Espace Perecito



Hay algunos que dicen: "yo no creo en las brujas, pero que las hay, las hay". Otros prefieren decir: "creer o reventar". Aunque es verdad que para aquellos humanos que dudan hasta de su propia existencia, que necesitan pruebas irrebatibles, una lógica que haga creíble las cosas, las brujas no existen, muchas veces, no encuentran justificación a hechos que suceden en la vida normal de las personas y son vencidos por el misticismo.
Así es que, pensar que la gastritis que sufro desde hace una semana es una represalia de Dios por lo que escribí en la última edición de Espace Perecito (Leer aquí) , para algunos no parece ser una teoría muy descabellada.
Si tomara como seria, circunstancialmente, la hipótesis de un castigo divino, ¿es que cometí un pecado muy grave al expresarme libremente? ¿Acaso mi escritura me hace merecedor de tal punición?
Condenarme a tener que tomar agua y comer verduras y pollo hervidos hasta el fin de mis días. El alcohol, los asados, los embutidos, los quesos y el chocolate, prohibidos para siempre. ¿Así pretenden silenciar mi pluma? ¿Creen que por un vaso de Salers o de Malbec de Mendoza, una feta de salame o un pedazo de queso Cantal o un asado con guitarreada con los amigos un día cualquiera, van a comprarme? ¿Que así van a lograr unirme al coro de esperanzados por el arribo de un nuevo Papa? ¿De ésta manera pretenden enmudecer mi voz?
Desde mi lecho de sufrimiento, con estos dolores que me ponen al límite de la lágrima, que no me dejan conciliar el sueño, ni disfrutar de mi familia y amigos, me niego a creer en semejante cosa.
Para mí las únicas brujas son las suegras y antes que creer, prefiero reventar. Pero, en el caso hipotético de la existencia de un Dios supremo, ésta sería mi respuesta:
Il y en a qui disent : « je ne crois pas aux sorcières, mais qu’il en existe, oui il en existe ». D’autres préfèrent dire : « croire ou crever ». Bien qu’il soit vrai que pour les humains qui doutent même de leur propre existence, qui ont besoin de preuves irréfutables, d’une logique qui rende les choses crédibles, les sorcières n’existent pas, ceux-ci ne trouvent souvent aucune justification à des faits qui se produisent dans la vie ordinaire des gens, et terminent vaincus par le mysticisme.
Ainsi, penser que la gastrite dont je souffre depuis une semaine est un châtiment de Dieu pour ce que j’ai écrit dans la dernière édition de l’Espace Perecito (Lire ici) ne semble pas être une théorie très insensée pour certains.
Si je prenais au sérieux, momentanément, l’hypothèse d’une damnation divine, ai-je commis un péché très grave à m’exprimer librement ? Mon écriture me fait-elle mériter telle punition ?
Me condamner à devoir boire de l’eau et à manger des légumes et du poulet bouillis jusqu’à la fin de mes jours. L’alcool, les barbecues, la charcuterie, les fromages et le chocolat, interdits pour toujours. C’est ainsi qu’ils prétendent taire ma plume ? Ils croient que pour un verre de Salers ou de Malbec de Mendoza, une tranche de saucisson ou un bout de Cantal, un barbecue accompagné de guitares avec les amis à n’importe quelle occasion, ils vont m’acheter ? Que comme ça, ils vont réussir à m’unir au choeur de ceux qui sont pleins d’espoir à l’arrivée d’un nouveau pape ? C’est ainsi qu’ils veulent étouffer ma voix ?
Depuis mon lit de souffrance, avec ces douleurs qui me conduisent au bord des larmes, qui ne me laissent ni trouver le sommeil, ni profiter de ma famille et de mes copains, je refuse de croire en pareille chose.
Pour moi, les seules sorcières qui existent sont les belles-mères, et plutôt que de croire, je préfère crever. Mais, au cas hypothétique où il existerait un Dieu suprême, ma réponse serait celle-ci :

Espace Perecito



Hoy es 14 de marzo de 2013. Habemus Papa y es argentino: Francisco I.
La verdad que me importa un carajo y no tengo absolutamente nada que ver con este señor, director de una multinacional vendedora de ilusiones, traficante de mentiras. Pero, comprensiblemente, siendo un argentino perdido en la Hivergna, ya me veo venir los comentarios, las preguntas, las burlas y todo eso. Así que voy a escribir mi punto de vista respecto a éste asunto, de manera que cuando alguien mencione el tema, en vez de mandarlo a la mierda, lo mando a leer el blog.

Haciendo un poco de lógica sin ninguna base teórica:


Marx, entre otros, dijo que "la religión es el opio de los pueblos". El opio es una droga que está actualmente prohibida. Es ilegal su comercialización y su consumo. Por lo tanto, estos sujetos que dirigen iglesias de un tipo o de otro, son narcotraficantes. Como el Cartel de Medellín o la Cosa Nostra.
Además quieren monopolizar la comunicación con el Paraíso. Sólo ellos pueden hablar con el Supremo. Una especie de Telecom celestial. Y el monopolio está catalogado como delito.
Por lo tanto, lógica pura, son delincuentes.

Haciendo un poco de historia sin fundamentos:


Dios llamó a su hijo y le dijo, con una mirada de espanto y angustia en su rostro:
- Necesito de tu ayuda.
- Ah, no. No me hinchés las pelotas, contestó Jesús extendiendo sus brazos y poniendo sus manos como si fuera a detener un tren al viejo estilo Superman. Ya sé lo que me vas a pedir. Y desde ya te digo que no.
Primero me crucificaron. La segunda vez caí en la época de la Inquisición y al decir que era el hijo de Dios, me quemaron en la hoguera por hereje. La última vez, en el siglo XX, me tomaron por loco, me encerraron en un psiquiátrico, me encajaron pastillas de todos los colores y me cagaron a electroshocks.
Disculpame, pero yo no vuelvo a ir.
-Ya sé, ya sé, dijo condescendientemente Dios, pero escuchá lo que tengo que contarte.
Me llama Benedicto XVI, el Papa alemán y me dice:
- Dios todopoderoso y omnipresente, tengo un amigo eclesiástico que ha caído en las garras de Lucifer y sufre de un amor desenfrenado por los niños.
- Un pedófilo, le dije.
- Bueno, bueno, no seamos tan duros, me contestó. Y empezó de nuevo: - Pero, oh Dios todopode…
- Bueno, hacela corta, lo interrumpí, ¿qué querés?
- ¿Qué podemos hacer para salvarlo de su desgracia?
- Unos cuantos azotes y se le van a acabar las ganas de andar comiéndose pendejos.
- No, me refería a la desgracia de que le van a hacer denuncias judiciales. Puede terminar en cana.
- Ah, en ese caso se tiene que ir antes de que manche la respetabilidad y la honorabilidad de nuestra Iglesia.
Y al día siguiente en todos los diarios del mundo decía que el nazi éste había renunciado porque yo se lo pedí. Jesus, ¿vos podés explicarme qué es lo que pasó?¿Acaso mi acento alemán no es bueno?
Ahora estoy sin Papa. Hollande sigue sin entender cuál es su derecha y cuál es su izquierda. Dios quiera, es decir yo, que no lo dejen conducir, puede haber un accidente.
- El accidente es que está conduciendo un país, Papá, dijo aburrido Jesús.
- Ves, es un desastre, afirmó Dios dándole efusivamente la razón a su primogénito. Encima, está Sarkozy, que escucha voces y dice que Francia le reclama que vuelva a la política, dijo entre gritos y llantos.
En ese momento Jesús sintió un frío recorrer toda su columna vertebral en sentido sur-norte. La posibilidad de quemar a Sarkozy en la hoguera como a Juana de Arco ya no existía. Había sido él, que al regresar de su segundo viaje a la Tierra, le había exigido a su padre que eliminara a la Inquisición amenazándolo con no volver a servir de heraldo. Hasta se sintió avergonzado al recordar cuando, como un niño caprichoso, le dijo: -La próxima, mandá un email, sabiendo que su padre, por su avanzada edad, no se llevaba bien con la tecnología. También sintió culpa al acordarse de que lo conminó a crear a Paulo Coelho para banalizar el trabajo de psiquiatras y psicólogos. Sintiéndose un poco responsable de la situación acuciante, comprendió, que a pesar de su aprensión hacia los humanos, debería realizar el sacrificio de ir a la Tierra a llevar la doctrina de paz y amor de su padre una vez más.
- Está bien, no te pongas así. Voy a bajar y tratar de arreglar las cosas. La verdad que no sabía que estaba tan jodido. Pero no te prometo nada. Estos bichos que vos creaste son realmente muy boludos y unos flor de hijos de puta.
Dios rápidamente, antes de que su hijo se arrepintiera, llamó al Espíritu Santo y le encargó que se ocupe del viaje.
En un principio el Espíritu Santo le ofreció poner a Jesús en una familia de homosexuales con el pretexto de que estaba a la moda y quizás podría ayudar a diseminar mucho mejor el credo. Pero ante la cara de culo que Dios le puso, no insistió. Más tarde reflexionó que a lo mejor, para una iglesia tan retrógrada como la católica, no era una buena idea.
Así fue que fatigosamente, el Espíritu Santo, luego de buscar y buscar, encontró una mujer virgen. La llamó y, con esa voz de locutor de programa radial, le dijo que iba a dar a luz al hijo de Dios que venía al mundo terrenal trayendo su palabra y la esperanza de mejor vida. La chica, aterrorizada, entre lágrimas, se lo explicó a su novio. Su novio la tranquilizó diciéndole que le creía, que entendía lo del mensaje y la esperanza, pero, que bueno, que mejor habría que dejarlo para otro momento, que los pañales estaban caros, que todavía estaban pagando el crédito por la casa y el auto, que la crisis financiera, etc, etc.
Y así fue que otra oportunidad de salvación del mundo fue abortada.

Haciendo un alegato sin cimiento sustentable:


El hecho de que el nuevo Papa sea argentino suscitó diferentes teorías sobre el futuro de la relación entre la Iglesia Católica y el cielo.
Algunos opinan que habrá una mejora, basándose en la frase popular que afirma "Dios es argentino". Así que, parafraseando a Perón, agregan "para un argentino, no hay nada mejor que otro argentino".
Actualmente, después de los goles realizados por Maradona a Inglaterra en el campeonato de México 86, éste dicho a tomado significaciones muy diversas, así como sus refutaciones.
Pero en realidad, su origen está en querer darle connotaciones metafísicas, ya sea, a resultados deportivos favorables a equipos nacionales, al hecho de que maravillas de la naturaleza, como las cataratas de Iguazú o el glaciar Perito Moreno, estén dentro de los límites políticos de Argentina, o al arribo de la primavera, los primeros calores y, consecuentemente, las minifaldas.
Muchos, contrariamente, opinan que esto es una boludéz más de los pesados y egocéntricos argentinos.
Yo creo que no están tan errados, ni los unos, ni los otros. Pero hay un atisbo de hipótesis que podría confirmar la nacionalidad argentina del Creador. Y consiste en lo siguiente.
Hay una frase popular muy conocida que dice "al que madruga, Dios lo ayuda". Muchos creen que esto significa que si vos te levantás temprano para ir a trabajar y comportarte como un ciudadano ejemplar, el Hacedor va a beneficiarte de su gracia. Es decir, que si vos vivís la noche, con todos sus incitaciones al pecado y al vicio, no te va a dar ni pelota.
Pero si partimos del ideario de que Dios es argentino, debemos comprender que, en ese caso, hablaría lunfa y "madrugar" en lunfardo se utiliza cuando alguien roba o caga, ya sea a través de engaños o físicamente, sin que su víctima se avive, o, para cuando se avivó, ya sea demasiado tarde. Por lo tanto, cuando decimos "al que madruga, Dios lo ayuda" estamos diciendo "al que roba, al que caga, al que jode al resto del mundo, Dios le da una mano". Ustedes se preguntarán qué carajo estuvo fumando este pibe, pero con solo hojear las páginas de un diario, ustedes podrán encontrar miles de hechos empíricos que podrían confirmar esta conjetura.
Finalmente, encontramos a los escépticos. Los que siempre ven el vaso medio vacío. Aquellos que temen que, ya que el nuevo Dealer General de la Iglesia Católica Apostólica Romana es un opositor al gobierno "popular y nacional" de Cristina Fernández de Kirchner, la relación con el Edén se deteriore al grito de: ¿Y si Dios es Kichnerista?
 
 
Aujourd’hui, nous sommes le 14 mars 2013. Habemus Papa et il est argentin : Francisco I.
À vrai dire, je m’en fous totalement et je n’ai absolument rien à voir avec ce monsieur, directeur d’une multinationale vendeuse d’illusions, trafiquante de mensonges. Mais, et c’est compréhensible, comme je suis un Argentin perdu en Hivergne, je vois déjà venir les commentaires, questions, moqueries et tout ce qui s’ensuit. C’est pourquoi je vais écrire mon point de vue sur ce sujet, de sorte que lorsque quelqu’un parlera de ça, au lieu de l’envoyer chier, je l’enverrai lire le blog.

Un peu de logique sans aucune base théorique :


Marx, entre autres, a dit que « la religion est l’opium du peuple ». L’opium est une drogue qui est actuellement interdite. Sa commercialisation et sa consommation sont illégales. Donc, ces sujets qui dirigent des églises d’un type ou d’un autre sont des narcotrafiquants. Comme le cartel de Medellín ou la Cosa Nostra.
De plus, ils veulent monopoliser la communication avec le paradis. Eux seuls peuvent parler avec l’Être suprême. Une espèce de Télécom céleste. Et le monopole est catalogué comme un délit.
Par conséquent, logique pure, ce sont des délinquants.

Un peu d’histoire sans fondements :


Dieu appela son fils et lui dit, avec un regard horrifié et de l’angoisse sur son visage :
- J’ai besoin de ton aide.
- Ah, non. Me casse pas les couilles, répondit Jésus tendant ses bras et positionnant ses mains comme s’il allait arrêter un train dans l’ancien style Superman. Je sais ce que tu vas me demander. Et je te dis que non tout de suite.
D’abord, on m’a crucifié. La deuxième fois, je suis tombé à l’époque de l’Inquisition et quand j’ai dit que j’étais le fils de Dieu, on m’a brûlé sur le bûcher pour hérésie. La dernière fois, au XXe siècle, on m’a pris pour un fou, on m’a enfermé dans un hôpital psychiatrique, on m’a filé des cachetons de toutes les couleurs et on m’a massacré d’électrochocs.
Excuse-moi, mais je n’y retourne pas.
- Je sais, je sais, dit Dieu avec condescendance, mais écoute ce que j’ai à te raconter.
Benedicto XVI, le Pape allemand, m’appelle et me dit :
- Dieu tout-puissant et omniprésent, j’ai un ami ecclésiastique qui est tombé entre les griffes de Lucifer et qui souffre d’un amour effréné pour les enfants.
- Un pédophile, lui dis-je.
- Bon, bon, ne soyons pas si durs, me répondit-il. Et il recommença : - Mais, Ô Dieu Tout-puiss...
- Bon, abrège, l’interrompis-je, qu’est-ce que tu veux ?
- Que peut-on faire pour le sauver de sa disgrâce ?
- Quelques coups de fouet, ça lui fera passer l’envie de se taper des gamins.
- Non, je parlais de la disgrâce des plaintes judiciaires qui vont être déposées contre lui. Il peut finir en taule.
- Ah, dans ce cas, il doit partir avant de salir la respectabilité et l’honorabilité de notre Église.
Le lendemain, il était dit dans tous les journaux du monde que ce nazi avait démissionné parce que je le lui avais demandé. Jésus, tu peux m’expliquer ce qui s’est passé ? Mon accent allemand n’est pas bon, peut-être ?
Maintenant je n’ai plus de Pape. Hollande ne comprend toujours pas où est sa droite et où est sa gauche. Que Dieu fasse, c’est-à-dire moi, qu’on ne le laisse pas conduire, il pourrait y avoir un accident.
- L’accident, c’est qu’il conduit un pays, papa, dit Jésus, las.
- Tu vois, c’est un désastre, affirma Dieu, donnant vivement raison à sa progéniture. En plus, il y a Sarkozy qui entend des voix et dit que la France réclame son retour en politique, dit-il entre cris et pleurs.
À ce moment-là, Jésus sentit un frisson parcourir toute sa colonne vertébrale dans le sens sud-nord. La possibilité de brûler Sarkozy sur le bûcher comme Jeanne d’Arc n’existait plus. Ce fut lui, au retour de son deuxième voyage sur Terre, qui avait exigé à son père d’éliminer l’Inquisition en le menaçant de ne plus servir de héraut. Il s’est même senti honteux en se rappelant la fois où, tel un enfant capricieux, il lui dit : - La prochaine fois, envoie un email, sachant que son père, en raison de son âge avancé, ne s’entendait pas bien avec la technologie. Il se sentit également coupable en se souvenant qu’il l’avait obligé, menaçant, de créer Paulo Coelho pour banaliser le travail des psychiatres et des psychologues. Se sentant un peu responsable de la situation pressante, il comprit que malgré son dégoût pour les humains, il allait devoir réaliser le sacrifice de se rendre sur Terre pour apporter une fois de plus la doctrine de paix et d’amour de son père.
- C’est bon, ne te mets pas dans cet état. Je vais descendre et essayer d’arranger les choses. Vraiment, je ne savais pas que c’était si craignos. Mais je ne te promets rien. Ces bestioles que tu as créées sont vraiment des cons et de vrais fils de pute.
Rapidement, avant que son fils ne se repentît, Dieu appela le Saint-Esprit et le chargea d’organiser le voyage.
Au début, le Saint-Esprit lui proposa de mettre Jésus dans une famille d’homosexuels sous le prétexte que c’était à la mode et que ça pourrait peut-être aider à bien mieux disséminer le credo. Mais face à la sale tête que fit Dieu, il n’insista pas. Plus tard, il pensa que peut-être, pour une Église aussi rétrograde que l’Église catholique, ce n’était pas une bonne idée.
C’est ainsi qu’avec épuisement, le Saint-Esprit, après avoir cherché encore et encore, trouva une femme vierge. Il l’appela et, avec cette voix de locuteur d’émission de radio, lui dit qu’elle allait donner naissance au fils de Dieu qui venait au monde terrestre apportant sa parole et l’espoir d’une vie meilleure. La fille, terrorisée, en larmes, expliqua cela à son fiancé. Celui-ci la tranquillisa en lui disant qu’il la croyait, qu’il comprenait cette histoire de message et d’espoir, mais bon, qu’il faudrait peut-être laisser cela pour un autre moment, que les couches étaient chères, qu’ils payaient encore le crédit pour la maison et la voiture, que la crise financière, etc., etc.
Et c’est ainsi qu’une autre occasion de sauver le monde avorta.

Un plaidoyer sans assise soutenable :


Le fait que le nouveau Pape soit argentin a suscité diverses théories sur l’avenir de la relation entre l’Église Catholique et le ciel.
Certains pensent qu’il y aura une amélioration, se basant sur la phrase populaire qui affirme « Dieu est argentin ». Ainsi, paraphrasant Perón, ils ajoutent « pour un Argentin, il n’y a rien de mieux qu’un autre Argentin ».
Actuellement, après les buts marqués par Maradona contre l’Angleterre au championnat du Mexique 86, cet adage a pris des significations très variées, de même que ses réfutations.
Mais en réalité, son origine réside dans le fait de vouloir lui donner des connotations métaphysiques, que ce soit à des résultats sportifs favorables aux équipes nationales, au fait que des merveilles de la nature comme les chutes d’Iguazú ou le glacier Perito Moreno se trouvent sur le territoire argentin, ou à l’arrivée du printemps, des premières chaleurs et, par conséquent, des minijupes.
Beaucoup, au contraire, pensent que c’est une connerie de plus des Argentins, lourdauds et égocentriques.
Moi, je crois que ni les uns ni les autres ne sont très loin de la vérité. Mais il existe une lueur d’hypothèse qui pourrait confirmer la nationalité argentine du Créateur. Et elle consiste en ce qui suit.
Un dicton populaire très connu dit "al que madruga, Dios lo ayuda" (Dieu aide ceux qui se lèvent tôt). Beaucoup croient que cela signifie que si on se lève tôt pour aller travailler et si on se comporte en citoyen exemplaire, on sera touché par la grâce de l’Éternel. C’est-à-dire que si une personne vit la nuit, avec toutes ses incitations au péché et au vice, il n’aura rien à foutre d’elle.
Mais si nous partons de l’idée selon laquelle Dieu est argentin, nous devons comprendre que, dans ce cas, il parlerait lunfa (argot argentin) et « madrugar » en lunfardo s’utilise lorsque quelqu’un vole ou entube, que ce soit par des tromperies ou physiquement, sans que sa victime ne capte rien, ou, lorsqu’elle le fait, c’est déjà trop tard. Donc, quand nous disons "al que madruga, Dios lo ayuda", nous disons « Dieu donne un coup de main à ceux qui volent, entubent, emmerdent le reste du monde ». Vous vous demanderez ce qu’a bien pu fumer ce garçon, mais, tourner quelques pages d’un journal suffit à trouver des milliers de faits empiriques qui pourraient confirmer cette conjecture.
Pour terminer, on trouve les sceptiques. Ceux qui voient toujours le verre à moitié vide. Ceux qui craignent que, puisque le nouveau Dealer Général de l’Église Catholique Apostolique et Romaine est un opposant au gouvernement « populaire et national » de Cristina Fernández de Kirchner, la relation avec l’Éden se détériore au cri de : Et si Dieu est Kichneriste ?


Espace Perecito



En una ocasión, estando la Negra Chagra en casa, preparé para almorzar un plato que inventé a base de quinoa (o quinua o kinwa). A la Negra le encantó. Me contó que se sintió sorprendida de que fuera rico, ya que una vez había intentado hacerle una comida con quinoa a Gustavo, su peor es nada, porque debía ampliar su dieta basada en asados los fines de semana y pizza el resto, y le había salido como el orto.
Insistió mil veces para que le pase la receta. Cada vez que me escribe un mail o hablamos por teléfono me reclama el secreto de mi arte culinario. Quiere convencer, a toda costa, a Gustavo, que ese pseudocereal que alguna vez intentó hacerle comer no es tan horrible como el jura y recontrajura a todos sus amigos y allegados, que lo miran con un dejo de lástima al consolarlo.

Por eso, acá, en el Espace Perecito, para la Negra, uno de mis platos exclusivos:

Quinoa con mugre.

No se asuste señora, no va a tener que andar recolectando nada roñoso por la calle, ni en la casa.
Voy a contarle un poco la historia de éste plato.
La cuestión es así.
Muchos amigos - amantes de lo natural, unos, ya viejos decrépitos que deben cuidarse del colesterol, otros - me habían hablado de la quinoa y sus cualidades. Así como la soja y otros productos de la familia vegetal, para mí, son comida para conejos y pajaritos. Pero hete aquí que una vez, en Perú, llegué a probar este alimento de origen incaico y, siendo sincero, para acompañar otras comidas de verdad, no me había parecido nada mal.
Charlando sobre colesterol y triglicéridos, de todas las comidas ricas que no debía comer para cuidar mi salud, de que todo lo que es rico es malo para la salud, de que no aguanto comer verduritas y otras yerbas, llegué a enterarme de que existía la posibilidad de comprar, en el supermercado de Clermont-Ferrand, grano de oro de los Andes.
Ahí está mi salvación, dije para mis adentros y me adentré al súper, carrito en mano, en búsqueda del alimento de los dioses. Ya con mi paquetito de quinoa bio origen Perú, victorioso, volví a casa y preparé mi primer plato. Mi idea era que acompañara un pedazo de chancho al horno remojado en su propio aceite. Pero me recordaron que estaba comiendo quinoa, justamente para cuidar mi salud y que el chanchito no entraba en la dieta natural que había decidido comenzar.
Una tristeza.
Un plato de quinoa, sólo, con un vaso de agua. Una rodaja de pan negro que ni siquiera servía para limpiar el plato. Estaba derrotado. Y lo peor es que sabía que debía terminar el paquete. Daba, por lo menos, para tres sesiones más de tortura incaica.
Guardé el cereal en un frasco de vidrio con la ilusión de que se pusiera verde y hubiera que tirarlo, pero no hubo caso. Permaneció impoluto esperando que lo cocinara y me lo engullera.
Hasta que un día me dije:
-Perez, ponele un poco de mugre para que quede más rico, utilizando el vocablo mugre en un clásico estilo argento que significa ponele onda, algo, cualquier cosa, no importa qué.
Así fue que le quedó el nombre "Quinoa con mugre" a éste plato que es más rico que la mismísima quinoa.

Ingredientes.

Vino tinto, una botella.
Quinoa, una taza.
Laurel de la casa de Tina, dos hojas (Si usted no conoce a Tina, puede poner laurel del comprado, pero en ese caso debería contar con tres hojas como mínimo).
Aceite de oliva.
Cebollas, tres o cuatro, según el tamaño de las cebollas y de los comensales.
Morrón, uno o medio.
Ajo, a gusto.
Vino blanco, un vaso.
Sal y pimienta.
Acá pongo las opciones, es decir la mugre, que yo utilizo para hacer el plato. Ustedes deberán elegir según la coyuntura económica de vuestros bolsillos.
a) Frutos de mar (En el supermercado encuentro unas bolsitas por dos mangos con una mezcla de pulpos, mejillones, camaroncitos, calamares, etcétera).
b) Panceta, chorizo y champignones (Ésta es la más rica).
c) Carne vacuna, porcino o pollo (Esta opción funciona para liquidar restos de una comida anterior).
d) Cualquier otra opción que se le ocurra (No, el abuelo no, señora).

Preparación.

Previamente, entre unos 20 o 30 minutos antes, abrimos la botella de tinto y dejamos airear el vino. Una vez transcurrido este tiempo nos servimos una copa, degustamos el vino y luego comenzamos la preparación.
Cortamos la cebolla, el morrón y picamos el ajo, que luego pondremos a cocinar en el mismo orden en una sartén con aceite de oliva (Puede ser del otro, pero entonces ya no es cocina internacional).
A esto le vamos a ir agregando otras cosas, así que ojo, no cocinar mucho la cebolla porque nos arriesgamos que al final se nos queme.
Por eso es bueno tener preparados todos los ingredientes antes de comenzar a cocinar.
Cuando la cebolla empieza a ponerse transparente, agregamos nuestra opción (Frutos de mar, carne, etc.), salpimentamos y dejamos que se cocine a fuego lento con la sartén tapada.
Nos servimos otra copita de vino y pasamos a la otra parte.
En una olla ponemos a hervir agua con sal y las hojas de laurel. Una vez que está hirviendo ponemos la quinoa. Y el secreto es que la quinoa se cocina en 17 minutos. Si la sacamos antes, está crocante. Y si nos pasamos mucho, se convierte en una masa asquerosa. Pueden ser 18, 19, quizás 20 minutos, pero no más.
Ahora tenemos unos siete u ochos minutos para picar alguna cosita - un cacho de pan con salamín, un quesito - como para no ponernos en pedo y nos servimos otra copita de vino. Todo esto revolviendo y vigilando que lo que estamos cocinando en la sartén no se nos queme.
Acto seguido le agregamos el vaso de vino blanco a la sartén y ya nos queda solamente esperar a que termine de cocinarse la quinoa y se termine la primer botella de vino.
Una vez la quinoa preparada, la escurrimos. Atención que hay que usar un colador de esos que son con agujeros chiquitos, porque si no la quinoa se va al carajo. En caso de no tener uno de esos utensilios de cocina, podemos usar el tradicional de fideos, pero hay que volcar lenta y prudentemente la quinoa, de manera que se forme una pequeña montañita que haga de tope para que no se escurra toda dentro de la pileta.
Ya tenemos la quinoa escurrida, la segunda botella de vino abierta, así que solo nos queda agregar la quinoa dentro de la sartén, revolver todo para que los sabores se amalgamen, que no nos falte pan y listo.
A comer, que se enfría la comida.

Ante cualquier duda en la preparación, contáctenos y escurriremos sus inquietudes.

Éste es otro aporte de Taquetepa para la felicidad del mundo entero en éste 2013, declarado año Internacional de la quinoa por la ONU.
 
 

 
 

 
 


 Une fois, alors que la Negra Chagra était chez moi, j'ai préparé pour déjeuner un plat que j'ai inventé à base de quinoa (ou quinua ou kinwa). La Negra a bien aimé. Elle m'a dit qu'elle était étonnée que ce soit bon, car un jour elle avait essayé de faire un repas avec du quinoa à Gustavo, son « mieux que rien », car il devait diversifier son régime à base de barbecues les week-ends et de pizzas en semaine, et elle l’avait complètement foiré.
Elle a insisté mille fois pour que je lui passe la recette. Chaque fois qu’elle m’écrit un mail ou que nous nous téléphonons, elle me réclame le secret de mon art culinaire. Elle veut à tout prix convaincre Gustavo que cette pseudocéréale qu’elle a une fois essayé de lui faire manger n’est pas aussi horrible que lui le jure et contrejure à tous ses amis et proches, qui le regardent avec un air de pitié en le consolant.

C’est pourquoi voici ici, dans l’Espace Perecito, pour la Negra, un de mes plats exclusifs :

Quinoa « à la crasse ».

N’ayez crainte, madame, vous n’aurez pas à recueillir de choses cradingues dans la rue ni chez vous.
Je vais vous raconter un peu l’histoire de ce plat.
Il en est ainsi.
Beaucoup de copains – amateurs de choses naturelles pour certains, vieux décrépits devant surveiller leur cholestérol pour les autres – m’avaient parlé du quinoa et de ses bienfaits. Tout comme le soja et autres produits de la famille végétale, pour moi, il s’agit de nourriture pour lapins et petits oiseaux. Mais il se trouve qu’une fois, au Pérou, il m’est arrivé de goûter cet aliment d’origine incasique et, pour être sincère, pour accompagner de la vraie nourriture, j’avais trouvé ça pas mal du tout.
Bavardant du cholestérol et des triglycérides, de tous les bons plats que je ne devais pas manger pour préserver ma santé, du fait que tout ce qui est bon est mauvais pour la santé, que je ne supporte pas de manger des petits légumes, etc., j’ai appris qu’il existait la possibilité d’acheter, au supermarché de Clermont-Ferrand, la graine d’or des Andes.
Voilà mon salut, me suis-je dit en mon for intérieur, et j’entrai à l’intérieur du supermarché, chariot en main, à la recherche de l’aliment des dieux. Avec mon petit paquet de quinoa bio origine Pérou, victorieux, je suis rentré chez moi et ai préparé mon premier plat. Mon idée était qu’il accompagne un morceau de cochon au four arrosé de sa propre graisse. Mais on m’a rappelé que je mangeais du quinoa justement pour préserver ma santé et que le petit cochon ne faisait pas partie du régime naturel que j’avais décidé de commencer à suivre.
Une tristesse.
Une assiette de quinoa, seule, avec un verre d’eau. Une tranche de pain complet qui ne servait même pas à nettoyer l’assiette.
J’étais vaincu. Et le pire, c’est que je savais que je devais terminer le paquet. Il en restait, au moins, pour encore trois séances de torture incasique.
J’ai rangé la céréale dans un pot en verre avec l’illusion qu’elle verdisse et qu’il faille la jeter, mais pas moyen. Elle resta immaculée, attendant que je la cuisine et l’engloutisse.
Jusqu’au jour où je me suis dit :
- Perez, ajoute-lui un peu de crasse pour que ce soit meilleur, utilisant le vocable crasse dans le style classique argentin qui signifie ajoute-lui un petit truc, quelque chose, n’importe quoi.
C’est ainsi que ce plat a conservé le nom de « Quinoa à la crasse », meilleur que le quinoa lui-même.

Ingrédients

Vin rouge : une bouteille
Quinoa : une tasse
Laurier de chez Tina : deux feuilles (si vous ne connaissez pas Tina, vous pouvez mettre du laurier acheté, mais dans ce cas vous devrez prévoir au moins trois feuilles)
Huile d’olive
Oignons : trois ou quatre, selon leur taille et celle des convives
Poivron rouge : un ou la moitié d’un
Ail : à volonté
Vin blanc : un verre
Sel et poivre
Voici les différentes options, c’est-à-dire la crasse, que j’utilise pour préparer le plat. Vous devrez choisir en fonction de la conjoncture économique de vos poches.
a) Fruits de mer (au supermarché, je trouve des petits paquets pour deux sous avec un mélange de poulpes, moules, crevettes, calamars, etc.)
b) Lardons, chorizo et champignons (ça c’est la meilleure)
c) Boeuf, porc ou poulet – pas de cheval (cette option sert à liquider les restes d’un précédent repas)
d) Toute autre option qui vous viendrait à l’esprit (non voyons, pas pépé, madame !)

Préparation

Préalablement, entre 20 et 30 minutes avant, nous ouvrons la bouteille de rouge et laissons le vin s’oxygéner. Une fois ce temps écoulé, nous nous servons un verre, savourons le vin et commençons ensuite la préparation.
Nous éminçons les oignons, le poivron et l’ail, que nous mettrons ensuite à cuire dans ce même ordre dans une poêle avec de l’huile d’olive (ce peut-être de l’huile de tournesol, mais alors ce n’est plus de la cuisine internationale).
Nous ajouterons ensuite à cela d’autres choses, donc attention, il ne faut pas trop cuire l’oignon sinon nous prenons le risque qu’à la fin, il crame.
C’est pour cela qu’il est bon d’avoir préparé tous les ingrédients avant de commencer à cuisiner.
Lorsque l’oignon commence à devenir transparent, nous ajoutons notre option (fruits de mer, viande, etc.), salons et poivrons et laissons cuire à feu doux en couvrant la poêle.
Nous nous servons alors un autre petit verre de vin et passons à l’autre partie.
Dans une casserole, nous mettons de l’eau à bouillir avec du sel et les feuilles de laurier. Une fois qu’elle bout, nous ajoutons le quinoa. Et le secret est que le quinoa cuit en 17 minutes. Si on le sort avant, il est croquant. Et si on dépasse de trop, ça devient une bouillie dégueulasse. Ce peut être 18, 19, peut-être 20 minutes, mais pas plus.
Nous avons alors devant nous sept ou huit minutes pour nous couper un petit quelque chose - un bout de pain avec du saucisson, un petit fromage – histoire de ne pas terminer bourré, et nous nous servons un autre petit verre de vin. Tout cela en remuant et surveillant que ce que nous sommes en train de cuisiner dans la poêle ne crame pas.
Scène suivante, nous ajoutons dans la poêle le verre de vin blanc, et il ne nous reste plus qu’à attendre que le quinoa finisse de cuire et que la première bouteille de vin se termine.
Une fois le quinoa prêt, nous l’égouttons. Attention, il faut utiliser une passoire à petits trous, sinon le quinoa fout le camp. Si nous n’avons pas cet ustensile de cuisine, nous pouvons utiliser la passoire à pâtes, mais il faut alors verser lentement et prudemment le quinoa, de manière à former une petite montagne pour qu’il ne parte pas dans l’évier.
Nous voici avec le quinoa égoutté, la seconde bouteille de vin ouverte, il ne nous reste donc plus qu’à ajouter le quinoa dans la poêle, remuer le tout pour que les saveurs s’amalgament, ne pas manquer de pain, et voilà. Venez manger, ça va refroidir.

Si vous avez quelque doute que ce soit concernant la préparation, contactez-nous et nous égoutterons vos incertitudes.

Ceci est encore un apport de Taquetepa pour le bonheur du monde entier en cette année 2013, déclarée année internationale du quinoa par l’ONU.

Espace Perecito



A partir del Río Colorado comienza la Patagonia argentina, lo que llamamos "el Sur", y se estira unos 2500 km hasta Ushuaia en Tierra del Fuego. Mi ciudad natal, si se puede llamar así a un pueblo de un km de ancho por dos de largo, se ubica a unos 100 km al sur del Río Colorado, es decir, en la Patagonia, el Sur, pero al Norte.
Ya de purrete me mudé a Avellaneda, municipio que, separado por el afamado Riachuelo, se encuentra al sur de Capital Federal, el Centro, ese único lugar dónde Dios, que es argentino, atiende.

Avellaneda es un municipio que otrora fue industrial. Gris y maltratado como el resto de los municipios del conurbano bonaerense (Salvo la zona Norte, que es más una extensión de Capital Federal que parte de la Provincia de Buenos Aires).
En sus orígenes se la llamó Barracas al Sur, para diferenciarla de Barracas que está del lado de Capital. Ambas se denominaban así porque en esta zona se encontraban todas las barracas (o depósitos) dónde se acumulaba la lana, los cueros y otros productos que luego serían embarcados para vender al exterior.
Tanto de un lado como del otro del Riachuelo, se fueron estableciendo los inmigrantes y los emigrantes que llegaban en búsqueda de trabajo, que fueron el alimento de tantas historias, letras y fábulas sobre el tango y sus personajes.
Una ciudad de la cual, de sus barrios humildes, de sus pequeños talleres familiares y sus grandes fábricas (hoy ámbitos prácticamente desaparecidos), partió el "aluvión zoológico" para recuperar a Perón el 17 de octubre de 1946.

Avellaneda es un conjunto de barrios. Cada uno con su nombre y sus características particulares.
Yo soy de Barrio Güemes, un complejo de 23 edificios de 10 pisos correspondientes al llamado plan VEA (Vivienda económica argentina) del Banco Hipotecario Nacional, realizado donde se encontraba la Laguna del Cabezón. Barrio que, rodeado por las vías del tren que va a La Plata, la Avenida Güemes, el nuevo edificio de la Municipalidad y antiguamente por el Mercado de Hacienda, hoy Shopping, estúpidamente llamado, Alto Avellaneda, queda como una isla urbana.
Dicen que el prototipo utilizado para la construcción de los monobloks responde a las postulaciones de Le Corbusier sobre la solución a la vivienda popular. Que me perdonen, pero, ¡qué mal gusto!
Ahora se considera que el Barrio Güemes forma parte del centro activo de Avellaneda. Status que logró a partir de la llegada de sus nuevos vecinos más coloridos e importantes.
Pero antes, en la época en que caían cuatro gotas y la Avenida Güemes se inundaba de cabo a rabo y no se podía salir del barrio salvo que sea en bote o a nado, su ubicación geopolítica era más discutida.
Por cuestiones de negocios inmobiliarios o caprichos de pertenecer a otra clase social, se decía que era del centro de Avellaneda o de Quinta Galli, aunque la distancia con el centro neurálgico de la ciudad o con el barrio paquete, no ayudaba a sostener ésta infamia. Otros decían, y los documentos municipales lo confirman, que pertenecía al barrio de Crucecita, pero no era top y además, en la práctica, no eran barrios unibles. Gerli o Piñeiro quedaban muy lejos, aunque siempre aparecía un descolgado con teorías metafísicas intentando convencernos. Pero la gran duda, la discusión que siempre surgía entre los vecinos era si formaba parte de Sarandí o no. Ya que, la conexión con los otros barrios no era ágil, y, solamente cruzando la Avenida Güemes se entraba en territorio perteneciente al honorable barrio.
Sarandí, barrio poseedor de un club de fútbol campeón de primera A, Arsenal, - que, como dice mi amigo Fontana, no tiene estadio sino cancha y sus hinchas son vecinos del barrio - y, en su zona más cercana al Río de La Plata, de las quintas dónde se cosecha la vid con la cual se produce el archiconocido "vino de la costa" - un brebaje de color entre tinto y rosado, sabor dulzón y aroma indefinible, pero que para acompañar asados hechos al borde del cordón y con bastante hielo, es la mejor bebida.
De éste barrio es el Zorrito, jóven argentino, baterista, devenido percusionista de folklore, que conocí cuando ingresé al grupo de la Negra Chagra.
Inmediatamente, al entrar en contacto, nos reconocimos conciudadanos. La forma de hablar, de gesticular, la mirada profunda y el aroma a alcohol que emanaba de nuestras bocas, nos hacían hermanos de esquina. No es fácil de explicar. Años, siglos de una cultura, una forma de vivir, de respirar, de caminar, de decir: -Señora, me da dos kilos de miñoncitos, inigualable, subyacente en las profundidades del cemento avellanedesco que va mucho más lejos de cualquier comprensión racional.
No necesitábamos hablar, ni mirarnos. Percibíamos, mismo estando a grandes distancias, esa hormona que segregaba nuestro compañero y, sin palabra ni mensaje de texto que mediara, nos dirigíamos directamente al almacén o kiosquito más cercano a adquirir una botella de cerveza para saciar la sed de nuestro hermano y la nuestra.
Ésta fuerte relación de confraternidad barrial que nos hermanaba, me llevó a hacerlo partícipe de mis otras aventuras musicales.
Para la misma época en que lo conocí, estaba intentando grabar, por décima novena vez, el primer disco solista, o quizás, aunque más no sea, un demo respetable, de Laurita Peralta. Había hablado con Laura, y a pesar del resquemor a tener problemas con nuestras amigas por ser el Zorrito percusionista de la Negra y también de Sara Mamaní, estábamos de acuerdo que sería una buena idea incluirlo en la grabación.
Fui el encargado de llamarlo para invitarlo a participar y explicarle que no había presupuesto para pagarle honorarios. No interpuso ningún problema y hasta se alegró por la invitación. Así que arreglamos un horario para encontrarnos y comenzar la primer sesión de grabación.

Después del mediodía cargué la guitarra en el baúl del Gol rojo, que lamentablemente un tiempo después me chorearon, y me fui en búsqueda del muchacho. Llegué a la puerta de su casa. Una pared de unos 2,30 metros de alto, una puerta y el número, escondían una típica casa del estilo preponderante en la cuadra. Toqué el timbre y al rato escucho que alguien atraviesa chancleteando el clásico jardíncito que separa la casa de la puerta de acceso al grito de:
-¿Quién es?
- Hola, señora. Soy Daniel, vengo a buscar a… (¿digo Zorrito o digo Hernán?) Hernán (Sí, no hay nada peor que cambiarle el nombre al hijo de una madre).
- Ay, para que te lo llamo, me dice mientras abre la puerta y en dirección al interior de su hogar grita: ¡¡¡¡Hernancitoooooooooo!!!! (¿Por qué siempre el diminutivo en boca de las madres, tías y abuelas? ¡Queda tan feo cuando después ves a Hernancito aparecer: un boludón de más de 30 años! ¡Hasta pesadillas produce!).
Desde el fondo se escucha:
-Ya voy, vieja.
La madre del Zorrito me invita a pasar.
- Le agradezco, señora, pero ya nos vamos.
El Zorrito aparece en escena. Me saluda y a los gritos me dice:
-Disculpá, Perez. Estaba terminando de palanganearme las bolas. Me pongo una remerita limpia y vamos.
-Dale, te espero en el auto, contesto y giro en dirección al bólido rojo.
Transcurren unos minutos. El Zorrito entra al auto mientras yo estaba leyendo o escribiendo un mensaje en el celular.
- Bueno, Perez, ya estoy "lista", ¿vamos?, acota alegremente.
Lo miro. Me mira sonriente.
Lo miro interrogativamente. Me mira sorpresivamente sin entender que carajo le reclamo.
Lo miro inquisidoramente y le pregunto:
-Zorrito, ¿y el bombo?
-¿Qué bombo?
-El bombo, pelotudo. Para grabar. ¿O solamente vas a hacer palmas?
-Ah, no tengo bombo.
- ¿Cómo que no tenés bombo? ¿Y el que usas cuando tocamos con la Negra?
- Ese me lo presta la Sara. Pero queda en lo de la Negra.
- ¡No me podés decir que no tenés bombo! ¡Sos un percusionista!
- Tenía un bombo, Perez.
-¿Y qué hiciste?
- Lo vendí.

A continuación la partitura de "La Sarandileña", chacarera simple compuesta en el siglo XXI, dedicada a la República de Sarandí y al Zorrito.

*Para escuchar el tema, pegarse una vuelta por la sección "Musiques et vidéos".
 
 

 
 

 
 


Au fleuve Río Colorado, commence la Patagonie argentine, que nous appelons "le Sud", qui s'étend sur quelque 2500 km jusqu'à Ushuaia, en Terre de Feu. Ma ville natale, si l'on peut nommer ainsi un village d'un kilomètre de large sur deux de long, se trouve à environ 100 km au sud du Río Colorado, c'est-à-dire, en Patagonie, le Sud, mais au nord.

Gamin, j'ai déménagé à Avellaneda, commune qui, séparée par le célèbre Riachuelo, est située au sud de la capitale fédérale, le Centre, ce lieu unique où Dieu, qui est argentin, reçoit.



Avellaneda est une commune qui fut jadis industrielle. Grise et mal entretenue comme les autres communes de la banlieue de Buenos Aires (sauf la zone nord, qui est plus une extension de la capitale fédérale qu'une partie de la province de Buenos Aires).

À l'origine, elle était appelée Barracas al Sur, pour la différencier de Barracas qui est du côté de la capitale. Toutes deux étaient dénommées ainsi car c'est dans cette zone que se trouvaient tous les entrepôts (ou dépôts) où s'accumulaient la laine, les cuirs et autres produits qui étaient ensuite embarqués pour être vendus à l'étranger.

Aussi bien d'un côté que de l'autre du Riachuelo, se sont établis les immigrants et migrants qui arrivaient à la recherche de travail, et qui alimentèrent tant d'histoires, de paroles et de fables sur le tango et ses personnages.

Une ville d’où est partie, depuis ses humbles quartiers, ses petits ateliers familiaux et ses grandes usines (milieux ayant pratiquement disparu aujourd'hui), l' "alluvion zoologique" pour récupérer Perón le 17 octobre 1946.



Avellaneda est un ensemble de quartiers. Chacun avec son nom et ses caractéristiques particulières.

Je suis du quartier Güemes, complexe de 23 édifices de 10 étages correspondants à ce qui fut appelé le plan VEA (Vivienda Económica Argentina : Logement économique argentin) de la banque Banco Hipotecario Nacional, réalisé là où se trouvait la Laguna del Cabezón. Quartier qui, entouré par les voies du train pour La Plata, l'avenue Güemes, le nouveau bâtiment de la Municipalité et anciennement par le Mercado de Hacienda (foire agricole), aujourd'hui centre commercial stupidement appelé Alto Avellaneda, ressemble à une île urbaine.

On dit que le prototype utilisé pour la construction des monoblocs répond aux hypothèses de Le Corbusier concernant la solution au logement populaire. Qu'on me pardonne, mais quel mauvais goût !

Le quartier Güemes est aujourd'hui considéré comme faisant partie du centre actif d'Avellaneda. Statut qu'il a obtenu à partir de l'arrivée de ses voisins plus colorés et importants.

Mais avant, à l'époque où lorsqu'il tombait trois gouttes, l'avenue Güemes s'inondait d'un bout à l'autre et on ne pouvait sortir du quartier autrement qu'en canot ou à la nage, sa situation géopolitique était plus discutée.

Pour des raisons d'affaires immobilières ou par caprice d'appartenir à une autre classe sociale, on disait que c'était le centre d'Avellaneda ou de Quinta Galli, bien que la distance qui le séparait du centre névralgique de la ville ou du quartier chic n'aidait pas à soutenir cette infamie. D'autres disaient, et les documents municipaux le confirment, qu'il appartenait au quartier de Crucecita, mais ce n'était pas top et de plus, dans la pratique, ce n'était pas des quartiers pouvant être unis. Gerli ou Piñeiro étaient très loin, même s'il apparaissait toujours quelque farfelu avec des théories métaphysiques qui essayait de nous convaincre. Mais le grand doute, la discussion qui surgissait toujours entre voisins, était de savoir s'il faisait partie de Sarandí ou non. Puisque la connexion avec les autres quartiers n'était pas aisée, et que c'était seulement en traversant l'avenue Güemes qu'on entrait sur le territoire appartenant à cet honorable quartier.

Sarandí, quartier détenteur d'un club de foot champion de première division, Arsenal, - qui, comme le dit mon ami Fontana, n'a pas de stade mais un terrain et ses supporters sont les voisins du quartier - et, dans sa zone la plus proche du fleuve Río de la Plata, de terrains où l'on cultive la vigne à partir de laquelle est produit le célébrissime "vin de la côte" - breuvage de couleur entre rouge et rosée, sucré et à l'arôme indéfinissable, mais qui, pour accompagner des barbecues faits sur le bord du trottoir et avec beaucoup de glaçons, est la meilleure des boissons.

C'est de ce quartier qu'est "Zorrito" (petit renard), jeune argentin, batteur, devenu percussionniste de folklore, que j'ai connu lorsque j'ai intégré le groupe de la Negra Chagra.

Immédiatement, au premier contact, nous nous sommes reconnus comme concitoyens. La manière de parler, de gesticuler, ce regard profond et cette odeur d'alcool émanant de nos bouches nous faisaient frères de rue. Ce n'est pas facile à expliquer. Des années, des siècles d'une culture, d'un mode de vie, d'une manière de respirer, de marcher, de dire : - Madame, donnez-moi deux kilos de petits pains, inégalable, sous-jacente aux profondeurs du ciment avellanedesque qui va bien au-delà de toute compréhension rationnelle.

Nous n'avions pas besoin de parler, ni de nous regarder. Nous percevions, même si une grande distance nous séparait, cette hormone sécrétée par le camarade et, sans mot ni sms médiateurs, nous nous dirigions directement vers le magasin ou petit kiosque le plus proche pour acquérir une bouteille de bière afin d'étancher la soif de notre frère et la nôtre.

Cette forte relation de fraternité de quartier qui nous rapprochait m'a conduit à le faire participer à mes autres aventures musicales.

À l'époque où je l'ai connu, j'essayais d'enregistrer, pour la dix-neuvième fois, le premier disque soliste, ou peut-être, au moins, une démo respectable, de Laurita Peralta. J'avais parlé avec Laura, et malgré la crainte d'avoir des problèmes avec nos amies puisque Zorrito était le percussionniste de la Negra et aussi de Sara Mamaní, nous étions d'accord sur le fait que ce serait une bonne idée de l'intégrer à l'enregistrement.

C'est moi qui fus chargé de l'appeler pour l'inviter à participer et de lui expliquer qu'il n'y avait pas de budget pour lui payer des honoraires. Il n'a fait aucun problème et s'est même réjoui de l'invitation.
Nous avons donc convenu d'un horaire pour nous retrouver et commencer la première séance d'enregistrement.



Après midi, j'ai mis la guitare dans le coffre de la Gol rouge, qu'on m'a malheureusement fauchée quelque temps après, et je suis parti chercher le garçon. Je suis arrivé à sa porte. Un mur d'environ 2,30 mètres de hauteur, une porte et le numéro cachaient une maison typique du style prépondérant dans le pâté de maisons. J'ai sonné et entendu immédiatement que quelqu'un traversait en sandales le classique petit jardin séparant la maison de la porte d'accès, au cri de :

- Qui c'est ?

- Bonjour, madame. Je suis Daniel, je viens chercher… ( Je dis Zorrito ou Hernán ?) Hernán (Oui, il n'y a rien de pire que de changer le nom du fils d'une mère).

- Ah, attends, je l'appelle, me dit-elle tout en ouvrant la porte, et la voilà qui crie en direction de l'intérieur de son foyer : Mon petit Hernááááááááááááán !!!! ( Pourquoi toujours ce diminutif dans les bouches des mères, tantes et grand-mères ? C'est tellement moche quand ensuite on voit le petit Hernán apparaître : un gaillard de plus de 30 ans ! Qui provoque même des cauchemars !)

Du fond, on entend :
 
- J'arrive, m’man.

La mère de Zorrito m'invite à entrer.
 
- Je vous remercie, madame, mais on part tout de suite.

Zorrito entre en scène. Il me salue et me dit en criant :

- Excuse-moi, Perez. Je terminais de me rincer les valseuses. Je mets un T-shirt propre et on y va.

- D'accord, je t'attends dans la voiture, répondis-je, me tournant en direction du bolide rouge.

Quelques minutes passent. Zorrito monte en voiture alors que je lisais ou écrivais un message sur le téléphone portable.

- Ça y est, Perez, je suis "prête", on y va ?, ajoute-t-il gaiement.

Je le regarde. Il me regarde, souriant.

Je le regarde interrogativement. Il me regarde surpris, sans comprendre ce que je peux bien lui vouloir.

Je le regarde de manière inquisitrice et lui demande :

- Zorrito, le bombo ?

- Quel bombo ?

- Le bombo, couillon. Pour enregistrer. Ou tu vas juste faire des palmas ?

- Ah, j'ai pas de bombo.

- Comment ça, t'as pas de bombo ? Et t’utilises quoi quand on joue avec la Negra ?

- Celui-là, c'est Sara qui me le prête. Mais il reste chez la Negra.

- Ne me dis pas que t'as pas de bombo ! T'es percussionniste !

- J'avais un bombo, Perez.

- Et qu’est-ce que t'en as fait ?

- Je l'ai vendu.



Voici ci-dessous la partition de "La Sarandileña", chacarera simple composée au XXIe siècle, dédiée à la République de Sarandí et à Zorrito.

*Pour écouter le morceau, faites un tour dans la rubrique "Musiques et vidéos".