junto a su hija. Todo el mundo aplaude a rabiar y acto seguido, para reventar corazones emotivos, El Chino canta "A los amigos", su caballito de batalla, un tango que habla, justamente, de la amistad, que dedica a todos los presentes y a todos se nos pone la piel de gallina.
A mi me sorprendió mucho el gordo llorando de emoción. Era un tipo grande, de canas en toda la cabeza, vestido humildemente, abrazado a una guitarrita que estaba más para servir de leña que de instrumento de acompañamiento y tocando toda la noche a cambio de pasar la gorra, el chupi y algo para llenar la barriga. Sin embargo era feliz.
La situación que estaba pasando, la fiesta que se producía en el bar, el vino, la música, todo caló fuerte y profundo en mi ser. Así que me acerco al Perro, lo agarro fuerte del hombro y le digo: ¿Ves Perro? A mí me importa un carajo todo, pero ¿sabés qué?, yo quiero llegar a la edad de ese tipo y ser feliz como él, así, solamente por poder hacer música con la gente que quiero. Todo el resto me lo paso por el quinto forro del orto. A partir de hoy dejo la facultad y me dedico a ser músico.
Una semana más tarde me cruzo al Perro en los pasillos de la escuela y de pasada me dice: Dany, después te cuento mejor, pero, pensé mucho en lo que me dijiste el viernes, así que tomé la decisión y dejé Ingeniería.
Así fue que cruzamos el umbral. Ahí empezamos otra historia que sabíamos que no iba a ser fácil, pero no estaba nada mal vivirla sabiendo quiénes éramos. Es inconmensurable la felicidad que tengo cada vez que se me cruza una planilla a completar. Nombre: Daniel Perez. Ocupación: Músico.
Durante ese año y los siguientes que cursé en la escuela de música, fui muchas veces a la peña del Chino. Con el tiempo descubrí que la escena del padre que invita a cantar a su hija y después lagrimea agradeciendo al público la hacían todos los viernes y que el vino, tomado en grandes cantidades, me pone emotivo y me hace abrir la boca de más.



Il y a maintenant environ 20 ans que j’ai commencé à jouer de la musique de manière professionnelle. Durant toutes ces années, j’ai fait partie de divers groupes de musique, accompagné divers artistes, fait des tournées dans différents pays et joué dans toute sorte de lieux : grandes salles de concerts, petites, théâtre, bars, festivals, planches, centres culturels, rue, et dans les conditions les plus variées. Depuis les meilleures, où l’on se sent comme dans un rêve, aux autres, qui ressemblent plus à un cauchemar.
C’est lorsque tu es sur scène que tu te sens le mieux. Là, tu te rends compte que c’est ton endroit dans le monde. Les problèmes disparaissent. Il y a toi, ton instrument, tes collègues musiciens et la musique. La musique qui est capable de fraterniser les bestioles les plus bizarres et difficiles au monde et d’arriver à émouvoir un autre groupe, encore plus hétérogène, qui fait office de public.
Mais bien entendu, comme dans Cendrillon, les cloches sonnent toujours à minuit et la magie se casse la gueule. Le spectacle se termine et il faut retourner dans le monde réel. Et le monde réel auquel nous avons droit, nous les musiciens, n’est pas très attirant.

Lorsque j’ai décidé de me dédier pleinement à la musique, d’en faire ma profession, ma manière de gagner le pain de chaque jour, je savais très bien que, économiquement parlant, je vivrais toujours à la limite. Limité pour acheter, limité pour prendre des vacances, limité pour demander des crédits, et cetera.
Je pourrais également dire qu’en tant que musicien, on vit à la limite de la société. Le musicien est une espèce d’être vivant entre l’homme et la bête. Un être à peine supérieur à un insecte. Mais je reviendrai sur ce thème si intéressant dans quelque temps et je m’y étendrai plus en détail.
En relisant ce que j’ai écrit, j’imagine que vous vous demanderez : Mais pourquoi tu t’es consacré à ça et pas à autre chose ? N’ayez aucun doute là-dessus, cher lecteur, je me pose chaque jour cette même question.

Mais comme vous devez le savoir, il n’est pas facile de prendre une décision de telle envergure. Devenir musicien, ce n’est pas quelque chose qui se décide comme ça, en quelques minutes. Des années et un tas de choses se sont passées avant de faire le pas vers l’abîme.
Je ne vais évidemment pas vous ennuyer en vous détaillant tous les évènements survenus. Je vais seulement vous raconter quel fut le point d’inflexion, la goutte qui a fait déborder le vase, le petit coup de pouce final.

Cela se passait en 1993. J’étais rentré à l’École de musique populaire d’Avellaneda parce qu’un ami m’avait demandé de l’accompagner. Cet établissement paraissait un géant dévorateur d’ignorants de la musique pour nous qui nous considérions comme des amateurs, et il nous faisait peur. Ainsi, profitant de l’excuse de l’accompagner pour qu’il ne soit pas seul pour effectuer cette tâche si difficile, je me suis inscrit avec lui, j’ai passé les examens d’entrée et j’ai commencé à suivre les cours des différentes matières. Mon intention était seulement d’élargir mes connaissances musicales, mais dès le début, je me suis retrouvé à jouer avec d’autres et à commencer à avoir mes premiers travaux rémunérés. Mal, mais rémunérés.

Dans le milieu musical de l’école, je me sentais comme un poisson dans l’eau, chose qui ne m’arrivait pas à la Faculté de Sciences Économiques où je suivais le cursus d’expert-comptable. Avec mes camarades de l’école, nous jouions, nous allions à des concerts, nous faisions la fête, nous philosophions et discutions de musique, nous apprenions, connaissions et nous reconnaissions dans la musique populaire et nous nous enivrions de sons et d’alcool.
Ce fut une époque difficile pour mon surmoi. Si quelqu’un me demandait ce que j’étais, je ne savais pas avec certitude quoi répondre. Étudiant en Économie, musicien, rien ? Ce qui était encore pire, c’est que je ne savais même pas m’autorépondre.
Un vendredi soir, nous étions au Bar El Chino, dans le quartier de Pompeya, profitant de la Peña.
Le Bar El Chino était un endroit où, en semaine, les travailleurs du coin venaient becter. Des ouvriers des ateliers voisins et des routiers venus de tout le pays qui arrivaient à l’usine de Coca Cola, à quelque 300 mètres de là, pour apporter ou emporter de la marchandise. L’endroit n’était pas très grand. Il y avait quelques tables et chaises auxquelles, pour la peña, on ajoutait des planches et de longs bancs. Il y avait un comptoir sur lequel j’ai quelquefois vu danser du tango, et dans le fond, le barbecue et la chambre dans laquelle habitait « El Chino ». Les murs étaient couverts d’affiches de différentes époques qui faisaient la promotion de la peña et d’autres évènements, de photos, de dessins, de lettres et de tout type de souvenirs.
La peña avait lieu le vendredi soir. Là, se réunissaient chanteuses et chanteurs âgés et de nouveaux interprètes. Les jeunes étaient heureux de pouvoir partager le rite avec les vétérans, et les vieux heureux de voir que la flamme brûlait toujours. Tous étaient accompagnés par le guitariste officiel de la maison. Et en même temps, tous étaient écoutés avec régal par un public bigarré composé de voisins, d’habitués de la peña, de célébrités du monde du spectacle, de touristes et de divers curieux, dans une ambiance chaleureuse et détendue.
Nous connaissions déjà le fonctionnement du lieu. Nous savions qu’il fallait demander au Chino le vin qu’il buvait, lui, car s’il te donnait de l’autre, le samedi suivant pouvait être fatal pour la tête et le foie. Et il fallait payer au fur et à mesure que tu consommais, sinon celui qui pourrait avoir des problèmes digestifs était ton portefeuille, face à la note japonaise que pouvait t’apporter El Chino à la fin de la soirée.

Une des raisons pour lesquelles nous y allions était de piquer des plans tangueros au guitariste. Il nous passait les trucs, et chaque fois qu’il les reproduisait en jouant, il nous regardait du coin de l’oeil. Parfois, il faisait de nouvelles fioritures que nous ne connaissions pas et nous lorgnait, s’amusant de nos mines pantoises. Nous y allions également pour écouter les phrasés des vieux chanteurs, les intentions, les pauses, les silences. Pour nous, ils chantaient le tango de manière authentique.

La nuit fatale, à laquelle remonte la genèse de ma carrière de musicien, j’étais avec Fernando « El Perro » Giardini. Nous étions tous deux dans la même situation, à ne savoir que faire de nos vies. Nous avions tous deux bu comme des dégénérés. À un moment donné, le guitariste a pris la parole et invité sa fille, une grande brune de 16 ans, à chanter et ils ont joué ensemble, si je me souviens bien, Chiquilín de Bachín avec le refrain à deux voix. À la fin, le guitariste, au bord des larmes, a remercié le public de lui avoir donné l’occasion de concrétiser son désir de chanter avec sa fille. Tout le monde applaudit fougueusement et ensuite, pour achever les coeurs émus, El Chino a chanté « A los amigos », son cheval de bataille, tango qui parle justement de l’amitié et qu’il a dédié à toutes les personnes présentes. Nous eûmes tous la chair de poule.
J’ai été très surpris par le gros gars pleurant d ‘émotion. C’était un type âgé, avec plein de cheveux blancs, humblement vêtu, serrant dans ses bras une guitare qui pouvait plus servir de bois à brûler que d’instrument d’accompagnement, et qui jouait toute la nuit en échange d’un chapeau tournant dans le public, de breuvage et de quelque chose à se mettre sous la dent. Il était cependant heureux.
La situation du moment, la fête qui avait lieu dans ce bar, le vin, la musique, tout cela toucha fortement et profondément mon être. Alors je me suis approché du Perro, je l’ai attrapé fortement par l’épaule et lui ai dit : Tu vois, Perro ? Moi, je me fous de tout, mais tu sais quoi ? Je veux arriver à l’âge de ce type et être heureux comme lui, comme ça, seulement pour pouvoir faire de la musique avec ceux que j’aime. Tout le reste, j’en ai vraiment rien à taper. À partir d’aujourd’hui, je laisse tomber la fac et je me consacre à la musique.
Une semaine plus tard, j’ai croisé le Perro dans les couloirs de l’école et en passant il m’a dit : Dany, je te raconterai ça mieux plus tard, mais j’ai beaucoup réfléchi à ce que tu m’as dit vendredi, alors j’ai décidé d’arrêter mes études d’ingénieur.

C’est ainsi qu’on a passé le pont. Nous avons alors commencé une autre histoire, qui, nous le savions, n’allait pas être facile, mais qui ne serait pas mauvaise à vivre sachant qui nous étions. Le bonheur que j’ai chaque fois que je dois remplir un formulaire est incommensurable. Nom : Daniel Perez. Profession : Musicien.
Cette année-là, et les suivantes que j’ai passées à l’école de musique, je suis souvent allé à la peña du Chino. Avec le temps, j’ai découvert que la scène du père qui invite sa fille à chanter et qui larmoie ensuite en remerciant le public se reproduisait tous les vendredis et que le vin, bu en grandes quantités, me rendait émotif et trop bavard.


Como siempre cuando no tengo ganas de hacer nada doy vueltas por la casa pelotudeando a más no poder. Voy al baño, preparo mate, busco por internet información sobre temas tan interesantes como la creación de barcos con botellas de plástico, reviso mis cuentas de mail un millón de veces y chequeo en los diarios online argentinos por enésima vez que no haya habido un terremoto en Buenos Aires.
Una mañana de verano auvergnate, estaba dando giros sobre mi mismo como long play de Sandro en un Wincofon una tarde de domingo primaveral en los 70's, cuando una voz acusadora me invita a leerle un cuentito a la nena.
Así fue que, en pleno uso de mis habilidades creativas, dulcemente conté a la niña, producto de mi imaginación:



EL PERRO QUE QUERÍA SER CANTOR (1)



Había una vez un perro que quería ser cantor de folklore. Y aunque les parezca raro, para él no lo era tanto ya que, lógicamente, si había cantores de folklore que cantaban como un perro, ¿por qué un perro no podía ladrar como un cantor de folklore?

Comme toujours, quand je n’ai rien envie de faire, je tourne en rond à la maison, glandouillant à qui mieux mieux.
Je vais aux toilettes, je prépare un maté, je cherche sur Internet des informations sur des sujets aussi intéressants que la fabrication de bateaux en bouteilles en plastique, je consulte mes boîtes aux lettres électroniques un million de fois et je vérifie dans les journaux argentins en ligne pour la énième fois qu’il n’y a pas eu de tremblement de terre à Buenos Aires.
Un matin d’été auvergnat, je tournais sur moi-même comme un 33 tours de Sandro sur un Wincofon une après-midi de printemps des années 70, lorsqu’une voix accusatrice m’invita à lire un conte à la petite.
Ce fut ainsi que, faisant plein usage de mes dons créateurs, j’ai tendrement raconté à la petiote, produit de mon imagination :

LE CHIEN QUI VOULAIT DEVENIR CHANTEUR (1)


Il était une fois un chien qui voulait devenir chanteur de folklore. Et bien que cela vous semble bizarre, ça ne l’était pas tellement pour lui puisque, c’est logique, s’il y a des chanteurs de folklore qui chantent comme des chiens, pourquoi un chien ne pourrait-il pas aboyer comme un chanteur ?


Como no sabía qué hacer para lograr su cometido, lo primero que hizo fue visitar a su amigo "feo y contrahecho", el Sapo Cancionero (2), para pedirle buenos consejos.


Comme il ne savait pas comment faire pour atteindre son objectif, il est tout d’abord allé rendre visite à son ami « laid et difforme », le Sapo Cancionero (Crapaud Chansonnier) (2), pour lui demander ses conseils.


El Sapo Cancionero, viejo concurrente de la vida folklórica argentina, se alegró al saber que su amigo canino deseaba dedicarse a cantar la música popular de nuestra "tieya" (3).
Embelesado por sus recuerdos, le habló de zambas, de chacareras, de gatos cuyanos de doble giro y de gatos norteños de giro simple (4).
Nuestro héroe no entendió mucho, él no conocía de zambas, ni de chacareras, ni de gatos cuyanos o norteños. Pero sí conocía al Gato, y sin dar más giros, fue a verlo directamente. El Gato era un bicho de mundo y podría ayudarlo.


Le Crapaud Chansonnier, vieux de la vieille de la vie folklorique argentine, se réjouit de savoir que son ami canin désirait se consacrer à chanter la musique populaire de notre « tieya » (prononcer : « tiéja ») (3).
Emporté par ses souvenirs, il se mit à lui parler de zambas, de chacareras, de gatos cuyanos à double tour et de gatos norteños à tour simple (4).
Notre héros ne comprenait pas grand chose, il ne savait pas ce qu’étaient les zambas, ni les chacareras, ni les gatos cuyanos ou norteños. En revanche, il connaissait bien le Gato, le chat, et sans tourner autour du pot, il partit le voir directement. Le Gato était une bestiole du monde et pourrait l’aider.


El Gato le dijo que de folklore no sabía prácticamente nada. Que él prefería el rock & roll. Pero que si su idea era convertirse en un afamado cantante, lo que tenía que hacer era conseguirse un representante artístico. Para eso no había nadie mejor que la Rata.


Le Gato lui dit qu’il ne connaissait pratiquement rien au folklore. Qu’il préférait le rock & roll. Mais que si son idée était de devenir un chanteur célèbre, ce qu’il devait faire, c’était se trouver un représentant artistique. Et pour cela, il n’y avait personne de mieux indiqué que le Rat (5).


La Rata lo recibió en sus oficinas y le tomó una prueba para ver cómo cantaba. Después de escuchar unos cuantos ladridos, la Rata comenzó a explicarles cosas sobre la crisis del mercado discográfico, la falta de inversión en la cultura, la falta de espacio en el ambiente folklórico para él ya que estaba lleno de gente que cantaba en su mismo estilo, pero que si tomaba unas clases de canto o de teatro o de cocina, lo veía muy bien como cantante melódico.
Pensando que el representante artístico más que una Rata parecía ser un Ratón (5), se fue en dirección del domicilio de el Zorzal (6) a tomar unas clases de canto.


Le Rat le reçut dans son bureau et lui fit passer une audition pour voir comment il chantait. Après avoir écouté quelques hurlements, le Rat commença à lui expliquer des choses sur la crise du marché discographique, le manque d’investissements dans la culture, le manque d’espace dans le milieu folklorique puisque celui-ci était déjà plein de gens qui chantaient dans le même style, mais que s’il prenait quelques cours de chant ou de théâtre ou de cuisine, il le verrait très bien comme chanteur de variétés.
Pensant que le représentant artistique était plus un raté qu’un rat, il partit en direction du domicile de la Litorne (6) pour prendre quelques leçons de chant.


El Zorzal le habló durante horas sobre toda su carrera artística, de que la gente no hacía las cosas correctamente, que él era el poseedor de la verdad absoluta en cuestión musical y luego intentó enseñarle a cantar unos tanguitos. Pero nuestro personaje principal de esta historia, quería cantar folklore.
Finalmente, el can, cansado de dar vueltas y no encontrar su camino, decidió volver a su cucha y con su carrera artística hacer NARANJA (7).


La Litorne lui parla pendant des heures durant de sa carrière artistique, du fait que les gens ne faisaient pas les choses correctement, que c’était lui qui possédait la vérité absolue en ce qui concerne la musique et ensuite, il essaya de lui apprendre à chanter quelques tangos. Mais le personnage principal de notre histoire voulait chanter du folklore.
Finalement, le chien, fatigué d’aller ci et là et de ne pas trouver son chemin, décida de regagner sa couche et de faire de sa carrière artistique NARANJA (7).


Y colorín, colorado, este cuento se ha terminado.

Mientras la niña me miraba con los ojos muy grandes, la madre me decía que así no era como se debía contar un cuento a una niña de 5 meses y comenzó a emitir ladridos, maullidos y otros efectos sonoros de la jungla tropical con los cuales la niña rió a carcajadas.
Es irremediable, esta juventud, por culpa de la televisión y de internet, no se interesa más por la literatura.


Notas al pie:
(1) Esta historia nace a partir de la lectura del libro francés en tela para bebés "Jardin, le chien". En español sería "Jardín, el perro" y en una especie de italo-argento-pereciano sería "Giardini, el Perro".
Se adjuntan las imágenes para una mejor comprensión del texto.
(2) Sapo cancionero. Zamba popular argentina con letra de Jorge Hugo Chagra y música de Alejandro Flores.
(3) Onomatopeya de Tierra con el acento de los pobladores de la provincia de Salta, Argentina.
v (4) Danzas coreográficas de Argentina.
(5) Rata popularmente significa persona vil y despreciable. En cambio ratón se utiliza en el sentido de persona falta de recursos.
(6) El zorzal es un pájaro de canto agradable. Así se lo llamaba a Carlos Gardel, el Zorzal Criollo.
(7) Naranja significa nada



Et cric et crac, l'histoire est dans mon sac.

Pendant que la petite me regardait en écarquillant les yeux, la maman me disait que ce n’était pas comme ça qu’on devait raconter une histoire à une fillette de 5 mois, et elle se mit à émettre des aboiements, des miaulements et autres effets sonores de la jungle tropicale qui faisaient rire la petite aux éclats.
C’est irrémédiable, la jeunesse d’aujourd’hui, à cause de la télévision et d’Internet, ne s’intéresse plus à la littérature.

Notes :
(1) Cette histoire est née à partir du livre français en tissu pour bébés « Jardin, le chien ». En espagnol ce serait "Jardín, el perro" et en italo-argento-perecien ce serait "Giardini, el Perro".
Nous joignons les images pour une meilleure compréhension du texte.
(2) Sapo cancionero. Zamba populaire argentine, paroles de Jorge Hugo Chagra et musique d’Alejandro Flores.
(3) Onomatopée de « Tierra » (terre) imitant l’accent des habitants de la province de Salta, Argentine.
(4) Danses chorégraphiques d’Argentine.
(5) Rat s’emploie populairement pour parler d’une personne vile et méprisable.
(6) La Litorne (Zorzal en espagnol) est un oiseau au chant agréable. Carlos Gardel était appelé ainsi, “el Zorzal Criollo”.
(7) « Naranja » (= orange) est employé populairement pour « nada »(= rien).
Ex. : No veo naranja (Je ne vois rien)



En esta ocasión les traigo la partitura de "Chacarera del pulgón".
Este tema lo compuse en el año 2001. En un principio mi idea había sido crear una chacarera en 11/8. Donde un compás de 11/8 reemplazaba a dos compases de 6/8. La idea era interesante, quizás un poco cerebral, pero el resultado era llamativo y la melodía ayudaba bastante a hacerlo digerible.
En esa época formaba parte de un ensamble de músicos, donde el director nos había invitado a participar del repertorio con nuestras composiciones. Cada uno de los integrantes llevó su material y lo presentó frente a los otros. Cuando me tocó a mí, presenté este tema. A todos les pareció interesante para trabajarlo. Una chacarera en 11/8 no se veía todos los días.
Dentro del grupo teníamos un percusionista al que yo llamaba cariñosamente "Willy Baterola", recordando un viejo personaje infantil de la televisión argentina.
Ver Aquí.
Para montar su set de percusión se tomaba cerca de una hora. Bombo legüero, redoblante, platillos de hasta ocho tamaños diferentes, un set de cinco rototoms , cajón peruano, huancara, cencerros de metal, de plástico y de madera, palo de lluvia, güiro, vibraslap, quijada, triángulo, cabasa, cortina china, diferentes shakers, otros instrumentos de percusión menores, todos los pies correspondientes y hasta una matraca gigante. Y que no se te ocurriera decir ni en broma de utilizar otro instrumento porque se daba vuelta, se tiraba de cabeza en su bolso mágico y sacaba los objetos más extraños del universo percusionista. En cuestión de material de trabajo no se le podía reprochar nada.
Como intérprete tenía una técnica asombrosa. Nunca dejaba de asombrarnos su capacidad para hacer las cosas simples extremadamente complicadas, al extremo de convertirlas en imposibles de realizar, y su incapacidad para poder tocar ritmos diferentes en cada mano. Y no le pidieras que usase las piernas. Parecía estar enyesado de la cintura para abajo.
Nunca logramos descubrir si su concepto rítmico era mucho más desarrollado que el nuestro o si es que nunca lo había desarrollado. Lo que si teníamos claro era que su tempo interno andaba con las pilas gastadas.
El tipo le ponía onda, pero su falta de talento nata sumada a su decisión filosófica de no estudiar su instrumento, ya que eso le quitaría espontaneidad, y el agregado de que no importa cómo, ni cuando, él debería utilizar todo su arsenal instrumentístico, lo convertía en un peligro para la música y el buen gusto. Sólo en aquellas oportunidades donde se le hacía imposible tocar por las dificultades técnicas propias de la canción, era cuando humildemente decía que era mejor no recargar demasiado el arreglo orquestal.
Solíamos llamarlo "Rayo", porque no caía dos veces en el mismo lugar, y comentábamos que el no se "iba de tiempo" si no que directamente se "iba de época".
La revolución socialista o habitar Marte eran utopías minúsculas comparadas al hecho de querer intentar hacer una chacarera en 11/8 con este material humano.
Con el tiempo llegué a pensar que él lo hacia a propósito con la intención de ayudarme, sin que me diera cuenta, a encontrar mi verdadera voz interna. Por eso siempre le agradecí que me obligara a simplificar mi composición para hacerla posible de tocar hasta por un músico como él y me hiciera descubrir un hermoso tema escondido detrás de mis elucubraciones intelectuales.
Este tema está dedicado al Pulgón. Mi Pulgón. El único Pulgón que habrá en la historia del universo.

*Para escuchar el tema, pegarse una vuelta por la sección "Musiques et vidéos".
 
 

 
 

 
 
En cette occasion, je vous apporte la partition de la « Chacarera del pulgón ».
J’ai composé ce morceau en 2001. Au début, mon idée avait été de créer une chacarera en 11/8. Où une mesure à 11/8 remplaçait deux mesures à 6/8. L’idée était intéressante, peut-être un peu cérébrale, mais le résultat attirait l’attention et la mélodie aidait bien à le rendre digérable.
À cette époque, je faisais partie d’un ensemble de musiciens. Le directeur de cet ensemble nous avait invités à participer au répertoire avec nos compositions. Chaque membre apporta son matériel et le présenta aux autres. Lorsque ce fut mon tour, je présentai ce morceau. Tous le trouvèrent intéressant à travailler. Une chacarera en 11/8, on ne voyait pas ça tous les jours.
Dans le groupe, il y avait un percussionniste que j’appelais gentiment « Willy Baterola », en souvenir d’un ancien personnage infantile de la télévision argentine. Regarder ici.
Il mettait presque une heure à monter son set de percussions. Bombo legüero, caisse claire, jusqu’à huit tailles de cymbales différentes, un set de cinq rototoms, cajón péruvien, huancara, cloches en métal, en plastique et en bois, bâton de pluie, güiro, vibraslap, quijada, triangle, cabasa, chimes, différents shakers, autres accessoires de percussion, tous les pieds correspondants et même une crécelle géante. Et qu’il ne te vienne pas à l’idée de lui dire, même pour plaisanter, d’utiliser un autre instrument car là, il se retournait, plongeait tête première dans son sac magique et en sortait les objets les plus bizarres de l’univers percussionniste. Pour ce qui était du matériel de travail, on ne pouvait rien lui reprocher.
En tant qu’interprète, il avait une technique époustouflante. Sa capacité à transformer les choses simples en choses extrêmement compliquées, jusqu’à les rendre même impossibles à réaliser, et son incapacité à jouer des rythmes différents avec chaque main ne cessaient pas de nous étonner. Et pas question de lui demander d’utiliser les jambes. On aurait dit qu’il était plâtré depuis la ceinture jusqu’au bas du corps.
Nous n’avons jamais réussi à élucider le mystère de savoir si son concept rythmique était beaucoup plus développé que le nôtre ou si c’était qu’il ne l’avait jamais développé. Mais ce dont nous étions certains était que son tempo interne fonctionnait avec des piles usées.
Le type y mettait de la volonté, mais son manque de talent inné ajouté à sa décision philosophique de ne pas travailler son instrument, puisque ceci lui enlèverait sa spontanéité, et au fait que, peu importe comment ni quand, il devait utiliser tout son arsenal instrumentistique, faisaient de lui un danger pour la musique et le bon goût. C’était seulement lors des occasions où il n’arrivait pas à jouer à cause des difficultés techniques propres au morceau qu’il disait humblement que c’était mieux de ne pas trop surcharger l’arrangement orchestral.
On avait l’habitude de l’appeler « Éclair » car il ne tombait jamais deux fois au même endroit, et on disait qu’il n’était pas « en dehors du temps », mais qu’il était carrément « en dehors de l’époque ».
La révolution socialiste ou habiter Mars étaient des utopies minuscules comparées au fait de vouloir essayer de monter une chacarera en 11/8 avec ce matériel humain.
Avec le temps, je suis arrivé à penser qu’il faisait ça exprès dans l’intention de m’aider, sans que je m’en rende compte, à trouver ma véritable voix interne. C’est pourquoi je lui ai toujours été reconnaissant de m’avoir obligé à simplifier ma composition pour la rendre possible à jouer, même par un musicien comme lui, et de m’avoir fait découvrir un joli thème caché derrière mes élucubrations intellectuelles.
Ce morceau est dédié au Pulgón. Mon Pulgón. Le seul Pulgón qu’il y aura dans l’histoire de l’univers.

*Pour écouter le morceau, faites un tour dans la rubrique "Musiques et vidéos".



(Publicado en el libro de Cephisa Kartonera "Le village" editado en apoyo a los sin papeles de la Place Jaude, en Clermont-Ferrand)

En Argentina hay un músico cantautor cómico, Hugo Varela, que compuso un tango muy divertido que se llama "No hay papel". En la letra del tango cuenta la historia de un caballero que entra en un negocio de corbatas con la única intención de conquistar a la vendedora. No sabemos si logra su conquista, pero si nos relata el señor Varela, que el susodicho sale del negocio siendo poseedor de una bonita corbata de seda color rojo punzó. Al continuar su paseo por el barrio, de repente y sin previo aviso, le agarra unas ganas inconmensurables de ir al baño. Se estaba cagando encima. Entra al bar de la esquina y, apresurado y sin pedir permiso, pasa directamente al toilette. Movimientos bruscos y apresurados. Apretar de dientes. Gotas de transpiración que recorren la sien. Contracción de músculos. Explosión incontenible. Y luego, como después de una tormenta de verano, la tranquilidad, el suspiro profundo y la sonrisa satisfecha del hombre que ha realizado lo que tenía que realizar. Pero hete aquí que en ese habitáculo pequeño, íntimo y frío y en esa situación un tanto incómoda, descubre la triste realidad: no hay papel.
Hay que salir de ese atolladero de alguna manera. ¿Cómo solucionar semejante dilema? ¿Usted se puede imaginar en esa situación?
La única salida es vestirse y en ese estado volver a la casa para poder limpiarse. Prácticamente es como haberse cagado encima. Tenés que caminar como Lucky Luke, sentís que el calzoncillo se te pega al ojete y tenés esa sensación de haberte caído de culo en el barro. Imposible imaginar de sentarse. Sería una catástrofe. Encima te empieza a picar el culo y no querés rascarte para no empeorar las cosas y además tenés la sensación de que algo empieza a chorrear por tu pierna izquierda. Estás tan paranoico que sentís que de tu ser emana un olor a mierda irrespirable, peor del que va a salir del incinerador de Clermont-Ferrand y que todas las personas que están a tu alrededor te miran con cara de asco mientras rajan raudamente lejos de vos.
Bueno, así es como se siente un extranjero sin papeles.
Estamos en septiembre y ya podríamos declarar la muerte del verano auvergnat. En la calle hace frío, está nublado y llueve. Y en la Place de Jaude, viviendo en carpas, con dos bañitos químicos, sin ducha, sin ninguna comodidad, hay 370 extranjeros sin papeles esperando una respuesta afirmativa a su pedido de asilo. Y entre toda esa gente hay unos 180 pibes.
Yo sé lo que se siente estar sin papeles. Por suerte para mí tuvo un final feliz y sólo duró dos días. Pero conocí lo que significa esa pequeña molestia en el estómago.
Había venido para quedarme junto a mi chica francesa durante seis meses. Por el hecho de ser argentino, tenía derecho a estar en Francia como turista durante tres meses sin que nadie me preguntara nada. El problema era solucionar los tres meses restantes. El miedo que me generaba quedarme sin papeles era que a algún representante del orden se le ocurriera pedirme documentos, lo que haría que me mandaran de vacaciones a un centro de detención hasta el momento en que me subieran a un avión y me devolvieran a casa y que me prohibieran por diez años volver a pisar suelo francés. Para nosotros que deseamos abrirnos las puertas del mundo, esto último no nos hacía mucha gracia. Además no me gustan los tours turísticos organizados.
Por un conocido, extranjero también, supimos que él había resuelto un problemita parecido pidiendo una extensión de su visa de turista.
Inmediatamente me agencié a la prefectura y pregunté en todas las oficinas, incluso la de permisos de conducir y la caja, por la existencia de dicha extensión y siempre obtuve la misma respuesta: la extensión de visa de turista, no existe.
Finalmente supe que tenía que hablar con la señora S, y que ella era la encargada de decidir si te daba la extensión o no, La decisión dependía básicamente de qué pie había utilizado para salir de la cama esa mañana.
Hablamos con ella y jurándole y perjurándole que después de esos seis meses de estadía en Francia me iba y, prácticamente, no volvía nunca más, logramos obtener una posible esperanza de lograr nuestro objetivo. Pero tenía que presentar algunos papeles. La cita quedó pendiente unos días antes a que se me acabara la visa de turista, es decir, los primeros tres meses, llamada telefónica mediante.
El fin de mi visa cayó justo en las vacaciones de esta señora, con lo cuál, por más que gastara mis dedos tecleando su número telefónico, no podía contactarla, por lo tanto no podía tener la cita, por lo tanto no tenía extensión de visa, por lo tanto pronto iba a estar en estado irregular, como dicen técnicamente. Luego de mucho llorar como una Magdalena, alguien de la oficina cedió y me dio una cita con la señora S el primer día de su regreso al trabajo.
Daba un poco de miedo, primero, porque era dos días después de estar en situación irregular firmemente declarada, y segundo, porque el primer día de alguien después de las vacaciones no es bueno para esperar un destello de caridad.
Así que llegué a la cita con el rabo entre las patas, como perro que había meado en las rosas de la abuela. Yo esperaba encontrarme con dos gendarmes grandotes con la cabeza rapada ansiosos por llevarme de paseo a lugares recónditos. Pero no. Estaba ella, con su cara de chupar caramelo sabor a mierda, que apurada y un poco sacándome de encima me reclama todas las cosas que me había pedido y haciendo un gesto por la molestia que le causaba no tener más tiempo para joderme la vida, sacó de un cajón de su escritorio, un sello gigante, del tamaño de mi pasaporte, donde decía: Prolongation visa touristique. Selló, firmó, aclaró y me despidió sin dejar de prevenirme que sólo tenía tres meses más de visa.
Al final, eso fue todo.
Siempre es posible encontrar una solución y nunca es una empresa imposible.
El personaje de Hugo Varela finalmente sale de su percance limpiándose el culo con su corbata de seda color rojo punzó. A mí me solucionaron un problema abriendo un cajón mágico de donde salen sellos que no existen.
Espero que las autoridades encuentren el cajón mágico para no dejar sin papel(es) a esa gente. Sobretodo porque hay un montón de chicos en situación de calle y no existe ley, ni derecho celestial, ni crisis económica, ni nada que justifique maltratarlos de absolutamente ninguna manera.
Y si no son capaces de encontrar la solución…

que se limpien el culo con sus corbatas de seda!!!
(Publié dans le livre de Cephisa Kartonera "Le village" en soutien aux sans-abris de la place de Jaude à Clermont-Ferrand)

En Argentine, un auteur-compositeur-interprète comique, Hugo Varela, a composé un tango très drôle intitulé "No hay papel" (Il n’y a pas de papier). Les paroles de ce tango racontent l’histoire d’un homme qui entre dans une boutique de cravates avec l’unique intention de conquérir la vendeuse. Nous ne savons pas s’il réussit sa conquête, mais monsieur Varela relate que le susdit sort du magasin en possession d’une jolie cravate en soie rouge vermeil. Poursuivant sa promenade dans le quartier, soudainement et sans avertissement préalable, il est pris d’une envie incommensurable d’aller aux toilettes. Il était en train de faire dans son froc. Il entre au bar du coin et, pressé et sans demander la permission, il passe directement aux toilettes. Mouvements brusques et précipités. Serrage de dents. Gouttes de sueur glissant sur les tempes. Contraction de muscles. Explosion irrépressible. Puis, comme après un orage d’été, la tranquillité, le soupir profond et le sourire satisfait de l’homme qui a réalisé ce qu’il devait réaliser. Mais voilà que dans ce petit habitacle intime et froid, et dans cette situation quelque peu inconfortable, il découvre la triste réalité : il n’y a pas de papier.
Il faut se tirer d’affaire d’une manière ou d’une autre. Comment sortir de tel embarras ? Vous imaginez-vous dans pareille situation ?
La seule échappatoire est de s’habiller et de rentrer dans cet état à la maison pour pouvoir s’essuyer. C’est pratiquement comme s’être fait dessus. Tu dois marcher comme Lucky Luke, tu sens que le caleçon te colle au trou de balle et tu as cette sensation d’être tombé le cul dans la boue. Pas question de penser à s’asseoir. Ce serait une catastrophe. En plus, tu commences à avoir des démangeaisons dans le cul et tu ne veux pas te gratter pour ne pas empirer les choses, et tu as aussi la sensation que quelque chose commence à glisser le long de ta jambe gauche. Tu es tellement parano que tu sens que de ton être émane une odeur de merde irrespirable, pire que celle qui va sortir de l’incinérateur de Clermont-Ferrand, et que toutes les personnes qui t’entourent te regardent avec dégoût tout en s’écartant prestement de toi.
Eh bien, c’est comme ça que se sent un étranger sans papiers.
Nous sommes en septembre et nous pourrions déjà déclarer la mort de l’été auvergnat. Il fait froid dans la rue, il y a des nuages et il pleut. Et sur la Place de Jaude, vivant sous des tentes, avec deux toilettes chimiques, sans douche, sans aucun confort, 370 étrangers sans papiers attendent une réponse affirmative à leur demande d’asile. Et parmi toutes ces personnes, il y a environ 180 gamins.
Je sais ce qu’on sent quand on est sans papiers. Heureusement, pour moi cela s’est bien terminé et ça n’a duré que deux jours. Mais j’ai connu cette petite gêne dans l’estomac.
J’étais venu pour être aux côtés de ma petite amie française pendant six mois. Parce que je suis argentin, j’avais le droit d’être en France en tant que touriste pendant trois mois sans que personne ne me pose de question. Le problème était de trouver une solution pour les trois mois suivants. La peur que j’avais de me retrouver sans papiers était qu’un représentant de l’ordre ait l’idée de me demander mes papiers, ce qui aurait pour effet de m’envoyer en vacances dans un centre de rétention en attendant qu’ils me fassent monter dans un avion pour me renvoyer chez moi et qu’ils m’interdisent de fouler le sol français pendant dix ans. Pour nous qui désirons nous ouvrir les portes du monde, cette dernière chose ne nous réjouissait guère. De plus, je n’aime pas les voyages touristiques organisés.
Une personne de notre connaissance, étrangère elle aussi, avait résolu un petit problème semblable en demandant une prolongation de son visa de touriste. Je me suis immédiatement présenté à la préfecture et j’ai demandé dans tous les bureaux, jusqu’à celui des permis de conduire et à la caisse, des renseignements sur l’existence de cette prolongation. J’ai à chaque fois obtenu la même réponse : la prolongation de visa de touriste n’existe pas.
J’ai finalement réussi à savoir qu’il fallait que je parle avec madame S. et que c’était elle qui était chargée de décider d’accorder ou non la prolongation, la décision dépendant simplement du pied avec lequel elle s’était levée le matin en question.
Nous avons parlé avec elle et, lui jurant nos grands dieux qu’après ces six mois de séjour en France je partirais pour ne pratiquement jamais revenir, nous avons réussi à obtenir un possible espoir d’atteindre notre objectif. Mais je devais présenter quelques papiers. Le rendez-vous était donc remis à quelques jours avant la fin de validité de mon visa de touriste, c’est-à-dire, des premiers trois mois, mais je devrais téléphoner à ce moment-là pour convenir du rendez-vous.
La fin de mon visa tomba tout juste pendant les congés de cette dame, ce pour quoi, ayant beau user la pulpe de mes doigts à taper son numéro de téléphone, je n’arrivais pas à la joindre, je ne pouvais donc pas avoir le rendez-vous, je n’avais donc pas de prolongation de visa et j’allais donc bientôt être en situation irrégulière, comme ils disent techniquement. Après avoir beaucoup pleuré comme une Madeleine, une personne du bureau a cédé et m’a donné rendez-vous avec madame S. le premier jour de son retour.
Cela faisait un peu peur, d’abord parce que c’était deux jours après le début de ma situation irrégulière fermement déclarée, en ensuite, parce que le premier jour de reprise de travail après les vacances n’est pas idéal pour espérer un soupçon de charité.
Je suis donc arrivé au rendez-vous la queue entre les jambes, comme un chien qui aurait pissé sur les roses de grand-mère. Je m’attendais à trouver deux grands gendarmes crâne rasé impatients de m’emmener en promenade dans des endroits reculés. Mais non. Elle était là, faisant la tête de celle qui suce un bonbon parfum merde ; pressée et voulant un peu se débarrasser de moi, elle me réclama tout ce qu’elle m’avait demandé et, d’un geste signifiant l’embêtement que lui causait le fait de ne pas disposer de plus de temps pour me pourrir la vie, elle sortit d’un tiroir de son bureau un tampon énorme, de la taille de mon passeport, disant : Prolongation de visa touristique. Elle tamponna et signa puis me renvoya sans oublier de me prévenir que je n’avais que trois mois de plus de visa.
Finalement, ce fut tout.
Il est toujours possible de trouver une solution et ce n’est jamais une entreprise impossible.
Le personnage d’Hugo Varela se tire finalement de son mauvais pas en se nettoyant le cul avec sa cravate en soie rouge vermeil. Moi, ils m’ont résolu mon problème en ouvrant un tiroir magique d’où sortent des tampons qui n’existent pas.
J’espère que les autorités trouveront le tiroir magique pour ne pas laisser ces gens sans papiers. Surtout parce qu’il y a beaucoup d’enfants qui se retrouvent dans la rue, et parce qu’il n’existe aucune loi, aucun droit divin, aucune crise économique ni rien d’autre qui puisse justifier qu’on les maltraite d’aucune manière que ce soit.
Et s’ils ne sont pas capables de trouver la solution…

qu’ils s’essuient le cul avec leurs cravates en soie !!!




Musique populaire contemporaine argentine


Groupe de malfaiteurs qui interprètent de la musique argentine sans aucun respect des traditions.

Chacareras, zambas, tangos, murgas et autres rythmes argentins joués avec un style particulier par :

Marie Crouzeix à la flûte alto,
Didier Audinet au bugle,
François Arbon au sax basse,
Daniel Perez à la guitare électrique, et
Gary Kiser au tuba.

Dans les compositions de Taquetepa Orquesta, nous pouvons rencontrer des structures formelles traditionnelles de la musique argentine dans lesquelles les mélodies, les harmonies et le concept des arrangements musicaux se développent en utilisant des éléments caractéristiques propres à d'autres styles musicaux, comme le jazz, la musique classique et le rock, tout en laissant un grand espace à l'improvisation.
L'Orquesta est une formation peu commune pour ce style musical dans laquelle prédominent les registres graves, donnant ainsi à l'ensemble un son intense et à la couleur particulière enrichie par la diversité des timbres des instruments.
Avec une esthétique propre, libérée de tout type de règle stylistique, la musique de Taquetepa Orquesta est complexe dans son essence, mais amène à l'écoute, nous emportant sur des chemins musicaux peu fréquents, avec une interprétation énergique et passionnée.








Le duo Perezadda vous fera découvrir un répertoire de compositions et de musiques traditionnelles, parsemé d’improvisations, aux sons de la guitare classique argentine et des percussions de méditerranée. 



La rencontre de Daniel Perez et Malik Adda rappelle que l’Amérique Latine et L’Afrique étaient bien « soudées », il y’a de cela quelques millions d’années, avant que les eaux ne les séparent… Les similitudes musicales et culturelles de ces continents, ont fait se pencher ces deux protagonistes sur la facilité de croiser et d’apposer leurs répertoires respectifs, emprunts, pour l’un de « l’harmonieuse » chaîne des Andes, et pour l’autre des « battements » du cœur de l’Atlas…

Mêlant traditions et improvisations, ces deux « camélidés », vous proposeront un voyage épicé de chimichurri et de curcuma, en vous interprétant des airs populaires revisités et des compositions originales, pour vous faire visiter tantôt la forêt amazonienne, et tantôt, le désert saharien.












Contacts
Malik Adda : 06 31 50 00 04 emelkha@live.fr
Daniel Perez : 06 51 91 69 09 danielperezguitarra@gmail.com

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